Texas Blackouts Point to Coast-to-Coast Crises Waiting to Happen

Cita: 

Flavelle, Christopher, Brad Plumer y Hiroko Tabuchi [2021], "Texas Blackouts Point to Coast-to-Coast Crises Waiting to Happen", The New York Times, New York, 21 de febrero, https://www.nytimes.com/2021/02/20/climate/united-states-infrastructure-...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Domingo, Febrero 21, 2021
Tema: 
Estados Unidos sufre una crisis en cadena debido a los desastres ambientales ocasionados por el calentamiento global
Idea principal: 

Christopher Flavelle es un reportero estadounidense de The New York Times que se centra en cómo personas, gobiernos e industrias tratan de hacer frente a los efectos del calentamiento global.

Brad Plumer, es un reportero climático especializado en políticas y esfuerzos tecnológicos para reducir las emisiones de dióxido de carbono.

Hiroko Tabuchi es una reportera climática de The New York Times. Previamente, ha escrito artículos con base en temas relacionados con la economía, los negocios y tecnología japonesa.


Los autores del artículo hacen un análisis acerca de los desastres climáticos pasados, presentes y futuros en Estados Unidos, que han afectado varias regiones del país. A partir de esto, describen procesos climáticos que desencadenan problemas más serios que dañan el funcionamiento de ciertos servicios públicos. Cuestión que afecta tanto a la población estadounidense y al gobierno como a las industrias del país, y por tanto, a los países que dependen de ellas. Con respecto a esto, Flavelle, Plumer y Tabuchi hacen referencia a las tormentas que está viviendo Estados Unidos desde inicios de 2021, (Dato crucial 1).

Texas, uno de los estados más afectados, trató de restaurar la electricidad y el agua desde el 15 de febrero de 2021, pero se dice que el peligro de este clima extremo ya estaba ampliándose por todo Estados Unidos. Así pues, aunado a los apagones y a la disminución en la producción de petróleo, Ohio también se vio vulnerado, pues sus sistemas de agua potable dejaron de funcionar.

En ese sentido, la crisis climática provoca tormentas intensas, inundaciones, olas de calor, incendios forestales y otros fenómenos que presionan las bases económicas del país. Éstas son: "su red de carreteras y ferrocarriles, sus sistemas de agua potable, sus centrales y redes eléctricas, sus vertederos industriales e incluso los hogares de sus habitantes", (Flavelle; Plumer y Tabuchi, 2021). Si una sección falla, se crea un “efecto dominó” en otras zonas que también empiezan a experimentar averías impredecibles.

Cabe mencionar que la infraestructura de estos servicios fue construida hace una década, con la esperanza de que no habría una inestabilidad de su entorno, o ésta oscilaría dentro de los límites de lo predecible. Sin embargo, el cambio climático cambió esta perspectiva, pues de acuerdo con Alice Hill, supervisora de la planificación de riesgos climáticos en el Consejo de Seguridad Nacional en la administración Obama, hay un choque con el “futuro de los extremos”, pues hay un aumento general de clima extremo que trae consigo nuevos riesgos.

Puede verse un ejemplo de esto, en el desborde de los sistemas de alcantarillado que se vuelve cada vez más frecuente. Esto conlleva a un derrumbe de casas y carreteras costeras, por la erosión de estos acantilados. Como resultado, se derrama ceniza de carbón, “el residuo tóxico producido por las plantas de combustión de carbón en los ríos, mientras las inundaciones abruman las barreras destinadas a detenerlo”, (Flavelle; Plumer y Tabuchi, 2021). Y los incendios forestales que esto provoca dañan casas que no fueron creadas para resistir este tipo de eventos.

Con base en estos problemas climáticos, Shalini Vaijhala (asesora en amenazas climáticas), dijo que los gobiernos quieren gastar lo menos posible en la protección contra desastres medioambientales porque los consideraban improbables. No obstante, el cambio climático ha hecho que esta lógica cambie, ya que la inacción resulta más costosa.

Así pues, la administración Biden, ha dedicado gran parte de sus planes políticos al cambio climático, haciendo hincapié en la urgencia de reducir las emisiones de los gases del efecto invernadero y de crear empleos relacionados con las energías renovables. Sin embargo, no ha hablado mucho sobre cómo mitigará los efectos crecientes del cambio climático. Es por eso que algunos expertos en resiliencia climática, como Samantha Montano, profesora asistente en la Academia Marítima de Massachusetts, critican a Biden. Montano considera que, su equipo climático carece de experiencia, al no atender las emergencias climáticas que ha tenido que enfrentar Estados Unidos en febrero de 2021.

