Marte, un planeta gélido e inhóspito, es ideal para buscar los rastros de la vida primigenia

Cita: 

Johnson, Sarah Stewart [2021], "Marte, un planeta gélido e inhóspito, es ideal para buscar los rastros de la vida primigenia", The New York Times, New York, 18 de febrero, https://www.nytimes.com/es/2021/02/18/espanol/opinion/marte-perseverance...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Jueves, Febrero 18, 2021
Tema: 
Mientras en la Tierra ya no queda rastro de los primeros días de los seres humanos, en Marte el pasado podría estar conservado y enterrado
Idea principal: 

Sarah Stewart Johnson es bióloga, geoquímica, astrónoma y científica planetaria estadounidense. Ha colaborado en los equipos de la NASA que han enviado los róveres Oportunity, Spirit y Curiosity.


El 18 de febrero de 2021 el róver Perseverance de la NASA realizó su amartizaje con el objetivo de “descubrir un mundo antiguo” a través de la recolección de muestras geológicas del cráter Jezero en el "planeta rojo". Según estudios, ese cráter fue el antiguo delta de un río.

Estudios revelan que en sus orígenes, la Tierra y Marte eran considerablemente similares; ambos planetas nacieron en una fundición y posteriormente se enfriaron hasta presentar actividad geológica, química y biológica, consiguiendo ambientes amigables para la vida. Sin embargo, 4 500 millones de años después, el amartizaje de Perseverance se dio en un “planeta seco y frío”, que, sorprendentemente “es un lugar perfecto para descubrir rastros de vida” escribió Sarah Stewart.

La doctora Stewart describe su expedición en 2017 en los flancos del monte Boreas, en la cordillera del Olimpo, en Antártida, como lo más parecido a estar en Marte: “el monte Boreas está barrido por el viento, cubierto de limo, arena, rocas y peñascos. El terreno es imposiblemente vasto, extrañamente estriado y en algunos lugares agrietado en patrones poligonales”. Durante su investigación encontraron una “prístina capa de un cauce de ceniza”, debajo de la cual se conservaban restos del mioceno (escala temporal geológica que comenzó hace 23 millones de años y terminó hace unos 5 millones de años) que parecían mechones de cabello humano.

Fue hasta el laboratorio de la estación McMurdo en Antártida que, con la ayuda de un par de pinzas, una placa de Petri y agua, descubrieron que se trataba de diminutas hojas de briófitas ancestrales. “No podía creer lo tiernos que parecían. Sentí como si hubiera sacado a estos organismos de su escondite, como si me hubieran concedido el poder de mirar a través del tiempo. Allí, en la luz, había recuperado un mundo perdido”, declaró la doctora Stewart.

Stewart asegura que las condiciones del monte Boreas en Antártida fueron idóneas para la conservación de esas muestras, pues de haberse encontrado en ambientes tropicales o templados el tejido vegetal se habría descompuesto rápidamente. Por sus similitudes con Antártida –un ambiente frío y seco–, la autora considera que el cráter Jezero en Marte es un escenario ideal para la búsqueda de vida antigua. Aunque las primeras imágenes transmitidas desde Marte por el róver Perseverance pueden parecer desoladoras, la autora considera que no se deben olvidar "las enormes posibilidades que se pueden preservar en un paisaje tan solitario”.

Aun cuando es improbable que Perseverance encuentre rastros de formas de vida tan complejas como una briófita, la apuesta de la misión de la NASA es que se puedan descubrir rastros de un antiguo ecosistema microbiano en Marte.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Estas investigaciones presentan dos polos. El primero, que puede parecer bienintencionado e inocente, es que sólo se pretende profundizar en la vida antigua y así ampliar los conocimientos y registros que se tienen de ella. El segundo, y más peligroso, es que se está optando por realizar exploraciones en territorios ajenos a la Tierra, pero con condiciones similares, como Marte, con la finalidad de encontrar recursos naturales que eventualmente se pueda explotar. Además, resulta conveniente rescatar que la exploración espacial amplia las fronteras de la ciencia, la tecnología y por supuesto del capital.