Disputa por el Ártico: China y Rusia frente a Estados Unidos

Cita: 

Rivera, Rosario [2021], Disputa por el Ártico: China y Rusia frente a Estados Unidos, CeMeRI, 31 de enero, https://cemeri.org/art/disputa-artico-china-rusia-estados-unidos/

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Domingo, Enero 31, 2021
Tema: 
El Ártico como elemento fundamental de la alianza sino-rusa
Idea principal: 

Rosario Rivera es colaboradora del Centro Mexicano de Relaciones Internacionales (CEMERI) y trabaja temas de geopolítica.


Actualmente el mundo se encuentra dividido en una disputa entre las más grandes potencias: Estados Unidos de América contra la Federación Rusa y la República Popular China (RPCh) en una contienda que no se limita a una guerra comercial; también, es una competencia por zonas estratégicas, principalmente el Ártico, en una pugna en donde Rusia y China llevan ventaja a Estados Unidos.

Tras la disolución de la Unión Soviética (URSS) en 1991, Estados Unidos comenzó a ejercer supremacía a nivel mundial. No obstante, después de 30 años de hegemonía, el gigante norteamericano se ha visto confrontado por el ascenso de nuevas potencias emergentes que han comenzado a limitar el poder estadounidense, en lo que Fareed Zakaria llama un mundo en una fase post-estadounidense.

De la mano con lo anterior, se explica la preocupación estadounidense ante la expansión del poder ruso y del “Dragón rojo”; un nerviosismo nacido de la amenaza que sustenta la cooperación sino-rusa, como parte de la asociación estratégica entre estos países para poner fin al poder de Estados Unidos.

La cooperación sino-rusa, se basa en el uso del smart power o poder inteligente para expandir la influencia china y rusa en el mundo. Este smart power, es una combinación de poder duro y poder suave, que utiliza el poder económico, político, militar y tecnológico, para obtener gran capacidad de negociación. Gracias a esto, la Unión Europea (UE), el aliado de Estados Unidos más cercano geográficamente a Rusia y China, no ha podido impedir la expansión sino-rusa a la región, ya que es dependiente del gas ruso y de las inversiones chinas.

En lo referente a la disputa por espacios estratégicos, es necesario mencionar que el cambio climático ha desarrollado oportunidades para las naciones gracias al deshielo en el Ártico. El Ártico, es una zona que tiene gran cantidad de recursos fósiles y minerales; por ello, es una región geoestratégica con gran impacto en la seguridad energética y comercial del mundo que ha ocasionado que distintos países la vean como una zona de interés natural, como es caso de Rusia. Siguiendo lo previo, el Ártico es una región que Rusia puede aprovechar gracias a su ubicación geográfica y gracias al apoyo chino en mano de obra y tecnología; por ello, el presidente ruso Vladimir Putin manifestó que para su gobierno el Ártico concentra aspectos de seguridad nacional: militar, política, económica, tecnológica, medioambiental y de recursos.

La importancia del Ártico en la contienda sino-rusa contra Estados Unidos, puede ser explicada mediante el planteamiento de geopolítica de Rudolf Kjellén y la Teoría del poder marítimo de Alfred T. Mahan. En primer lugar, geopolítica es definida como “la influencia de los factores geográficos, en el desarrollo político en la vida de los Estados y pueblos”; por su parte, la teoría del poder marítimo hace referencia al papel del mar como un instrumento geopolítico gracias a su capacidad de actuar como medio de transporte y de comunicación. Así, se explica que el Ártico sea una zona en disputa gracias a que presenta las condiciones geográficas para la creación de nuevas rutas marítimas que faciliten la extracción y el traslado de recursos.

Rusia: la potencia ártica

Actualmente, existen seis países que por su cercanía al Ártico se declaran como “naciones árticas”, mismas que claman tener soberanía sobre la región: Rusia, Estados Unidos, Dinamarca, Canadá, Islandia y Noruega; de las cuales, la Federación Rusa abarca la mayor parte de la región ártica.

Debido a su proximidad con el Ártico, históricamente Rusia ha reflejado sus intereses nacionales en la región, intereses que culminaron en el desarrollo de su actual política ártica. Los inicios de la política ártica rusa se dieron en 1931 cuando la URSS se encontraba bajo el mandato de Iósif Stalin, el objetivo de dicha política era iniciar y promover el desarrollo en el norte de Siberia. A la política estalinista siguió la construcción y desarrollo de canales, caminos e instalación de bases militares en el Ártico.

Así, el 14 de junio de 2001 bajo el mandato de Vladimir Putin, se aprobaron los Principios de la Política de la Federación de Rusia en el Ártico, documento en donde se señala que todas las actividades que Rusia practique en la región serán en favor de su defensa y seguridad nacional. Aunado la anterior, en 2009 se desarrollaron los “Fundamentos de la política estatal de la Federación Rusa en el Ártico hasta el año 2020 y con una perspectiva ulterior” y en 2013, la política ártica llegó a su cúspide con la Estrategia de Desarrollo del Ártico Ruso y Provisión de Seguridad Nacional, en donde el gobierno ruso alude a la cooperación estratégica sino-rusa en relación al Ártico, en aras de atraer y potenciar las relaciones económicas, tecnológicas y militares con la RPCh.