Vendant Partel, un portavoz de la Casa Blanca, señaló en un comunicado que crear una infraestructura duradera y sostenible que sea capaz de resistir a condiciones climáticas extremas resulta importante para la creación de empleos y para la reducción de gases del efecto invernadero. Sin embargo, el reto está en que Biden logre convencer al Congreso de gastar millones de dólares para renovar y mejorar la infraestructura de su país.

En cuanto al costo para la sociedad, este tipo de eventos climáticos alteran a los hogares de bajos ingresos y a otras minorías como las personas de la tercera edad y los ciudadanos con un nivel de inglés limitado. Según un profesor de la Universidad del Sur de Texas que estudia las disparidades raciales relacionadas con el cambio climático, Robert D. Bullard, todas estas cuestiones convergen y llega un punto en que todo el país debe lidiar con los efectos del cambio climático.

Muchas formas de crisis del agua

Continuando con los desastres climáticos, en Washington una tormenta generó inundaciones y aún peor hizo que aguas residuales sin tratar llegaran a cientos de hogares en septiembre de 2020, (Dato crucial 2). Dicho estado, al igual que otras ciudades al noreste y medio oeste de Estados Unidos, cuentan con un “sistema combinado de desbordamiento de acantilado”. Esto quiere decir que, si la lluvia sobrepasa los desagües pluviales en la calle, éstos están diseñados para llevar aguas residuales sin tratar hacía tuberías. Empero, si hay mucha presión, estas aguas pueden dirigirse hacia las casas de los individuos, saliendo de inodoros o desagües de duchas.

Esta situación sucedió en Washington, pues dicho sistema se creó a finales del siglo XIX y el cambio climático ha evidenciado que su diseño ya es arcaico. Razón por la cual, la compañía de servicios públicos locales, DC Water está gastando una cantidad considerable de dinero con el fin de que el sistema sea capaz de soportar una mayor cantidad de aguas residuales. En ese sentido, las tormentas han aumentado el reto de administrar y controlar los suministros de agua de Estados Unidos. Ejemplo de esto son las inundaciones que rompieron dos presas en el centro de Michigan en mayo de 2020. Hecho que hizo que miles de habitantes tuvieran que irse de sus hogares y que un complejo químico y un sitio de limpieza de desechos tóxicos fueran amenazados.

Es necesario recalcar que varias de las 90 000 represas de Estados Unidos fueron construidas hace 10 años, así que éstas ya son consideradas como obsoletas y cada vez menos funcionales. El cambio climático añade otra amenaza a las represas, por los aguaceros que traerá a algunas zonas del país donde las presas tendrían que soportar grandes cantidades de agua, más de las que pueden controlar. “En los últimos años, los funcionarios de seguridad de las represas han comenzado a lidiar con los riesgos”, (Flavelle; Plumer y Tabuchi, 2021). Los autores mencionan el caso de Colorado que actualmente necesita que los arquitectos de presas tomen en consideración el peligro del aumento de humedad atmosférica, mientras prevén los peores escenarios de inundaciones. Sin embargo, en el país se siguen almacenando presas obsoletas que debería de ser rehabilitadas, (Dato crucial 3).

Construido para un futuro diferente

Por lo que se refiere a los apagones de Texas de febrero de 2021, éstos mostraron la mala planeación del estado, al igual que el aviso de que el cambio climático ataca a las redes eléctricas que no pueden aguantar climas extremos. Éstos debilitan principalmente a las líneas eléctricas, plantas de gas natural, reactores nucleares, entre otros sistemas. En primer lugar, las “marejadas ciclónicas” pueden romper la infraestructura eléctrica de la costa. En segundo lugar, las sequías son capaces de reducir el suministro hídrico para las represas hidroeléctricas. En tercer lugar, las severas olas de calor provocan la disminución en la eficiencia de los generadores de combustible fósiles, líneas de transmisión y paneles solares. “Los peligros climáticos pueden combinarse de formas nuevas e imprevista”, (Flavelle; Plumer y Tabuchi, 2021).

En California hay un ejemplo de una de estas situaciones, pues en octubre de 2019, la empresa Pacific Gas & Electric tuvo que cortar la electricidad durante periodos de incendios. Esto, debido a que las líneas eléctricas pueden estimular incendios forestales en la vegetación seca. Más tarde, en agosto de 2020, dicho estado experimentó temperaturas extremas de calor. Esto provocó que varias plantas de gas natural dejaran de funcionar y que los apagones incrementaran. Con respecto a este tema, el experto en sistemas de energía de la Universidad de Michigan, Michael Craig, considera que es necesario mejorar la comprensión de este tipo de efectos del cambio climático, ya que es un problema difícil de mitificar.

