Los pueblos indígenas podrían encabezar un plan global para conservar la naturaleza

Cita: 

Sengupta, Somini, Catrin Einhorn y Manuela Andreoni [2021], "Los pueblos indígenas podrían encabezar un plan global para conservar la naturaleza", The New York Times, New York, 13 de marzo, https://www.nytimes.com/es/2021/03/13/espanol/conservacion-30x30-pueblos...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Sábado, Marzo 13, 2021
Tema: 
Diversos pueblos indígenas alrededor del mundo Los pueblos indígenas proponen proyectos para la preservación de la naturaleza
Idea principal: 

Somini Sengupta es una corresponsal del diario The New York Times especialista en temas de medio ambiente y ganadora del Premio George Polk.

Catrin Einhorn es una reportera de este mismo diario que actualmente trabaja en asuntos relacionados con la extinción de las especies.

Manuela Andreoni por su parte, es una reportera brasileña encargada de cuestiones vinculadas al cuidado del medio ambiente.


Estas autoras hacen un análisis sobre diversos grupos indígenas que plantean un plan a nivel internacional para preservar la naturaleza. En ese sentido, varios países se suman a un proyecto que protegería elementos importantes del planeta Tierra, (Dato crucial 1). Aunque los pueblos indígenas que normalmente son los mejores gestores de la naturaleza, se ven invisibilizados por los grandes actores hegemónicos.

Sobre esta línea, el objetivo con el proyecto es crear un acuerdo internacional por medio de negociaciones que se harían en China en 2021, con el fin de conservar intactas zonas naturales como “bosques antiguos, y humedades que nutren biodiversidad, capturan carbono y filtran el agua”, (Somini, Einhorn, Andreoni; 2021). No obstante, algunas personas que han podido brindar protección a la naturaleza por muchos años no podrán contribuir en las decisiones que se tomen en el convenio. Se trata de las comunidades indígenas y otros grupos que no han optado por poner una barrera entre la naturaleza y ellos, dándoles espacio a los ecosistemas, sino que suelen obtener sus medios de subsistencia precisamente de la naturaleza, ya que tienen cuidado de no sobrepasar los límites de extracción.

Cabe destacar que, en la Amazonía brasileña, varios grupos indígenas se arriesgan para proteger la tierra nativa que se ve amenazada por taladores y granjeros. Asimismo, en Canadá, varios individuos de naciones nativas idearon la construcción de un parque con el fin de obstaculizar las actividades mineras que se realizan en la región. Al mismo tiempo, en Papúa Nueva Guinea, las comunidades pesqueras han creado áreas donde se prohíbe la pesca. Otro ejemplo de esto puede verse en Guatemala, donde algunos habitantes de una reserva natural se dedican a cultivar madera de gran valor. Incluso, esta madera podría ayudar a concluir los nuevos carriles ciclistas que se encuentran en el puente de Brooklyn en Nueva York.

A este respecto, de acuerdo con José Gregorio Díaz Mirabal (líder de la Coordinación de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca de América, un grupo compuesto de varias organizaciones indígenas), se debe salvar a todos por igual, tanto a los insectos y a animales como a los pueblos indígenas, (Dato crucial 2). Las tierras dirigidas por grupos indígenas en Brasil, Canadá y Australia incluso cuentan con el mismo nivel de biodiversidad que las reservas de gobiernos federales y de otra clase para su preservación, según algunos investigadores expertos en el tema.

“Estos datos muestran un contraste con la política de conservación, cuya polémica consiste en haber obligado a los pueblos indígenas a abandonar su tierra”, (Somini, Einhorn, Andreoni; 2021). De modo que, los indígenas se aferran a la meta global 30x30 dirigida por Reino Unido, Costa Rica y Francia, (Dato crucial 3).

Defender la tierra y proteger bosques vitales

Por su parte, en la Amazonía brasileña Awapu Uru Eu Wau Wau, un pueblo indígena se arriesga para proteger a sus tierras ancestrales, donde hay varias riquezas naturales. Entre éstas están animales como jaguares, mono lanudos en peligro de extinción y manantiales naturales de los que corren 17 ríos relevantes. Estos indígenas poseen derecho legal sobre la tierra, pero deben protegerla constantemente de amenazas, (Dato crucial 4). De hecho, dicha región se encuentra entre los últimos sitios protegidos de bosque y sabana que quedan en Rondônia, pues hay algunos taladores que suelen invadir la zona.

