Cecilia Barria es periodista que cubre la región de América Latina para BBC.

A pesar de que las inversiones de capital chino en América Latina han disminuido durante los últimos años, sigue habiendo una importante presencia de inversión del país asiático en la región, sobre todo en sectores que pueden denominarse estratégicos como la producción de electricidad. En este sentido, destacan las inversiones en energías renovables como parques eólicos o centrales hidroeléctricas en Chile y Brasil.

Debido a la crisis por el coronavirus, aunada a problemas internos como la deuda de las corporaciones chinas, se prevé que las inversiones del país asiático en América Latina se desaceleren. No obstante, China sigue teniendo la mira en la región latinoamericana en mercados como el de materias primas, infraestructura, telecomunicaciones y transportes, además de la antes mencionada producción de energía y la inteligencia artificial.

Las inversiones de China en sectores estratégicos podrían coadyuvar a que este país reemplace la influencia de Estados Unidos en la región. Las inversiones de China en sectores estratégicos en América Latina forma parte del proyecto de la Ruta de la seda, un ambicioso plan de expansión del país asiático impulsado por Xi Jinping desde 2013. Dos proyectos que forman parte de la Ruta de la seda y que tienen creciente relevancia son la "Ruta de la seda digital" (con inversiones en telecomunicaciones, así como en nuevas tecnologías como el reconocimiento facial o los desarrollos tecnológicos para rastrear los contagios de COVID-19) y la "Ruta de la salud" (con oportunidades de venta de equipos de salud para hospitales).

Algunos expertos consideran que China ha cambiado su estrategia de inversiones, pues ha tenido que voltear a ver a su mercado interno debido a que que los habitantes de las zonas rurales en China tienen gigantescas necesidades de agua, electrificación, comunicaciones y transporte, que el gobierno quiere satisfacer. Esto no significa que las inversiones con América Latina dejarán de existir, sino simplemente que se enfocarán en sectores que sean benéficos para China, lo que se traduciría en una disminución de la cantidad de dinero que anteriormente se invertía en América Latina. Además se espera que las nuevas inversiones chinas empleen fuerza de trabajo local debido a que el nivel de vida en China aumentará y con ello los costos laborales. Asimismo se espera que haya menos acuerdos directos entre el gobierno chino y los gobiernos latinoamericanos respecto a inversiones y préstamos y por tanto más procesos de libre competencia abiertos a una mayor cantidad de capitales privados.

Debido a las inversiones en nuevas tecnologías, como las ya mencionadas tecnologías de seguridad, así como las inversiones en sectores estratégicos como el petróleo, la minería y la construcción, podría esperarse que China alcance una mayor influencia geopolítica América Latina, llegando incluso a tener capacidad de injerencia sobre la política gubernamental en algunos países, lo que podría ampliar su dominio geopolítico desplazando a Estados Unidos.