Los desechos de plástico occidentales ya no son bienvenidos en Asia
Ives, Mike [2019], "Los desechos de plástico occidentales ya no son bienvenidos en Asia", The New York Times, New York, 10 de junio, https://www.nytimes.com/es/2019/06/10/tiraderos-plastico-asia/
El artículo revisa algunas de las legislaciones sobre las importaciones de desechos plásticos en algunos países asiáticos así como algunas de sus implicaciones.
A finales de 2017, China impuso restricciones abruptas a las importaciones de basura provenientes de Occidente. Esta decisión puso en jaque a las empresas de gestión de desperdicios y recicladores de Estados Unidos y de otros países.
El resultado fue que otros países asiáticos, como Malasia, Filipinas o Vietnam, vieron proliferar basureros sin licencia, propiedad de inversionistas chinos. Para inicios de 2018, Malaria era uno de los principales importadores de desechos plásticos: en marzo de 2017 sus importaciones ascendían a 22 mil toneladas al mes, y un año después eran 139 mil, provenientes principalmente de Estados Unidos, Japón, Reino Unido y Alemania.
Ante la insuficiencia de basureros, legales o no, los ríos comenzaron a llenarse de basura y la contaminación del aire aumentó por el humo de los sitios de incineración.
Ante la presión pública algunos gobiernos impusieron restricciones: Malasia está cerrando los tiraderos que operan sin permiso; Tailandia impuso una prohibición indefinida a los desechos electrónicos en 2018; Vietnam dejó de emitir licencias de importación de desechos y se comprometió a eliminar la importación de desechos plásticos para 2025; Filipinas ha aumentado el escrutinio de los cargamentos de basura. Recientemente devolvió un cargamento proveniente de Canadá y prometieron enviar otro de regreso a Hong Kong.
Estas medidas han generado reacciones encontradas. Mientras los activistas buscan medidas más duras y permanentes, algunos funcionarios opinan que se pone en riesgo a la industria del reciclado ya que las medidas prohibitivas cortarían el flujo de materias primas a los recicladores, haciendo más probable que la basura acabe en sitios abiertos o clandestinos. También han señalado que las empresas que utilizan el plástico como combustible, como las cementeras en Malasia y Filipinas, tendrán que utilizar carbón, lo que aumentará este tipo de emisiones.
Los signos otoñales del capitalismo están por doquier. La acumulación y sobreproducción de basura ha alcanzado escalas escandalosas. Las prohibiciones en los países asiáticos a la importación de desechos plásticos son medidas que mitigan parcialmente el problema en esos países, pero que no resuelven de fondo la situación, empujando a una mayor contaminación en los océanos y ríos.
La profunda contradicción entre el interés individual y el general se manifiesta nuevamente en este fenómeno. Mientras las empresas no cesen su producción para mantener o aumentar sus ganancias, el planeta seguirá al borde del colapso ecológico.