Les filières turques de mercenaires syriens en Azerbaïdjan

Cita: 

Jean-Pierre Filiu [2020], "Les filières turques de mercenaires syriens en Azerbaïdjan", Le Monde, Paris, 18 de octubre, https://www.lemonde.fr/blog/filiu/2020/10/18/les-filieres-turques-de-mer....

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Domingo, Octubre 18, 2020
Tema: 
Mercenarios sirios son enviados al conflicto de Azerbaijan bajo las órdenes de Turquía.
Idea principal: 

Jean-Pierre Filiu es un catedrático francés, historiador y arabista, especialista en el Islam contemporáneo. También es profesor de la universidad Sciences Po en París.


Jean-Pierre Filiu señala que el rápido despliegue de mercenarios sirios a través de Turquía hacia Azerbaiyán revela la proyección militar turca, incluso más extensa que en Libia. El 27 de septiembre de 2020 se reanudó el conflicto de Nagorno-Karabaj acompañado por el rápido despliegue de más de 1 500 mercenarios sirios en Azerbaiyán.

Turquía limitó su participación directa en este conflicto al enviar estos batallones auxiliares (lo que también evitó la pérdida de vidas). El autor plantea que esta situación demuestra la integración de las unidades mercenarias sirias que reemplazan a las tropas turcas en el frente azerbaiyano. Este despliegue de mercenarios constituye un nuevo desafío en la ya desestabilizada región de Medio Oriente.

Las milicias pro-turcas de Siria

La primera intervención directa de Turquía en Siria se remonta a agosto de 2016 cuando se lanzó la Operación Escudo del Éufrates contra Daesh, el Estado Islámico, en la zona fronteriza al oeste del Éufrates. No obstante, el objetivo latente de la ofensiva anti-yihadista era evitar que las fuerzas kurdas reunieran su bastión de Afrin y el noreste de Siria al sur de la frontera turca.

De esta manera, el ejército turco (debilitado por el fallido golpe de Estado de julio de 2016), sufrió grandes pérdidas, lo cual llevó al Estado mayor turco a reconfigurar, en 2017, a sus auxiliares sirios en el Ejército nacional sirio (ENS), subordinado a Turquía. Dentro del ENS coexisten grupos del ejército sirio libre (larga punta de lanza de la insurgencia anti-Assad) y milicias orgánicamente vinculadas al ejército turco. Este es el caso de la Brigada Suleiman Shah y la División del sultán Mourad, dos milicias turcomanas que llevan el nombre del patriarca de la dinastía otomana en el siglo XIII y del primer sultán otomano en el siglo XIV, respectivamente.

El ENS está a la vanguardia de las ofensivas anti-kurdas lanzadas por Turquía contra Afrin: una en enero de 2018 y luego contra el noreste de Siria en octubre de 2019. Los auxiliares sirios sufren pérdidas diez veces mayores que los turcos. Estas tropas son culpables de llevar a cabo abusos mediante una política de discriminación sistemática y de terror contra la población kurda.

En los últimos días de 2019, miembros del ENS comenzaron a llegar a Libia para combatir, bajo las órdenes de Turquía, en la milicia libia de Haftar.

Privatización y externalización de la guerra

El autor continúa describiendo cómo se recluta a los mercenarios sirios: se realiza a través de su milicia afiliada, lo que facilita un contrato "privado" con una empresa de seguridad o una pantalla de los servicios turcos. El salario ofrecido es 10 veces superior al ofrecido en Siria. Además, en Libia se ha denunciado el alistamiento de menores, sobre la base de documentos de identidad falsificados.

Los mercenarios suelen ser transportados en vuelos civiles, antes de ser destinados a frentes muy expuestos, donde al menos 5% de ellos muere. Se necesitaron varios meses para transferir alrededor de siete mil mercenarios sirios a Libia. Más de 1 000 fueron enviados a Azerbaiyán, tan pronto como comenzó el conflicto. Su propósito es brindar seguridad a las instalaciones petroleras.

Las bajas humanas han alcanzado los 125 muertos, el doble de la alta tasa registrada en Libia. Esta proporción atestigua la ferocidad de los combates y el papel de "carne de cañón" desempeñado por estos mercenarios sirios. Asimismo, el autor apunta que la velocidad de su despliegue en el frente de Nagorno-Karabaj demuestra la trivialización por parte del Estado mayor turco por el poder.

De la misma manera, estos mercenarios podrían ser instrumentalizados en el norte de Irak, donde las incursiones del ejército turco contra las guerrillas del Partido de los trabajadores de Kurdistán son toleradas por las autoridades kurdas locales, pero condenadas por el gobierno central de Bagdad.

En cuestiones geopolíticas y regionales, el autor observa que las milicias árabes del ENS en Libia destacaron su solidaridad con sus "hermanos" árabes y sunitas. El compromiso en Azerbaiyán junto con una población chií y un régimen secular postsoviético, por otro lado, está dando lugar a un debate serio en el movimiento islamista. Por su parte, la propaganda turca está exigiendo la reducción de las ventas de armas de Israel a Azerbaiyán.

Cabe destacar que la instrumentalización de mercenarios sirios por parte de Turquía estuvo acompañada en Libia por el despliegue de mercenarios rusos y sirios en el campo opuesto del conflicto. En el actual conflicto de Azerbaiyán, los separatistas armenios cuentan con el apoyo de combatientes de la diáspora, un fenómeno difícil de evaluar.

El autor concluye que los millones de sirios no sólo han tenido que soportar su revolución, sino que ahora tienen que aguantar las órdenes de Turquía y librar la guerra hasta el Cáucaso.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Esta nota es muy interesante porque pone de manifiesto la instrumentalización de mercenarios por parte de potencias regionales no occidentales en conflictos armados. En este caso no se observa la participación de corporaciones militares privadas (como empresas legales con una agenda corporativa), sino que, al parecer, se evidencia una participación (quizá ilegal desde el derecho internacional humanitario) de mercenarios explotados por Turquía y sus intereses geopolíticos. Cabe darle seguimiento a la nota.