Microprocessors. China is slowly moving up the microprocessing value chain

Cita: 

The Economist [2020], "Microprocessors. China is slowly moving up the microprocessing value chain", The Economist, London, 4 de enero, https://www.economist.com/technology-quarterly/2020/01/02/china-is-slowl...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Enero 4, 2020
Tema: 
China ha comenzado a mostrar progresos en la fabricación y el diseño de chips, aunque aún tiene mucho por mejorar
Idea principal: 

La fabricación de circuitos integrados, o chips, es uno de los grandes retos que se ha puesto China en los últimos años. Los chips son fundamentales para generar el crecimiento derivado de la tecnología que el gigante asiático está persiguiendo, así como para la fabricación de armas. Según estimaciones de la consultora PWC, el mercado global de chips crecerá anualmente 4.6%, impulsado por los requerimientos de los sistemas de inteligencia artificial, los automóviles y las redes de comunicaciones, alcanzando 575 mil millones de dólares para 2022.

Aunque una gran parte de ese valor de mercado pasa por China, la cadena de valor no es capturada por la potencia asiática. Los 312 mil millones de dólares que usó China en importar Chips en 2018, representan 25% más de lo que esa potencia usó en importar gasolina. Controlar la producción de chips no sólo le ayudará a China a capturar una mayor parte de la cadena de valor, sino también le dará un control indirecto sobre muchas otras industrias tecnológicas.

El gobierno chino ha realizado importantes esfuerzos para conseguir la fabricación de circuitos integrados, como los 29 mil millones de dólares que inyectó a la industria en octubre de 2019, que se sumaron a los 20 mil millones de dólares que había invertido en 2014. No obstante, los esfuerzos encabezados por el gobierno chino han fracasado. Los chips de SMIC, el más grande fabricante de chips en China tienen un atraso tecnológico de 10 años con respecto a Intel y sus ingresos, de 3 mil 400 millones de dólares, representan apenas 10% de los de su rival el Taiwanés TSMC.

Por otra parte, es cierto, incursionar en esta industria es difícil, primero, porque las fábricas que producen chips son muy caras, segundo, la tecnología en sí misma es muy compleja y, tercero, las restricciones de propiedad intelectual son celosamente vigiladas. Sin embargo, para The Economist, el problema reside en que China se está concentrando en tratar de alcanzar a los líderes de la industria, en lugar de estimular su propia industria de chips, empezando por chips monos sofisticados, para cubrir su propia demanda interna.

Sin embargo, China se ha anotado un pequeño éxito en el peldaño más bajo de la cadena de suministros de la producción de chips. La compañía Fortune Precision Equipment, con base en Shenyang, ha comenzado a fabricar componentes metálicos para grabar circuitos y hacer chips, que vende a gigantes como la americana Applied Materials. En el pasado, Fortune solía mandar sus componentes metálicos a Japón y Taiwán para su acabado pero ahora ha incorporado los proceso de acabado, enviando a sus clientes componentes más complejos y capturando más valor del producto final. Está es la ruta que tradicionalmente ha seguido China: empezar por los eslabones más básicos de la cadena y de ahí ir subiendo.

En ese sentido, es interesante el logro que ha tenido Alibaba en el campo del diseño de chips, parte superior de la cadena de suministro. A finales de septiembre Alibaba sacó al mercado un chip diseñado especialmente para inteligencia artificial llamado Hanguang 800. El nuevo chip de Alibaba sorprendió a Silicon Valley, que no esperaban un desarrollo de este tipo por parte de China. El chip Hanguang 800 demostró un rendimiento 13 veces más rápido que el nuevo chip de Intel. Aunque en parte esto se debe a que el chip de Alibaba es más grande, permitiéndole obtener más potencia y realizar más cálculos por segundo, comparado con el Titan RTX, de Nvidia, de mayor tamaño, el de Alibaba sigue siendo 4 veces más rápido.

Aunque el chip de Alibaba está diseñado para una sola tarea, y es fabricado en Taiwán, el logro es sobresaliente. El éxito del diseño reside en que los diseñadores trabajaron en conjunto con los programadores a cargo de los algoritmos del sistema de aprendizaje automático (machine-learning) que utiliza Alibaba en su comercio en línea. Gracias a esta ventaja los diseñadores pudieron optimizar el rendimiento del chip en estas tareas. En parte, el efectivo etiquetado de datos que hace tan buenos a los algoritmos de machine-learning de Alibaba, se tradujo en el excepcional rendimiento del nuevo chip. Es interesante cómo la fortaleza en el etiquetado de datos, en la parte más baja de la cadena de suministro de la inteligencia artificial, se tradujo en la efectividad del diseño en la parte superior de la cadena.

Debe hacerlo mejor

Para muchos ejecutivos chinos, que solicitaron a The Economist permanecer anónimos, los estímulos del gobierno chino se están dirigiendo al lugar equivocado. En lugar de intentar alcanzar a los gigantes occidentales de la industria, si el gobierno se enfocara en el diseño y fabricación de chips para mercados de gama media como el internet las cosas y en espacios emergentes como la inteligencia artificial, China tendría más oportunidades de dar el salto y ganar un lugar permanente en lo alto de la cadena de suministro global de la industria de semiconductores.

Datos cruciales: 

*En 2018 China importó 312 mil millones de dólares circuitos integrados

*El mercado global de chips crecerá anualmente 4.6%, alcanzando 575 mil millones de dólares para el año 2022, según estimaciones de la consultora PWC.

*Gráfica: A la vanguardia. Número de imágenes que los chips seleccionados pueden procesar por minuto. La gráfica muestra al chip Hanguang, de Alibaba, muy por delante de sus competidores en 69 mil imágenes, el TitanRTX de NVIDIA: 16 mil, Goya de Habana: 14 mil, TPUv3 Cloud de Google: 9 mil, y un empate entre el T4de NVIDIA y el NNPI-1000 de Intel en 5 mil. Fuente:MLPerf

Nexo con el tema que estudiamos: 

La industria de los chips se ha convirtiendo en otro escenario de disputa por la hegemonía entre Estados Unidos y China. Además de un atractivo espacio de valorización, las múltiples aplicaciones de esta tecnología, incluida las militares, de seguridad nacional y de inteligencia artificial, hacen de esta industria un espacio de control estratégico más allá de su dimensión económica.