Peter Eavis es reportero de negocios en The New York Times.

Steve Lohr es reportero de tecnología, negocios y economía en The New York Times por más de 30 años. En 2013, fue parte del equipo ganador del Premio Pulitzer.

Las grandes empresas tecnológicas estadounidenses ya vivían una época de auge antes del surgimiento de la Covid-19. La pandemia ha llevado su importancia a un nuevo nivel y las ha ubicado en una posición dominante en la economía estadounidense sin paralelo en décadas.

Mientras la pandemia ha golpeado duramente a la economía, el índice bursátil S&P 500 alcanzó un máximo histórico a mediados de agosto de 2020. El valor de las acciones de Apple, Amazon, Microsoft y Facebook, las mayores empresas estadounidenses que cotizan en bolsa, aumentó 37% entre enero y julio de 2020, mientras que el valor combinado de las acciones del resto de las empresas que conforman el S&P 500 disminuyó 6%. Actualmente, el valor de esas cinco grandes empresas tecnológicas representa 20% de la capitalización bursátil; en los últimos 70 años no se había visto una concentración de esa magnitud en una sola industria. Como parte de este proceso, Apple se convirtió en la primera empresa cuyo valor de mercado superó los 2 billones [trillion] de dólares; la valuación bursátil de Apple se duplicó en 21 semanas. Por otra parte, la valuación bursátil de Amazon ha aumentado más de 50% respecto de su nivel previo a la pandemia, lo que da cuenta de que los inversionistas piensan que esta empresa saldrá fortalecida tras este evento.

La importancia de las empresas tecnológicas en las bolsas de valores se debía a su inédito alcance en la vida cotidiana de las personas. La pandemia llevó esto un paso adelante. Los inversionistas han vertido ríos de dinero en estas empresas con la expectativa de obtener cuantiosas ganancias y de que mantendrán una posición inalcanzable por años. “El mercado de valores tiene la gran ventaja de que busca el flujo de ganancias futuras … Ellos [los inversionistas] piensan que las ganancias son altas hoy y que seguirán siendo muy altas en el futuro”.

La pandemia por Covid fue “una tormenta perfecta positiva” para las grandes empresas tecnológicas estadounidenses. Sólo en Estados Unidos, los sitios web de Alphabet (Google y YouTube), Facebook y Amazon reciben combinados más de mil millones de visitas diarias. El tráfico diario de información en estos sitios ha crecido de manera acelerada desde que comenzaron las medidas de distanciamiento social por la pandemia.

Estas empresas han sido objeto de escrutinio reciente por presuntas prácticas anticompetitivas; por otra parte, algunos reguladores y académicos consideran que su posición dominante ha llevado a un estancamiento en los salarios y a mayor desigualdad. Numerosos académicos estiman que la concentración de poder de mercado en estas grandes empresas tecnológicas ha alcanzado niveles nunca antes vistos.

Un ejemplo destacado de cuán importantes son estas empresas en la actualidad lo ofrece Amazon, tanto por su sitio de comercio electrónico como por sus servicios de computación en la nube. En un día cualquiera de home office, un empleado estadounidense se comunica con sus compañeros por Slack, tiene reuniones en Zoom, pide su almuerzo por DoorDash y al concluir su jornada mira una película en Netflix. Todas las aplicaciones y servicios mencionados usan Amazon Web Services, el servicio de computación en la nube de Amazon.

Los servicios de computación en la nube son “el cuarto de máquinas digital de la economía moderna”. Las tres empresas más importantes que ofrecen estos servicios son Amazon, Microsoft y Google. Se estima que cada una de estas empresas gasta entre 10 y 15 mil millones de dólares al año en mantener sus centros de datos en la nube. Muy pocas empresas en el mundo pueden sostener semejantes gastos anualmente.

Las grandes empresas tecnológicas estadounidenses afirman que las inversiones millonarias que realizan anualmente conducen a más innovaciones, mejores servicios para los usuarios y a precios más bajos. Por tanto, que contribuyen al bienestar de los consumidores y a un mayor dinamismo económico. Adicionalmente, sostienen que no se oponen a la competencia y que su posición actual no impide que empresas de menor tamaño (como Zoom o TikTok, que han prosperado durante la pandemia) también puedan ser exitosas.