Entonces, Awapu Uru Eu Wau Wau se encarga de vigilar el bosque llevando consigo algunas armas rudimentarias. Al mismo tiempo, otros miembros de la comunidad monitorean la zona con drones, equipo de GPS y cámaras de video. Algunos de ellos llevan consigo a sus hijos para que sepan cómo defender sus tierras en el futuro. De acuerdo con el grupo indígena, es importante que las generaciones jóvenes aprendan para encargarse de la defensa del territorio cuando sus padres no estén. Ejemplo de esto fue el caso del asesinato del primo de Awapu Uru Eu Wau Wau, Ari Uru Eu Wau Wau, en abril de 2020. “Es una de las víctimas de un patrón estremecedor observado entre los defensores de la tierra en toda la Amazonía”, (Somini, Einhorn, Andreoni; 2021), (Dato crucial 4).

Con base en esto, puede decirse que los planes que ejecuta la comunidad suponen ventajas para los 7 750 millones de habitantes del planeta. Esto debido a que la Amazonía, donde está la mitad del bosque tropical que resta en el planeta Tierra, contribuye en la regulación del clima del planeta y alimenta una diversidad genética invaluable. Según algunas investigaciones, los derechos de propiedad indígena son esenciales para disminuir la deforestación ilegal en la Amazonía.

El colapso de la naturaleza

Por otro lado, conviene subrayar que los seres humanos han dañado a la naturaleza a causa de su necesidad por sembrar alimento, cultivar madera, pescar y excavar minerales que destruyen la tierra. Aunado a esto, la quema de combustibles fósiles aumenta el calentamiento global, lo cual limita la supervivencia de plantas y animales.

Sobre este marco, algunos investigadores consideran que los responsables de estas situaciones son las “fuerzas históricas” que han explotado recursos naturales perjudicando a los pueblos indígenas. De acuerdo con Paige West, una antropóloga de la Universidad de Columbia, el escenario que se plantea con el “desmoronamiento de la diversidad” y el cambio climático se traduce en la fase final de las implicaciones del colonialismo. Sin embargo, es importante mencionar que, actualmente hay un consenso generalizado sobre la urgencia de revertir la pérdida de la biodiversidad, que resulta relevante no solo para la seguridad alimentaria y para un clima estable, sino para la disminución del riesgo de propagación de nuevas enfermedades en animales silvestres como el coronavirus.

Aquí entra el proyecto 30x30 que se mencionó anteriormente y que tiene como objetivo la protección de tierras y aguas del planeta, al que ahora se añaden varios países. Éste formará parte de las negociaciones diplomáticas solicitadas para otoño de 2021 en Kumming, China durante la Conferencia sobre Biodiversidad de las Naciones Unidas. No obstante, además del Vaticano, Estados Unidos aún no se ha unido al convenio a pesar de que el presidente Joe Biden ha establecido un plan nacional para resguardar 30% de las aguas y tierras estadounidenses.

Así pues, hablando de la invisivilización de las comunidades indígenas en el acuerdo internacional, cabe destacar que éstas solo podrían asistir como observadores, pero no tendrán derecho a votar en él. Sin embargo, debe tomarse en cuenta que en la práctica su apoyo sería vital para tener éxito. Como señala David Cooper, es necesario contar con la participación de los pueblos indígenas y respetar sus derechos, ya que actualmente protegen una gran parte de las tierras y aguas del mundo. “Una coalición de grupos indígenas y comunidades locales ha insistido en que el convenio proteja por lo menos a la mitad del planeta. Su solicitud está respaldada por la ciencia, (Somini, Einhorn, Andreoni; 2021), (Dato crucial 6)”.

Un nuevo tipo de Parque

En cuanto a los grupos indígenas de Canadá, los łutsël k’é’ dene, se pronunciaron en contra de los planes de Canadá por construir un nuevo tipo de parque en su territorio, donde el bosque boreal se una a la tundra en los Territorios del Noreste de Canadá. De acuerdo con Steven Nitah, un antiguo jefe tribal de la zona, cuando se decidió hacer este proyecto, las políticas de parques nacionales del país no velaban por las formas de vida de los indígenas, pues la creación de estos parques echaba a los grupos de su propio hogar.

Pero, en la década de 1990, los łutsël k’é’ tuvieron otra nueva amenaza, diamantes. Razón por la cual temían que su territorio fuera saqueado por empresas mineras. Como consecuencia, el grupo le pidió al gobierno canadiense que creara un parque nacional que enalteciera sus derechos de gestión de tierra, caza y pesca.