De hecho, algunas empresas de servicios públicos ya lo están observando. Tras una tormenta que cortó la energía en 2012, “los servicios públicos de Nueva York y Nueva Jersey invirtieron en diversas tecnologías para reducir el riesgo de fallas en el sistema”, (Flavelle; Plumer y Tabuchi, 2021), (Dato crucial 4). En enero de 2021, la compañía Edison de Nueva York puntualizó que su planeación contendría estimaciones climáticas.

En ese mismo mes, Texas tuvo que enfrentar temperaturas bajo cero. Cuestión que desencadenó fallas en uno de los dos reactores en la planta nuclear del sur de Texas que da servicios a 2 millones de hogares. Esto a causa de que las líneas de detención vinculadas a las bombas de agua de la planta se habían congelado, según menciona Victor Dricks, un portavoz de la Agencia Federal de Regulación Nuclear.

Asimismo, es posible que el calor extremo obstaculice el funcionamiento de la energía nuclear. La cuestión con esto es que el agua utilizada para enfriar los reactores se sobrecaliente, lo que exige cerrarlos. Al mismo tiempo, las inundaciones serían un riesgo importante. Lo cual puede notarse en ciertos casos como terremoto de la costa del Pacífico en Tohoku, un tsunami que causó varios derrumbes en la central eléctrica de Fukushima Daiichi de Japón en 2011.

Posteriormente a esto, la "Comisión de Regulación Nuclear de Estados Unidos"(NRC, por sus siglas en inglés) hizo pruebas en 60 o más plantas nucleares estadounidenses en funcionamiento, con décadas de antigüedad, con el objetivo de evaluar el riesgo de inundaciones a considerar, debido al cambio climático, (Dato crucial 5). Con base en los resultados, se cree que el mayor riesgo se originó en las tormentas y nevadas que superaron las medidas de diseño de 53 plantas. A este respecto, Scott Brunell, un portavoz de NRC mencionó que, la comisión “continúa llegando a conclusiones, basándose en la revisión del personal de análisis detallados que todas las plantas de energía nuclear de Estados Unidos puedan hacer frente a posibles inundaciones, incluidos los efectos del cambio climático y permanecer seguras”,(Flavelle; Plumer y Tabuchi, 2021).

Las arterias de una nación en riesgo

Volviendo a los efectos del cambio climático que ha sufrido California, otra cuestión relevante fue el colapso de una parte de la autopista 1 del estado en el Océano Pacífico, debido a las fuertes lluvias de enero de 2021. Éste y otras amenazas indican que el clima aumentó la erosión costera, conforme han ido incrementando las lluvias intensas y el deslizamiento de la tierra. Conviene subrayar que, “Estados Unidos depende de carreteras, ferrocarriles y puentes como arterias económicas para el comercio, los viajes o para ir al trabajo”,(Flavelle; Plumer y Tabuchi, 2021). Pero, muchos de los enlaces más relevantes para el país sufren de crecientes amenazas climáticas, (Datos cruciales 6 y 7).

Con base en esto, puede verse que los cambios pequeños pueden provocar fallas más graves. A partir del plano del colapso de puentes sobre la bahía de Escambia en Florida durante el huracán Iván en 2004, se encontró la causa que contribuyó al colapso. Ésta fue el aumento de nivel del mar de 3 pulgadas desde la construcción del puente en 1968, ya que la altura adicional de la marejada ciclónica impulsó la fuerza de las olas.

Con relación a las redes ferroviarias cruciales, éstas también corren peligro: en 2017, los consultores de The National Railroad Passenger Corporation (Amtrak) notaron que en el corredor noreste que va de Boston a Washington y que lleva a 12 millones de personas al año, las inundaciones y las marejadas ciclónicas podían ser las culpables de la erosión de esta vía, reduciendo la utilidad de las señales y finalmente hundiendo las pistas.

Sin embargo, la elevación de estas vías requeriría que se edificaran puentes, cables eléctricos y otro tipo de infraestructura. Asimismo, cambiarlas de lugar implicaría adquirir tierra nueva en alguna región del país densamente poblada. Amtrak aconsejó comprar barreras para inundaciones costosas, (Dato crucial 8).

