Mining in the Democratic Republic of Congo. The richest, riskiest tin mine on Earth. Can an ambitious mine make a difference in eastern Congo?

Cita: 

The Economist [2016], "Mining in the Democratic Republic of Congo. The richest, riskiest tin mine on Earth. Can an ambitious mine make a difference in eastern Congo?", The Economist, London, 27 de agosto, http://www.economist.com/news/middle-east-and-africa/21705860-can-ambiti...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Agosto 27, 2016
Tema: 
La minera canadiense Alphamin construye una rica mina de estaño al oeste de la República Democrática del Congo.
Idea principal: 

El artículo da cuenta de las dificultades que enfrenta la empresa canadiense Alphamin Resources para concretar la extracción de estaño en Kivu del Norte, una provincia al oeste de la República Democrática del Congo (RDC), entre las que se cuentan la falta de carreteras, la presencia de grupos armados, conflictos locales y la existencia de la minería artesanal.

La RDC es un territorio rico en minerales: el tantalio, estaño y tungsteno de la región son usados en la industria electrónica a nivel mundial. En la mina de estaño que pretende construir y explotar Alphamine, el estaño alcanza una graduación de 4.5%, mientras que el promedio mundial es de 0.7%, lo que hace altamente rentable la inversión aun con bajos precios del mineral.

Sin embargo, The Economist señala que comenzar la operación de una mina moderna en Kivu del Norte requiere fuertes inversiones. Los costos de exploración ascienden a 250 dólares por metro, y ya se han perforado 40 mil. También se ha comenzado la construcción de una carretera a la población más cercana y se está rehabilitando otra a la frontera, Goma. Adicionalmente, la construcción de la mina se llevará más de 135 millones de dólares.

Un problema adicional es la inseguridad. Desde que comenzó a trabajar en 2012, el campamento de Alphamin ha sido atacado cuatro veces por grupos armados locales. Actualmente, la empresa paga a 30 policías y helicópteros de los Cascos azules de la ONU vigilan el campamento.

Otro obstáculo que enfrenta la empresa canadiense es la minería artesanal. En 2007, 18 mil personas ocupaban el cerro que ahora explotará Alphamin y producían 14 mil toneladas de estaño al año, es decir, 5% de la producción mundial sólo con picos y palas. Aunque esta actividad disminuyó fuertemente por la ley estadounidense Dood-Frank, que obligaba a las empresas a declarar cuál era el origen de los minerales usados para evitar el financiamiento a grupos rebeldes, mucha gente quedará desempleada con las operaciones de Alphamine, por lo que enfrentará el descontento de una parte de la población local.

Para The Economis, la producción moderna de Alphamine beneficiará a todas las poblaciones cercanas. Con el pago de regalías e impuestos, el gobierno tendrá un incentivo para mejorar la seguridad, la mayor demanda en la región.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El artículo recuerda el argumento liberal, según el cual, las empresas son las conductoras del bienestar porque impulsan la economía local, al promover el empleo, pagando impuestos y obligando a los estados a establecer condiciones adecuadas para realizar inversiones.

Esta lectura deja de lado el impacto de la minería, por lo menos en dos dimensiones: la ecológica y la de la estructura de la economía. Por un lado, la minería a gran escala devasta el territorio en el que se instala: aguas, bosques y suelos quedan exhaustos y contaminados. Por el otro lado, apostar a la minería de un mineral condena a una economía y a una sociedad a depender de un producto de exportación y a la fluctuación de sus precios en el mercado mundial.