Veronique de Rugy es investigadora de la economía estadounidense y aborda cuestiones como lecciones sobre la creación de un crecimiento económico sostenible hasta las implicaciones de las políticas fiscales del gobierno.

Parece que las donaciones por parte del gobierno a los grandes bancos y a las grandes empresas continuarán a pesar de las promesas que el presidente Donald Trump prometió eliminar. Y no sólo eso, sino que no pasarán por la supervisión necesaria, bastará con que dos de los tres directores del Banco de Exportación e Importación de Estados Unidos la aprueben, directores que ocupan cargos políticos y que conforman la Corporación Privada de Financiamiento de Exportaciones (PEFCO, por sus siglas en inglés).

Veronique de Rugy se muestra sorprendida al encontrar una entidad gubernamental con lazos tan estrechos que haya pasado desapercibida ante las revisiones públicas desde 1971 y considerando que existe una creciente exposición de los contribuyentes a la deuda bancaria.

PEFCO es una entidad privada conformada por bancos y grandes corporaciones que han operado por 25 años consecutivos bajo términos especiales, adquiriendo préstamos financiados por el Banco de Exportación e Importación, los cuales están respaldados por los contribuyentes, lo que no implica ningún riesgo para los bancos. La concesión de esta entidad concluye en diciembre; sin embargo, el presidente del Banco de Exportación e Importación convocó con urgencia una votación para la próxima semana. Considerando las palabras del presidente de Estados Unidos, esta votación no debería llevarse a cabo, al contrario, necesitaría hacerse una investigación minuciosa sobre sus relaciones con las corporaciones y bancos con quienes mantiene estrecha relación.

La autora utiliza un ejemplo hipotético en el que Boeing, empresa multinacional estadounidense que se especializa en el diseño y fabricación de aeronaves quiere vender aviones a la aerolínea de la República Popular de China, China Air, la cual con el respaldo del primero solicita al Banco de Exportación e Importación un préstamo para poder comprar el avión. Empresas como JP Morgan Chase, que es una de las empresas de servicios financieros con mayor historial, genera el préstamo del Banco de Exportación e Importación, respaldado por los contribuyentes.

Posteriormente esta empresa vende el préstamo a PEFCO, quien lo compra haciendo uso de la deuda obtenida de inversores y por lo tanto JPMorgan gana cantidades monetarias importantes sin correr ningún riesgo de pérdida. La autora considera este arreglo como el peor de todos los programas de préstamos avalados por el gobierno, por la cantidad de irregularidades que presenta como que sus accionistas incluyen los mismos grandes exportadores corporativos que representan gran parte del financiamiento y que el sector aeronáutico representa el mayor porcentaje de los préstamos garantizados.

El Banco de Exportación e Importación se ha visto presionado a solicitar comentarios públicos sobre la renovación de PEFCO y hasta el momento todos los comentarios han sido a favor, ya que todos vienen de prestamistas y miembros importantes del mismo y argumentan que la entidad es de fundamental ayuda para las pequeñas empresas; sin embargo, las investigaciones demuestran lo contrario.

También han sacado ventaja de la crisis de Covid-19 e incluso podrían pasar desapercibidos y lograr una renovación de 25 años más. Lo ideal, sugiere Veronique, es que el contrato de garantía se extienda un año más y en este tiempo el Congreso de Estados Unidos podría evaluar, investigar y tomar decisiones frente a una economía estadounidense en recuperación.