Railways in America. Doing the locomotion. The second golden age of American railroads is drawing to a close. Consolidation may follow

Cita: 

The Economist [2016], "Railways in America. Doing the locomotion. The second golden age of American railroads is drawing to a close. Consolidation may follow", The Economist, London, 13 de febrero, http://www.economist.com/news/business/21692867-second-golden-age-americ...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Febrero 13, 2016
Tema: 
La industria ferrocarrilera: su destacado desempeño reciente, sus dificultades actuales, sus tendencias y las posibilidades de fusiones y adquisiciones en el sector
Idea principal: 

Durante la década anterior, “las compañías ferroviarias estadunidenses fueron un raro ejemplo de capitalismo que funciona bien, con un círculo virtuoso de demanda, ganancias gigantes y una vasta inversión en acervos de capital y en vías férreas”.

La década pasada fue excepcionalmente buena para el transporte de mercancías en Estados Unidos. El consumo de productos y energía del ciudadano estadunidense promedio implica el traslado de 36 toneladas de carga al año. 40% de estos traslados mercantiles se hace en tren y es muy probable que este porcentaje aumente en los próximos años debido a las reglas más estrictas para la emisión de gases de efecto invernadero, que afectarán al transporte carretero, y a la mayor eficiencia energética de los ferrocarriles respecto de los camiones de carga. Además, los precios en ascenso de las commodities contribuyeron a la “década dorada” de la industria ferrocarrilera en Estados Unidos: el petróleo shale debía ser transportado desde cuencas remotas y el carbón debía ser movido de las minas a estaciones de energía y a los puertos para su exportación.

Entre 2004 y 2014, los activos fijos de las seis más grandes empresas de transporte en ferrocarril en América del Norte aumentaron 58%. Este impresionante aumento es resultado de distintas circunstancias. En primer lugar, tras la desregulación de la industria en la década de 1980, los precios del transporte de carga en ferrocarril han aumentado constante y sigilosamente (sólo entre 2004 y 2014 los precios aumentaron 42% en términos reales). En segundo lugar, es resultado del aumento en el retorno sobre capital de 10% en 2004 a 19% en 2014. En tercer lugar, y más importante, este imponente aumento en los activos fijos es resultado de la política de inversión seguida por las empresas ferrocarrileras: por cada dólar de ingresos, reinvirtieron 67 centavos. Frente a la mayoría de las empresas estadounidenses, que gastan importantes proporciones de sus ganancias en recompras de acciones para elevar el precio de éstas, las empresas ferroviarias han optado por invertir en activos fijos.

Sin embargo, tras esa década dorada, la locomotora está ahora descarrilada. Recientemente, los ingresos de las mayores empresas de trenes de carga en Estados Unidos y Canadá cayeron alrededor de 20%. Esto se debe principalmente a la caída en el precio de las commodities. Desde la industria se ha buscado presentar esto como un incidente pasajero. No obstante, lo que es claro es que si esta caída persiste la espectacular inversión llegará a su fin ante la amenaza de ganancias declinantes. Por lo pronto, la era de austeridad ya se anuncia. La inversión de capital cayó en 15% en el último cuatrimestre de 2015 y se espera que en 2016 pudiera caer en 20%. Ante esta situación, “el plan tácito de la industria probablemente sea mantener los precios en ascenso a la vez que invertir menos y dar más ganancias a los accionistas para hacerlos felices”.

La pregunta ahora es: ¿cómo puede la industria satisfacer a los inversionistas si la demanda y las ganancias están a la baja y la necesidad de inversiones sigue siendo igual de alta? “Quizá al convertir a las seis grandes empresas ferroviarias* en cuatro, o incluso en dos. Cuán grandes podrían ser las recompensas de las fusiones es algo ferozmente discutido”. Así, los tiempos complicados evocan al “fantasma de las fusiones ferrocarrileras”, que ha acechado desde que se puso la primera línea transcontinental en los Estados Unidos en 1869. Canadian Pacific ya está buscando generar un acuerdo de fusión con la reacia Northfolk Southern. Esta noticia “estremeció a Wall Street, molestó a las empresas rivales y puso a los reguladores en alerta roja”.


* Las seis grandes empresas ferroviarias a las que alude The Economist operan como tres duopolios geográficos y son, en el oeste, BNSF y Union Pacific; Norfolk y CSX en el este; y Canadian Pacific y Canadian National uniendo los estados del norte de la Unión Americana con Canadá.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Para que el plusvalor y la ganancia contenidos en las mercancías se realicen, es tan importante producirlas como llevarlas al lugar donde serán compradas y consumidas. Por ello, el transporte de mercancías es esencial para el capitalismo. Para que la valorización se dé de forma cada vez más acelerada y para que los niveles de rentabilidad sean más elevados (al aumentar la velocidad de rotación del capital) es necesario para el capital construir medios de transporte e infraestructuras cada vez más rápidos y eficientes. La construcción de estas infraestructuras, que caen dentro de lo que cabría llamar "condiciones generales de producción", ha correspondido históricamente al estado, que ha empleado los recursos públicos para facilitar la valorización del capital. No obstante, las grandes corporaciones privadas han hecho también grandes inversiones en este rubro estratégico; por ello es tan importante la inversión que las empresas de la industria ferrocarrilera han hecho para ampliar y mejorar sus infraestructuras para el transporte mercantil, inversión ingente que es casi del mismo monto que la hecha por el gobierno federal estadunidense en carreteras.

Por otra parte, es relevante observar cómo, ante la amenaza de tiempos oscuros para la industria, la que se vislumbra como la principal alternativa para hacerles frente es la centralización del capital por la vía de las fusiones y adquisiciones. Esta no es la única industria dónde se presenta un fenómeno de este tipo: algo similar sucede en la industria química (al respecto puede verse, entre otras, http://let.iiec.unam.mx/node/1245). Resulta necesario discutir si esta tendencia hacia la centralización en lugar de hacia la innovación tecnológico-productiva es o no sintomática de que la acumulación de capital se halla estancada y el desarrollo científico-técnico que acompañó a la revolución industrial de la electroinformática se halla en una etapa de agotamiento relativo.