La reconocida revista Science publicó un nuevo estudio sobre la Amazonía en el que expone que la deforestación no es la principal causa de daño de la superficie del bosque sudamericano, sino que es la degradación del suelo, fenómeno menos conocido, pero que se ha incrementado en los últimos 22 años en la región.

El artículo argumenta que no se conoce mucho sobre la degradación de los suelos ya que la deforestación se ha llevado toda la atención por parte de los organismos de control y desarrollo. Además de que es más fácil de medir, contrario a la degradación de los suelos, que incluso es más difícil de localizar. El estudio revela que al menos 308 311 kilómetros fueron deforestados entre 1992 y 2014, mientras que 330 427 kilómetros fueros destruidos a causa de la degradación en el mismo período, afectando poco más del 30% del bioma, mientras que el otro 70% corresponde a la parte del bosque que no está preservada. Investigadores analizaron 1 200 imágenes satelitales en donde se presenta degradación del suelo y concluyeron que la destrucción, considerando la degradación y la deforestación oscila alrededor de 40% de la superficie de Amazonía, es decir, un millón de metros cuadrados.

El fenómeno de la degradación, ocasionado sobre todo por la alteración de la naturaleza, ha afectado a los bosques de la Amazonía ocasionando un cambio en el tipo de suelo y del ecosistema. Esto que impide el almacenaje de carbono y agua, por mencionar algunos ejemplos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) declaró que “los suelos degradados contienen un estado de salud que no pueden proporcionar los bienes y servicios normales del suelo en cuestión en su ecosistema”.

Las y los científicos concluyen que ambos fenómenos deberían captar la atención y analizarse en la misma proporción para así poder entender el verdadero daño que se está haciendo a uno de los pulmones del planeta.