Intense Arctic Wildfires Set a Pollution Record
Sengupta, Somini [2020], "Intense Arctic Wildfires Set a Pollution Record", The New York Times, New York, 7 de julio, https://www.nytimes.com/2020/07/07/climate/climate-change-arctic-fires.html
Somini Sengupta es reportera internacional del clima para The New York Times. Su trabajo se centra en contar las historias de las comunidades y paisajes más vulnerables a los efectos del cambio climático. En 2016 se publicó su primer libro, "The End of Karma: Hope and Fury Among India's Young".
En junio se presentaron intensos incendios forestales en la región del Ártico a causa de las altas temperaturas globales y la sequedad del suelo; diversos especialistas europeos informaron que estos incendios forestales de junio liberaron más gases contaminantes a la atmósfera de la Tierra que en cualquier otro mes en 18 años de recopilación de datos.
Los recientes incendios forestales en el Ártico no son hechos aislados, sino que ofrecen un retrato de las tendencias del calentamiento planetario. El Ártico, especialmente, se está calentando al menos dos veces y media más rápido que la tasa promedio mundial, lo que ha provocado que en los últimos meses se hayan presentado atípicos incendios forestales.
En el último año, los incendios forestales del Ártico y el norte de Rusia han alcanzado récords en términos de magnitud y volumen de emisiones de dióxido de carbono (CO2), ocasionando que el promedio de las temperaturas globales aumentara significativamente (véase dato crucial 2). Por ejemplo, el 20 de junio en Verkhoyansk -una ciudad siberiana- alcanzaron un récord de 100° Fahrenheit, o 38° Celsius.
Cada vez más, comunidades científicas de todo el mundo concuerdan en la existencia de este patrón de calentamiento del Ártico, el cual no sólo afecta a la región en sí misma, sino que influye en eventos climáticos extremos en todo el mundo. Científicas y científicos del Centro Europeo han mostrado su preocupación ante el tamaño y la intensidad de los incendios del Ártico y reconocen la vinculación de éstos y el calentamiento global al desprenderse tanto dióxido de carbono, lo que eventualmente conducirá a una mayor descongelación del permafrost ártico, resultando en la liberación de más metano, otro potente gas de efecto invernadero.
No solo en el Ártico se han presentado incendios de magnitudes considerables, en Brasil se han despejado grandes extensiones del Amazonas para la agricultura, la minería y la tala en los últimos meses (Véase dato crucial 3). Los incendios del Amazonas de 2019, además de los incendios forestales en Indonesia y el Ártico, aumentaron las emisiones anuales mundiales relacionadas con los incendios después de años de disminución constante.
1. Los incendios forestales que se presentaron en el mes de junio en la región del Ártico liberaron 59 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono (CO2) que calienta el planeta, lo que representa una cantidad mayor a todas las emisiones de carbono producidas por Noruega, un país productor de petróleo, en un año.
2. Las temperaturas promedio en Europa en junio fueron 1.3 grados más cálidas que el promedio durante el período comprendido entre 1981 y 2010. Las temperaturas globales promedio en junio casi alcanzaron el récord de 2019, y este año en general se encuentra entre los cinco años más calurosos registrados.
3 Según el Instituto de Investigación Ambiental de Amazon y el Centro de Investigación Woods Hole en Massachusetts, la Amazonía brasileña ha perdido casi 1 300 millas cuadradas de bosque desde enero, un aumento del 20% en la tala del mismo período del año pasado. Las emisiones de carbono resultantes de esa deforestación son equivalentes a las emisiones de 25 millones de vehículos durante un año. Eso sin contar las emisiones producidas por los incendios forestales durante la estación seca de Brasil.
La destrucción de la ambiente es una realidad que cada día se presenta con más fuerza y que golpea con mayor profundidad a las zonas heladas del planeta. Esta destrucción se ha presentado en escalas no vistas anteriormente, lo que ha alarmado a la comunidad científica y ambientalista de todo el mundo. La única forma de revertir el daño a la atmósfera es a través de un proyecto radical que ponga en el centro la vida y no la reproducción del capital.