Code Season

Cita: 

Gerety, Rowan [2021], "Code Season", MIT Technology Review, 124(1): 50-57, Boston, enero. https://www.technologyreview.com/2020/12/18/1013239/precision-agricultur...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Enero, 2021
Tema: 
Incorporación de nuevas tecnologías a la agroindustria
Idea principal: 

Rowan Moore Gerety, es un escritor del estado de Arizona en Estados Unidos, escribe para diferentes medios como The New York Times y Scientific American, además de producir podcasts y documentales.

A lo largo de la costa central de California -muy cerca de Silicon Valley- se está impulsando el uso de tecnología para poder mejorar e incluso en algunos casos suplir el trabajo de las personas en una de las tareas más antiguas de la humanidad: la agricultura.

Durante los últimos años ha habido un incremento en la incorporación de tecnologías en la agricultura, estas van desde robots que labran la tierra, hasta la utilización de imágenes satelitales para conocer las condiciones de los cultivos.

A pesar de que en los campos de cultivo suele haber mucho calor y polvo –condiciones no muy favorables para una computadora- la industria de la tecnología ha buscado las maneras de incorporarse a la agricultura, y aunque en un principio la idea de una combinación de ambos campos parecía difícil y poco alentadora, los avances tecnológicos de la actualidad han hecho que esa idea sea un poco más viable.

Asimismo, no solo son los investigadores de la tecnología quienes han buscado integrarse a la agricultura, sino que los mismos agricultores han pagado por drones, maquinaria agrícola y nuevas tecnologías de lectura de imágenes satelitales en la búsqueda de hacer más eficientes los procesos productivos.

Por ejemplo, le tecnología de reconocimiento de imágenes ha avanzado bastante durante ellos últimos 20 años. Debido a esto, este tipo de tecnología se ha comenzado a incorporar dentro de los campos de cultivo, con la finalidad de conocer las condiciones del suelo en el que se va a cultivar, así como la salud de las plantas por cosechar.

Dado que la agricultura suele estar llena de incertidumbres, tales como las variaciones del clima en cada ciclo, las enfermedades que puede presentarse, así como como el hecho de conocer cuánto y en qué momento utilizar fertilizante, e incluso los momentos de riego, y dado que todos estos factores influyen directamente en la fluctuación del precio final de la cosecha, la gran pregunta sobre el uso de la tecnología en la agricultura es si puede superar o al menos igualar el conocimiento empírico de las personas que durante años han trabajado en el campo.

En ese sentido, por ejemplo, se está trabajando en algoritmos de computadora que a través de la recolección de imágenes de cámara y satelitales puedan predecir cuál es el mejor momento para la cosecha, o analizar los procesos biológicos de las plantas y determinar su salud, e incluso determinar el porcentaje de evaporación de agua en las plantas que permita conocer en qué momento es necesario volver a regarlas. Todas estas son situaciones que a los trabajadores del campo les ha costado conocer a lo largo de años de experiencia de trabajo.

Como con otros usos de la inteligencia artificial, en lo que la tecnología agrícola esta sentando un precedente es en la cantidad nunca vista de datos que puede almacenar, pero sobre todo analizar. Sin embargo, esto se enfrenta también a la ardua tarea de la recolección de datos, para lo cual también se necesitan instrumentos de recolección de estos, lo que no es muy atractivo para los trabajadores del campo.

De manera general, los objetivos de la automatización de la agricultura comprenden varios campos: desde minimizar los tiempo de cosecha para así optimizar costos de producción, hasta los esfuerzos por optimizar y minimizar la mano de obra a lo largo del ciclo de cultivo.

De cualquier modo, -culmina el autor- los problemas del sistema alimentario en Estados Unidos no se relacionan tanto con el uso o no de la tecnología, como con las leyes y la política; por ejemplo, las razones por las cuales se siguen utilizando fertilizantes que se sabe que causan cáncer, o porque se cultivan plantíos que requieren gran cantidad de agua en zonas desérticas, terminan siendo decisiones que se toman por cuestiones políticas, ante las cuales la tecnología poco puede hacer.

Finalmente, son las mismas presiones políticas las que impulsan las condiciones para que la ciencia y la tecnología avancen en materia de agricultura, y aunque estas tienen subvenciones federales, los productores directos -a quienes esta destinada esta tecnología- siguen tratándola con cierta precaución.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La producción de alimentos ha sido alcanzada por los avances tecnológicos. En ese sentido, pueden ocurrir grandes cambios en lo que parece ser también un nuevo nicho económico del capitalismo, la intención de mejorar los procesos productivos sigue siendo con la finalidad de incrementar las ganancias, en lugar de garantizar alimentos para la población. Asimismo, la implementación de estas tecnologías, como la utilización de robots ya tiene consecuencias sobre la base de los trabajadores del campo, y puede que en algún momento no se requieran más personas para cultivar, lo cual traerá consigo una gran expulsión de fuerza de trabajo.