Incendios incontrolables, cielos anaranjados y agua contaminada: el cambio climático se respira en California

Cita: 

Fuller, Thomas y Christopher Flavelle[2020], "Incendios incontrolables, cielos anaranjados y agua contaminada: el cambio climático se respira en California", The New York Times, New York, 12 de septiembre, https://www.nytimes.com/es/2020/09/12/espanol/estados-unidos/cambio-clim...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Sábado, Septiembre 12, 2020
Tema: 
California en crisis climática y sanitaria
Idea principal: 

Christopher Falver es reportero de The New York Times, enfocado en cómo las personas, los gobiernos y las industrias hacen frente a los efectos del calentamiento global.

Thomas Fuller es el jefe de oficina de The New York Times San Francisco. Sus coberturas abarcan entre otros, los golpes militares en Tailandia, la desaparición forzada en la dictadura en Myanmar, prisioneros políticos, la crisis financiera asiática, la expansión de la Unión Europea y los incendios forestales en Borneo.


Hace unos cuantos años el cambio climático era algo que no se entendía muy bien qué era, pero se decía que en algún momento sufriríamos sus consecuencias. Hoy, California se ve afectada por los incendios forestales que han cobrado decenas de vidas, poco más de un millón de hectáreas de bosques y que colocan a 2020 como el peor año de incendios que se ha registrado.

California es el estado con mayor índice poblacional de Estados Unidos y los autores consideran no tomarlo como un caso aislado pues es un claro ejemplo de “un efecto en cascada en el que una serie de desastres coinciden y se detonan o amplifican entre sí”. Las y los estudiosos del clima han mostrado su preocupación pues son eventos que no consideraban testificar tan pronto.

Roy Wright, habitante de Vacaville, California, y quien dirigió programas de resiliencia en la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) declaró que “se están cayendo las piezas de dominó como los estadounidenses nunca se habían imaginado. Es apocalíptico.”

El fuego también ha llegado a la costa oeste del país, Washington y Oregón son dos estados que durante la segunda semana del mes de septiembre se han visto alcanzados por las llamas.

California está sufriendo lo que se conoce como reacción en cadena. Los altos índices de calor durante el verano ocasionaron sequías jamás experimentadas. La aridez facilitó que las temporadas de incendios forestales que alargaran más de lo que se había registrado.

Las y los californianos están experimentando ese algo del que se hablaba y que se denominaba como cambio climático. Los incendios están provocando desplazamientos de cientos de personas, pero también están ocasionando contaminación en los mantos acuíferos. A esta dramática situación hay que agregar el contexto pandémico, que ya de por sí implicaba una batalla para miles de personas. Las aseguradoras han cancelado las pólizas de seguro de las y los propietarios de las viviendas y los servidores públicos han cortado el servicio de electricidad para miles de personas tras saber de la amenaza de más incendios forestales.

El gobernador Gavin Newsom comentó el mes pasado que, si aún no se creía en el cambio climático, visitar California era el escenario perfecto para comenzar a hacerlo.

Los climatólogos responsabilizan al comportamiento humano detrás de esta crisis en cadena, sobre todo a la quema de combustibles fósiles que ha generado un incremento en las temperaturas ocasionando sequías que detonan en incendios forestales.

Mark Harvey ex director en el Consejo de Seguridad Nacional hasta el pasado enero declaró la deficiencia que tiene el gobierno al tratar con situaciones con efectos en cadena; dice que sus sistemas no están diseñados más que para tratar con un problema a la vez.

Los incendios forestales en California son comunes; sin embargo, este año se propagaron con mayor velocidad y su temporada se ha alargado, colocando a 2020 como año récord.

Por su parte, Daniel Swain, climatólogo de Instituto del Medioambiente y Sustentabilidad en la Universidad de California ha declarado su impresión al ver la velocidad con la que varios incendios enormes y destructivos ocurren a la vez. Menciona también que en su gremio nadie había visto algo de la misma magnitud.

Las afectaciones económicas, ambientales y de salud que dejan los incendios a su paso son graves a mediano y largo plazo. Estudios han demostrado que el humo proveniente de un incendio forestal llega a ocasionar olas de calor y paralelo a ellas la tasa de hospitalizaciones se eleva, teniendo como principales cuadros, problemas respiratorios, paros cardiacos y derrames cerebrales.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han emitido comunicados donde advierten que las y los pacientes con COVID-19 presentan mayor vulnerabilidad a ser afectadas por el humo de los incendios.