Sitios tóxicos, peligro cada vez mayor

Por otra parte, otra serie de catástrofes fue llevada a cabo en 2017, después del huracán Harvey. Hubo explosiones en una planta química dañada por inundaciones en las afueras de Huston a causa del huracán. Dichas explosiones en la planta tuvieron origen en el corte de suministro eléctrico del sitio que se dio por las inundaciones, el cual apagó los sistemas de refrigeración que sostenían estables a ciertos productos químicos, (Datos cruciales 9 y 10).

Así pues, las fugas de lugares de limpieza tóxicos, representan otro peligro, (Dato crucial 11). “La ceniza de carbón, una sustancia tóxica producida por las plantas de energía del carbón que a menudo se almacena como lodo en estanques especiales, ha estado particularmente expuesta”, (Flavelle; Plumer y Tabuchi, 2021). Un ejemplo de esto puede verse en la ruptura de una presa en el sitio de una planta enérgica en Wilmington, California del Norte, después del huracán Florence de 2018. Ésta remitió ceniza riesgosa en un río que se encontraba cerca de la zona.

Finalmente, según Lisa Evans, una abogada de alto rango en Earthjustice, una organización de derecho ambiental, es preciso valorar si estas instalaciones o lugares tienen que trasladarse o reasegurarse. “Lugares que pueden haber estado bien en 1990, pueden ser un desastre en 2021”, (Flavelle; Plumer y Tabuchi, 2021).

Datos cruciales: 

1. Las tormentas de 2021 se han expandido por Estados Unidos, causando apagones en Oklahoma y Mississippi, frenando un tercio de la producción de petróleo estadounidense e interrumpiendo la vacunación contra el COVID-19 en 20 estados.

2. Según The New York Times, la tormenta repentina de septiembre de 2020 en Washington, arrojó un récord de más de dos pulgadas de agua en menos de 75 minutos.

3. Cabe señalar que, el precio de rehabilitación de presas en última instancia podría extenderse a más de 70 mil millones de dólares.

4. En 2012, la tormenta Sandy cortó la energía para 8.7 millones de clientes y las empresas de servicios públicos de Nueva York y Nueva Jersey invirtieron miles de millones de dólares en muros de inundación y equipos sumergibles.

5. 90% de las plantas nucleares que fueron evaluadas en 2011 mostró al menos un tipo de riesgo de inundación que excedió el límite que la planta estaba diseñada a manejar.

6. Más de 600 000 millas de carreteras y puentes en las llanuras aluviales costeras de Estados Unidos ya son vulnerables a tormentas extremas y huracanes, según muestran las estimaciones del gobierno estadounidense.

7. De acuerdo con un informe climático federal de 2018, las inundaciones tierra adentro también amenazarán al menos 2 500 puentes en todo Estados Unidos para 2050.

8. Conviene subrayar que, las barreras para inundación que sugiere Amtrak cuestan 24 millones de dólares por milla.

9. En 2017, debido al huracán Harvey, casi dos docenas de personas (muchas de ellas trabajadores de emergencia) fueron tratadas por exposición a los humos tóxicos por la planta química dañada, y 200 residentes cercanos fueron evacuados de sus hogares.

10. De acuerdo con un análisis de The New York Times de 2018, más de 2 500 instalaciones que manejan químicos tóxicos se encuentran en áreas federales propensas a inundaciones en Estados Unidos, alrededor de 1 400 de ellos en áreas de mayor riesgo de inundaciones.

11. Según estima la auditoría del gobierno estadounidense en 2019, casi dos tercios de 1 500 sitios de limpieza superfondos en todo el país, se encuentran en áreas de riesgo elevado de inundaciones, marejadas ciclónicas, incendios forestales o aumento del nivel del mar.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El artículo muestra un escenario de combate y adaptación frente a la destrucción del ambiente en el que ciertas corporaciones transnacionales realizan estrategias y acciones de diversos tipos que normalmente ocultaban la "responsabilidad ambiental corporativa", pero en el contexto actual de destrucción esto ya es viable. Pues, los estragos de la crisis civilizatoria y económica afectan cada vez más a países completos, los cuales son: el quiebre ambiental, energético y una notoria crisis política y social.

En ese sentido, la destrucción ambiental que incluye procesos metabólicos como el clima y sus elementos importantes como el agua y el uso de sus territorios, se vuelve un tema cada vez más delicado ya que está haciendo un cambio en las fronteras de capital. En ellas ya se están incluyendo cuestiones como: la codificación de la vida, las ciencias cognitivas, la exploración del espacio exterior, las nanotecnologías, la remediación y la manipulación del clima que daña las infraestructuras de los servicios públicos en todo el mundo. En esto debe intervenir el estado para mitigar riesgos y controlar la competencia intercapitalista que supone el calentamiento global.