Por lo anterior, Rusia se ha convertido en una potencia ártica, ya que gracias a su sector militar, tecnológico y científico, esta nación ha podido proyectarse en la zona con una ventaja sobre otros países en la carrera por lo recursos del Ártico. Se trata de una ventaja que se encuentra potencializada gracias al aumento de la importancia de las flotas de rompehielos y, al papel de Rusia como la nación con la flota de rompehielos más grande del mundo.

China: un país semi ártico

La República Popular China ha comenzado a mostrar interés en el Ártico ya que busca expandir sus rutas comerciales a lugares estratégicos más allá del Sureste Asiático.

Para China, el tráfico marítimo es cuestión de seguridad nacional ya que más de 60% de su comercio se moviliza por mar. A razón de lo anterior, se dio la reactivación de la Ruta de la Seda bajo el liderazgo de Xi Jinping, un proyecto que además prevé el desarrollo de la Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI y la Ruta Polar de la Seda; lo que por ende, proporciona a la RPCh una vía terrestre, una vía marítima y una vía por el Ártico, para proyectar a China como una potencia que ha cumplido sus objetivos geoestratégicos, militares y expansionistas.
La Ruta Polar de la Seda fue anunciada el 18 de enero de 2018 en la publicación de la estrategia ártica, en donde China se declaró un estado “cercano al Ártico”. El interés chino en la zona se debe a que el Ártico no solo proporciona acceso a recursos naturales, también implica el uso de la Ruta del Norte.

El acceso a la Ruta del Norte es importante para China en la cuestión económica y comercial y, en el aspecto de seguridad nacional. Esto se debe a que para la RPCh es fundamental la expansión de sus rutas comerciales, ya que con ello, incrementa su poder en el comercio marítimo y se expande su zona de influencia; aunado a ello, implica que China tendrá mayor diversificación. Lo anterior, se ha llevado a cabo en la zona Indo-pacífica, en los mercados de Asia Occidental y África; sin embargo, se trata de una zona que además de ser volátil, tiene gran influencia de Estados Unidos e India, por lo que la amenaza de conflictos territoriales y geopolíticos es alta.

A propósito de lo anterior, la Ruta Polar de la Seda proporciona a China diversos beneficios que no podría asegurar de la ruta del sur: proporciona seguridad ante conflictos bélicos y ayuda a diversificar las vías energéticas y comerciales. Además, esto facilita a China la oportunidad de expandir su ideología por medio de la diplomacia y la cooperación internacional.

En este sentido, China sigue una diplomacia de cooperación sur-sur, por lo que ha sido capaz de desarrollar alianzas estratégicas que le han permitido obtener apoyo de naciones árticas. Bajo esta diplomacia, China ha sido capaz de incursionar en Europa Central y Oriental, posicionándose como un “rival estratégico” de la UE y, un aliado de Rusia: el país más grande del mundo, el cuál conecta a Europa y a Asia, y brinda a estos estados la oportunidad de tener acceso a los Océanos Ártico y Pacífico.

Conclusiones

La cooperación estratégica entre China y Rusia, se ha apoyado en el poder económico, militar, territorial, políticos y diplomático de estas naciones. Poder que han utilizado para fortalecerse a nivel internacional en contraposición a Estados Unidos.

Uno de los aspectos más relevantes de la disputa entre estas potencias, se ubica en el tema geopolítico del Ártico, una región de gran riqueza natural en la que Rusia y China tienen ventaja sobre otras naciones, gracias a las características geográficas rusas y al trabajo chino para poder ejercer decisiones en la zona. De esa forma, el trabajo sino-ruso en el Ártico, significa que estos países se encuentran dentro de una gran ejecución estratégica que de resultar de manera positiva, le proporcionaría al “Dragón rojo” y al gigante euroasiático el control sobre un espacio vital en donde se encuentran alrededor de 90 billones de barriles de petróleo no descubiertos, es decir 13% del oro negro global, así como 30% del gas natural mundial aun no descubierto.

Datos cruciales: 

1. Como parte de su flota de rompehielos, Rusia cuenta con 40 naves de las cuales, 4 son rompehielos pesados que operan todo el año en el hielo moderado; 31 son rompehielos medianos y operan todo el año en hielo grueso; 16 son rompehielos ligeros que operan en verano y otoño en hielo de grosor medio.

2. En comparación con Rusia, Estados Unidos únicamente cuenta con un rompehielos.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La alianza de Rusia y China en su disputa contra Estados Unidos no solo es importante en el sentido de que se ha recrudecido una contienda por las dinámicas de poder a nivel internacional; sino, que también significa que la destrucción medioambiental y sus efectos, como es el cambio climático, se han convertido en elementos fundamentales de la lucha por la hegemonía. En este sentido, el calentamiento global ha propiciado que las herramientas tradicionales de las disputas por el poder cambien, lo que ha convertido a la innovación, a la ciencia, la tecnología y al mercado, en instrumentos clave y en las razones para la discordia entre estados; asimismo, la destrucción del ambiente ha propiciado que los recursos naturales sean cada vez más, una causa de conflictos por la apropiación de la tierra, conflictos que han comenzado a expandirse a lugares que antes no eran primordiales en la disputa hegemónica.