Todd Miller es un escritor e investigador estadounidense. Su campo de trabajo se centra en temas fronterizos y de migración. Reside en Tucson, Arizona, no obstante realiza estancias de investigación prolongadas en Oaxaca, México. Es colaborador en publicaciones como The New York Times, TomDispatch, The Nation, San Francisco Chronicle, entre otras.

El gobierno de Trump se ha basado en gran medida en la implementación de políticas fronterizas, no obstante, su enfoque sobre el control de la frontera entre México y Estados Unidos no es algo nuevo. Por lo que el informe denominado More than a Wall se centra en realizar una revisión de la historia estadounidense así como de las políticas fronterizas que este país ha seguido a lo largo de los años, la cual se ha enfocado en la militarización de la frontera. Respecto a este tema, existe un consenso entre republicanos y demócratas.

La militarización de la frontera estadounidense no es un asunto fortuito, porque responde a la economía de guerra de dicho país, así como de la injerencia de empresas productoras de armamento y proveedoras de servicios ligados con la seguridad nacional. Con acciones como “sus contribuciones de campaña, cabildeo, compromiso constante con los funcionarios del gobierno y la puerta giratoria entre la industria y gobierno, estas corporaciones de seguridad y sus aliados gubernamentales han formado un poderoso complejo fronterizo-industrial”.

El papel y poder de estas corporaciones dentro de las políticas estadounidenses son responsables directos del enfoque militar que éstas han adoptado. Del mismo modo, de acuerdo con el texto, desde 1980 el presupuesto destinado al control de la frontera e inmigración” aumentó de manera exponencial.

De esta manera, Donald Trump tomó el tema fronterizo como estandarte de su campaña, no obstante, sus promesas e intenciones son sólo una parte de la política de fronteras estadounidense, ya que dese años atrás el gobierno ha expandido las tareas de monitoreo, tecnología y cuidado de esta área.

Las estrategias de la patrulla fronteriza funcionan a través de un mecanismo de múltiples capas, que funciona como medidas de prevención y control de arribo de migrantes al país. El gobierno estadounidense implementó una serie de capacitaciones que son otorgadas a guardias fronterizos extranjeros. También, se han realizado transferencias de recursos e infraestructura a otros países para la vigilancia de fronteras, situación que ha beneficiado económicamente a las empresas proveedoras de estos servicios.

Aunado a lo anterior, tan solo en 2014, VisionGain argumentó que el mercado mundial de seguridad fronteriza se encontraba en un periodo de auge sin precedentes, debido a los siguientes elementos: 1) la inmigración ilegal e infiltración terrorista; 2) vigilancia policial en países en desarrollo y 3) la maduración de nuevas tecnologías. En la actualidad, Estados Unidos cuenta con el mercado más grande de empresas proveedoras de este tipo de servicios, cuestión aprobada tanto por demócratas como por republicanos.

Por su parte, el informe More than a Wall realiza una revisión de los ingresos recaudados por la industria de seguridad fronteriza: existen más de 334 mil contratos para fronteras e inmigración en servicios de control con valor de 80.5 mil millones de dólares. Éstos fueron emitidos entre 2006 y 2018 por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos y la Guardia Costera.

La mayoría de los servicios de seguridad nacional son suministrados por 14 grandes empresas: Accenture, Boeing, Elbit, Flir Systems, G4S, General Atomics, General Dynamics, IBM, L3 Technologies, Lockheed Martin, Northrop Grumman, PAE, Raytheon, UNISYS. Las empresas mencionadas obtienen beneficios económicos al trabajar con el ejército estadounidense.

Las altas cantidades de dinero destinadas a grupos de control de la defensa nacional estadounidense merman el presupuesto de los grupos humanitarios que buscan ayudar a los refugiados y migrantes. Tan solo en 2016 la Oficina de Reasentamiento de Refugiados asignó 14 900 000 millones de dólares a nueve organizaciones sin fines de lucro para ayudar a los migrantes (un presupuesto sumamente bajo en comparación con el dinero destinado a la seguridad nacional).

Del mismo modo, muchas de las empresas proveedoras de servicios relacionados con la seguridad nacional se han visto involucradas en diversos escándalos. Por ejemplo, la empresa de tecnología UNISYS fue culpada en 2005 de facturar en exceso a los contribuyentes por casi 171 000 horas de trabajo. Por otra parte, Flir Systems fue acusada de soborno en 2015; mientras G4S ha enfrentado cargos por maltrato e incluso la muerte de detenidos en Estados Unidos y Reino Unido.

Por su parte, “el seguimiento de los contratos del gobierno de Estados Unidos para operaciones de seguridad fronteriza en el extranjero es más difícil de calcular debido a que son desembolsados por múltiples agencias a través de más de 100 programas”. No obstante, una de las empresas más beneficiadas monetariamente es Raytheon, que “recibió más de mil millones de dólares entre 2004 y 2019 de la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa”, ya que ha participado en implementación de la estructura fronteriza.

Las universidades también se han beneficiado de las políticas de protección fronteriza de Estados Unidos al recibir financiamiento del gobierno, recibiendo 10 millones de dólares destinados a centros de excelencia enfocados a estudiar las fronteras, comercio e inmigración y otros 90 millones de dólares destinados a investigación y desarrollo.

La fortuna de las empresas proveedoras de servicios ligados a la protección de la frontera se debe al poder que éstas han adquirido dentro de la política de Estados Unidos y a las aportaciones que realizan a las campañas de los miembros del Comité de Asignaciones de la Cámara, organismo del gobierno que regula los gastos del mismo.

En palabras del propio autor, “la relación entre el gobierno y la industria se ha vuelto tan estrecha y tan borrosa que algunos funcionarios del gobierno ya no ven ninguna distinción”. La enorme industria que representa la seguridad nacional ha permitido que las corporaciones involucradas tengan bastante influencia dentro la estructuración de la política estadounidense. Lo anterior ha permitido que la defensa de las fronteras sea uno de los elementos con mayor importancia dentro del gobierno estadounidense. Cabe destacar que esta cuestión se ha exacerbado con el gobierno de Donald Trump. Finalmente, el amplio presupuesto otorgado a la defensa de las fronteras debilita los esfuerzos de las organizaciones de protección a los migrantes para apoyarlos ampliamente.