El vocero de la Asociación Americana del Pulmón y profesor de Medicina de la Universidad de California declaró que “cuanto más tiempo dure el aire contaminado en California, más preocupaciones tendremos por los efectos adversos en la salud” (foto adjunta).

Respecto al agua potable, es bien sabido que la escorrentía de los hogares incinerados es capaz de transportar químicos nocivos a las aguas subterráneas y sus reservorios. Investigaciones realizadas después de los incendios forestales de 2017 y 2018 revelaron que los acueductos están contaminados por benceno y otros químicos peligrosos provenientes de los plásticos dañados por el calor en la infraestructura hidráulica. Es importante que las comunidades reconozcan esta vulnerabilidad y sepan que los productos químicos pueden filtrarse durante meses, dijo Andrew J. Whelton, autor de un estudio sobre contaminación del agua.

Hasta ahora, los terremotos eran los únicos desastres que las y los californianos consideraban que podían dañar sus hogares, dejarles sin electricidad o hacer inhabitable su vecindario, pero fueron las amenazas de incendios lo que les puso en alerta o en la puerta con sus maletas, linternas, silbatos, medicamentos, efectivo y cinta adhesiva como es el caso de la abogada jubilada Susan Luten y familia, quienes tienen estudiadas las rutas de escape.

Luten compartió sus experiencias de los últimos días en donde destaca la inestabilidad del ambiente: “hace dos días estábamos asando adentro porque, en medio de una ola de calor, debíamos tener las ventanas cerradas para evitar el humo. Hoy estamos frescos, pero no podemos ver al otro lado de la calle” dijo mientras toda el área de la Bahía de San Francisco estaba cubierta por un resplandor anaranjado y el sol oculto por las enormes columnas de humo. Resulta dramático pensar en todo el contexto, añade.

Emily Szasz, estudiante de posgrado de Historia del Arte en Santa Cruz dijo que nunca se había encontrado en una situación similar, que, si bien los incendios no son una novedad, en esta ocasión era diferente. También comenta que en la Universidad uno de sus profesores les explicó la alta probabilidad que California y la costa oeste fueran las primeras áreas en sufrir los efectos del cambio climático en todo el país y que ahora, son palabras que resuenan en su mente.

Resulta importante mencionar que a pesar de que los incendios se extingan en este año, los problemas económicos serán irreparables. Por ejemplo, los apagones que son independientes de los cortes eléctricos; sin embargo, éstos también generan graves pérdidas al sector orillando a las empresas a retirarse de las áreas propensas a los incendios. Considerando lo anterior, las aseguradoras inmobiliarias se encuentran en crisis “esperando ver el tamaño de las pérdidas de este año y cómo decide proceder el estado” dijo Rex Frazier, presidente de la Personal Insurance Federation de California.

Tenemos que considerar esta situación como un llamado de atención, no podemos taparnos los oídos, cerrar los ojos y desear que desaparezca, dice Wright, exfuncionario de FEMA y actual presidente de Insurance Institute for Bussiness & Home Safety.

Philip B. Duffy, científico climático, explica que a esto se referían con un mundo en calentamiento y que esto no es “la nueva normalidad” sino que empeorará.

Datos cruciales: 

1. Seis de los 20 incendios más destructivos en la historia moderna de California han sucedido en 2020.

2. Según registros del Servicio Forestal de Estados Unidos la sequía prolongada que concluyó en 2017 fue una de las principales causas de la muerte de 163 millones de árboles en los bosques de California.

3. Bear Fire ha sido el décimo incendio más grande en la historia de California pues arrasó con 3 077 hectáreas en 24 horas.

4. Después del incendio de 2018 en Paradise se encontró que algunas muestras de agua tenían 2 000 partes por mil millones de benceno, mientras que, en el condado de Sonoma, se encontraron muestras que tenían 40 000 partes por mil millones, cuando la Agencia de Protección Ambiental clasifica como peligrosa al agua cuando presenta niveles superiores a las 500 partes por mil millones.

Nexo con el tema que estudiamos: 

A causa de la actividad humana e industrial se han detonado fenómenos que resultan cada vez más intensos, prolongados y visibles en todo el mundo; sin embargo, hay lugares en donde se han concentrado y presentado en forma de cadena dejando graves consecuencias a su paso.

Estas situaciones son un llamado de atención hacia las formas de relacionarnos con el ambiente y modificar los procesos de producción y consumo que hasta hoy en día parecían haber funcionado.