Hiroko Tabuchi es una periodista climática para The New York Times. Anteriormente redactó artículos sobre tecnología, economía y negocios japoneses desde Tokio.
En 2013, Tabuchi formó parte del equipo galardonado con el Premio Pulitzer en la categoría de Informes Explicativos. En 2011, formó parte del equipo cuya cobertura del tsunami y el desastre nuclear en Japón fue nombrado finalista del Premio Pulitzer de información internacional. Ha trabajado para medios como The Associated Press y The Journal.

Contrario a lo que los grupos defensores de la industria petrolera claman en público, las emisiones de dióxido de carbono provenientes de la extracción de gas y petróleo no están bajo control, de acuerdo con una grabación de una reunión de Independent Petroleum Association of America, un grupo que representa a las compañías de energía, obtenida por The New York Times.

El año pasado (2019), en dicha reunión, Ron Ness, presidente del Consejo del Petróleo de Dakota del Norte, afirmó que en busca de petróleo, las empresas están quemando gas a propósito para reducir los gastos que conlleva desecharlo correctamente. En este sentido, los esfuerzos por presentar el gas natural como una fuente de energía más limpia y respetuosa con el clima son un engaño más de la industria para deslindarse de su contribución a la crisis climática.

En la grabación analizada por el diario estadounidense y proporcionada por fuentes confidenciales, los comentarios de los líderes de las empresas petroleras y de gas contradicen los discursos que dan en público respecto al daño de la industria y su contribución a la crisis climática: mientras que ante todas y todos se presentan como parte de la solución, la realidad es que estas empresas están generando contaminación sin generar energía utilizable. Ante la exposición pública de la grabación, los involucrados se han negado a confirmar sus comentarios.

La extracción de gas natural es una actividad extremadamente contaminante, incluso más que la perforación de pozos petrolíferos, de ahí la importancia de la filtración de la grabación analizada en The New York Times. Adicionalmente, la perforación en busca de gas también provoca importantes fugas de metano directamente a la atmósfera, lo que es incluso más dañino para el clima que la quema del gas (Véase dato crucial 1).

Para abordar el problema, la administración Obama había propuesto nuevas regulaciones que habrían requerido, entre otras medidas, que las compañías de petróleo y gas instalen tecnología para detectar y reparar fugas de metano de sus pozos, tuberías e instalaciones de almacenamiento. Pero una coalición de compañías de petróleo y gas presionó a la administración Trump para que abandonara esas reglas.
“La industria del petróleo y el gas natural tiene un incentivo económico puro para evitar que cada molécula de 'contaminante' se escape a la atmósfera”, escribió James D. Elliott, abogado que representa una coalición de grupos de petróleo y gas liderados por la Independent Petroleum Association.

Es así que la administración del actual presidente de Estados Unidos, respalda las irregularidades de la industria al no exigir el cumplimiento de las normas aún sabiendo los daños que el gas metano genera al planeta. El debilitamiento del estándar de metano es el último de una larga lista de retrocesos de la política ambiental bajo el presidente Trump, quien ha prometido flexibilizar las regulaciones sobre la industria.

La creciente preocupación por el cambio climático por parte de las mayorías, parece ser un aliciente para que este tema se coloque dentro de las prioridades a atender adecuadamente. Así lo reconocen los involucrados en la industria petrolera estadounidense en la reunión que sostuvieron y de la cual se filtró el audio, en el cual califican de “hippies” a las y los activistas medioambientales.