In the Atlantic Ocean, Subtle Shifts Hint at Dramatic Dangers

Cita: 

Velasquez-Manoff, Moises y Jeremy White [2021], "In the Atlantic Ocean, Subtle Shifts Hint at Dramatic Dangers", The New York Times, New York, 2 de marzo, https://www.nytimes.com/interactive/2021/03/02/climate/atlantic-ocean-cl...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Martes, Marzo 2, 2021
Tema: 
Un ligero cambio en las corrientes marinas puede tener graves repercusiones en el clima
Idea principal: 

Moises Vlazquez-Manoff es un escritor de The New York Times enfocado a salud, ciencia y medio ambiente.

Jeremy White es editor gráfico del mismo diario, y contribuye a la creación de historias visuales.


Científicos temen que se esté produciendo un debilitamiento en la corriente oceánica del Golfo debido al calentamiento de la atmósfera. Una serie de estudios sugieren que un brazo de la corriente del Golfo que apunta hacia el Atlántico Norte, así como las corrientes oceánicas profundas que están conectadas a él pueden estar disminuyendo.

A largo plazo esto podría tener profundas consecuencias en el clima del mundo. El nivel del mar aumentaría más rápido en la costa este de Estados Unidos y en partes de Europa, habría huracanes más fuertes, e incluso una reducción de las lluvias en la franja semiárida del Sahel que atraviesa África.

Las preocupaciones surgen a partir de la comprensión científica de los registros climáticos prehistóricos, los cuales indican que, en el pasado, un gran debilitamiento o un cierre de este brazo de la corriente del Golfo provocó cambios grandes y rápidos en las temperaturas, así como en los patrones de precipitación alrededor del Atlántico Norte.

Este brazo no es más que una parte de una corriente oceánica mucho más grande que atraviesa el Atlántico, llamada Circulación Meridional Invertida del Atlántico (AMOC por sus siglas en ingles). Los registros históricos arrojan evidencia de que en los últimos 13 mil años la AMOC se ha debilitado o cerrado antes. Como consecuencia, las temperaturas disminuyeron 15 grados debajo del promedio actual en algunas partes de Europa, marcando el comienzo de un clima ártico en el hemisferio norte, y condiciones secas en África y Sudamérica.

Lo que sucede con la AMOC representa un ejemplo de un “punto de inflexión” climático: cambios difíciles de predecir en el sistema climático de la Tierra que provocarían un efecto en cascada cuyos efectos llegarían muy lejos del rincón del mundo donde ocurren inicialmente y podrían tener graves efectos.

A diferencia de lo que ha sucedido en casi todo el mundo, donde las temperaturas han aumentado en los últimos años, en el sureste de Groenlandia la temperatura se ha vuelto más fría. Esto puede indicar que el brazo norte de la corriente del Golfo ya no está llegando con la misma fuerza a la parte norte del Atlántico. Aunque no todos los científicos están de acuerdo en que la AMOC se esté debilitando, los registros históricos indican que un enfriamiento del Atlántico Norte es indicativo de un debilitamiento de la corriente.

La AMOC funciona así: el agua superficial del océano y que es más cálida fluye hacia el norte, mientras que por la densidad y salinidad del agua parte de está se hunde, y en las profundidades, donde el agua es mas fría, se crea una corriente que regresa al sur. Por lo tanto, cualquier desequilibrio entre calor y salinidad, puede afectar este efecto de hundimiento llamado “sobrecarga”, fortaleciéndolo, debilitándolo o incluso deteniéndolo por completo.

Los registros climáticos prehistóricos en el hielo de Groenlandia de por lo menos 22 mil años de antigüedad evidencian una serie de “parpadeos” climáticos, en los cuales las temperaturas subían y luego descendían abruptamente, para después volver a subir con rapidez. Esto fue causado por cambios en la fuerza y velocidad en “la gran cinta transportadora” de la AMOC.

Este descubrimiento ha cambiado la forma en la que los científicos entienden el cambio climático. Anteriormente, pensaban en cambios progresivos que se producían a lo largo de muchos milenios. No obstante, cuando a finales de la década de 1990 se descubrió la importancia de las corrientes oceánicas, y en particular de la AMOC, consideraron que los cambios pueden ocurrir en transiciones abruptas.

Pero, ¿por qué se produce un cierre en la AMOC? Esto puede producirse por un cambio en la salinidad y por lo tanto en la densidad del agua. El agua dulce es más liviana que el agua salada, lo cual puede provocar un “vuelco” en la corriente. Actualmente el derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia ha vertido grandes cantidades de agua dulce y fría a esa región, y según un estudio, el Atlántico norte subpolar se ha vuelto menos salado recientemente. Y aunque no hay aun un consenso, se piensa que el agua de deshielo de Groenlandia puede estar empezando a ralentizar la AMOC.

En 2015, un grupo de científicos liderados por el Dr. Stefan Rahmstorf publicaron un artículo en el que argumentaron que la AMOC se ha debilitado 15 por ciento en las últimas décadas. En un estudio reciente, en el cual se hicieron reconstrucciones adicionales de la temperatura del mar alrededor del Atlántico Norte, se determinó que la desaceleración de la AMOC comenzó con la Revolución industrial en el siglo XIX y desde 1950 se ha acelerado significativamente.

Otros científicos han brindado otras pruebas de la desaceleración de la corriente. Por ejemplo, un estudio de Chenyu Zhu, de la Universidad del Océano de China, sugiere que el Atlántico sur se ha vuelto más salado en las últimas décadas, lo cual sugiere que la sal que una vez viajó al norte con la corriente ahora permanece en los trópicos. Mientras que Christopher Piecuch, de la Institución oceanográfica Wood Hole argumentó que la corriente del Golfo en la parte de Florida se ha debilitado. Según el Dr. Rahmstorf estas investigaciones refuerzan el argumento de que la AMOC se está ralentizando.

En un informe de 2019, el Panel intergubernamental de expertos sobre el cambio climático (IPCC) sostuvo que aun cuando un debilitamiento de la AMOC en el siglo XXI era "muy probable", un “colapso” de la corriente era "poco probable". Sin embargo, al Dr. Rahmstorf le preocupa esta noción de “poco probable”, ya que no se sabe dónde se encuentra el umbral de rompimiento que podría traer efectos de retroalimentación no previstos en los modelos. Este científico también afirma que, debido a que el mundo se dirige hacia el calentamiento absoluto, hay un riesgo cada vez mayor de que la AMOC se debilite y se derrumbe.

Los científicos mencionan que las consecuencias finales de tal debilitamiento siguen sin ser claras. No obstante, si se repite lo que ocurrió en el pasado, los patrones de lluvia podrían cambiar, ocasionando que partes de Europa y el norte de África sean más secas, mientras que áreas del hemisferio sur se volverían más húmedas. El cambio en las corrientes oceánicas afectaría los ecosistemas marinos, con graves consecuencias para las personas que viven de la pesca. Asimismo, la fuerza de los huracanes en las regiones tropicales podría incrementarse. Otra gran consecuencia previsible es que la AMOC podría empeorar el calentamiento global, ya que los océanos dejarían de absorber la misma cantidad de las emisiones humanas de dióxido de carbono; por tanto, la acumulación de gases que atrapan el calor en la atmósfera podría acelerarse.

El Dr. Joel Hirschi del Centro nacional de oceanografía de Reino Unido prefiere tomar una postura más cautelosa y esperar a ver si la AMOC realmente se está desacelerando, pues menciona que los datos del Dr. Rahmstorf no son realmente sólidos. Al respecto Susan Lozier, oceanógrafa física en Georgia Tech, también tienen sus dudas sobre si la AMOC se está ralentizando actualmente y manifiesta su preocupación por la forma en que los científicos infieren los cambios en la AMOC. Lozier menciona que los estudios sobre la AMOC no miden directamente “la cinta transportadora”. Y que de hecho los cambios de temperatura observados pueden tener otras causas, como los cambios en los patrones de viento; por eso gran parte de lo que se comprende sobre la AMOC está aislado de otras cosas que suceden en el océano.

La medición directa de la AMOC comenzó hace muy poco, una primera línea de sensores entre las Bahamas y Canarias se instaló en 2004, mientras que una segunda se instaló en 2014 a lo largo de Canadá hasta Groenlandia y Escocia. Sin embargo, ninguno de estos proyectos ha arrojado tendencias claras. Por el contrario, lo que han mostrado es mucha variabilidad natural.

Por otro lado, también han revelado que el sistema de corrientes es mucho más complejo de lo que se pensaba. Por tanto, averiguar cómo el agua del deshielo de Groenlandia podría afectar la formación corrientes profundas frías también se ha vuelto más complicado.

Aunque no hay consenso entre los oceanógrafos sobre si la AMOC ya se está debilitando o aún no, la mayoría de los científicos coindicen en dos puntos: 1) la AMOC puede funcionar como un disparador climático; 2) conforme la temperatura de la atmósfera siga aumentando, la AMOC se debilitará.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Las corrientes marinas tienen gran influencia sobre el clima mundial. Los océanos, junto con los vientos, y en general la atmósfera terrestre funcionan como un sistema. Por lo cual, cualquier perturbación en alguna de sus partes puede tener repercusiones en el todo. En el artículo se presenta la reciente preocupación de los oceanógrafos por posibles cambios o incluso la irrupción de una rama de la corriente del Golfo, la cual se dirige hacia el norte del Atlántico.

La investigación sobre el cambio en las corrientes marinas será crucial para comprender cómo esto, siendo también consecuencia del cambio climático, puede disparar graves consecuencias en el clima mundial.