En ese sentido, Nitah, principal negociador el pueblo con el gobierno canadiense, mencionó que medidas como ésta son utilizadas con el fin de defender el corazón de la nación de actividades industriales. Así pues, el parque que se pedía fue inaugurado en 2019 con el nombre de Thaidene Nëné, que quiere decir “Tierra de los Ancestros”. Según investigadores especialistas en el tema, la cooperación entre conservacionistas, pueblos indígenas y gobiernos es crucial para salvaguardar la biodiversidad de la zona. Sin la ayuda local, la construcción de áreas protegidas no es redituable.

Ganarse la vida gracias a la naturaleza

Como resultado de esto, puede verse que los medios para proteger la biodiversidad son más efectivos si las comunidades locales contribuyen. Tal es el caso de algunas islas de Papúa Nueva Guinea, donde el pescado representa el producto básico de la región. Aquí, las poblaciones se han visto afectadas en los últimos años, ya que estos productos se volvían cada vez menos accesibles. Los pescadores se tenían que movilizar cada vez más lejos de la costa y pasar un mayor tiempo en el mar, regresando a casa con “pocos ejemplares”. Por consiguiente, se tomó la decisión de establecer contribuciones con grupos sin fines de lucro locales e internacionales con el fin de visualizar nuevas estrategias.

Las medidas que se tomaron fueron: cambiar las redes por otras en donde solo los peces más pequeños pudieran escapar y disminuir el uso de un veneno que atrae a los peces a la superficie. Sin embargo, el cambio más importante fue la restricción del acceso a la pesca en ciertas zonas. Meksen Darius, líder de uno de los clanes que implementaron estas medidas, mencionó que la gente consideraba que con estos cambios en sus medios de vida mejorarían. “Esto resultó ser cierto, pues el volumen, los tipos de peces y otra vida marina, se multiplicaron”, (Somini, Einhorn, Andreoni; 2021). Algunos investigadores de todo el mundo comprobaron que las áreas marinas protegidas ocasionan un incremento en las poblaciones de peces, cuestión que les permite a los grupos pesqueros atrapar más peces en los orillas de las reservas.

Asimismo, la ambientóloga del Centro para la Investigación Forestal Internacional en Lima, Perú, Iliana Monterroso, considera que lo relevante es que los individuos que habiten en zonas de gran biodiversidad tengan derecho de gestionarlas, (Dato crucial 7). Ella menciona el caso de los contratos temporales con el gobierno guatemalteco que gracias a ellos se comenzaron a cultivar cantidades limitadas de madera, pimienta inglesa y se comenzaron a vender palmeras ornamentales y a operar agencias de turismo en la Reserva de la Biósfera Maya. De esa forma, “el bosque fue su fuente de ingresos”, (Somini, Einhorn, Andreoni; 2021), ya que se lograron obtener ventajas tangibles, (Dato crucial 8). Conviene puntualizar que, los bosques administrados por comunidades tienen menos incendios e incluso su porcentaje de deforestación es cercano a cero.

Finalmente, las autoras señalan el caso de Erwin Maas, un habitante de la zona. Él junto, con sus vecinos, trabaja en un negocio que es propiedad de la comunidad en el poblado de Uaxactún. En esta zona hay una gran cantidad de caoba, pero solo se permite la explotación de cierta cantidad, pueden ser uno dos árboles por hectárea de manera anual. Y los árboles que producen semilla no se utilizan. En ese sentido, Maas menciona que el objetivo de la comunidad es obtener una pequeña cantidad de ingresos pasando a la preservación del bosque a primer plano.

Datos cruciales: 

1. Decenas de países respaldan un esfuerzo que protegería el 30% de la tierra y el agua del planeta para 2030.

2. La naturaleza es más saludable en las tierras que gestionan o poseen los pueblos indígenas, equivalentes a más de un cuarto de las tierras del planeta según varios estudios científicos.

3. Algunos quieren que se fije una meta más ambiciosa, de más de 50 por ciento, según la organización de Díaz Mirabal, mientras que otros temen que los expulsen de nuevo en nombre de la conservación.

4. Justo después del borde de su territorio de poco más de 18 000 kilómetros cuadrados, ganaderos y sembradores de soya han arrasado con gran parte del bosque.

5. En 2019, el año más reciente para el que se tienen datos, por lo menos 46 luchadores ambientales fueron asesinados en América Latina. Muchos eran indígenas.

6. Varias investigaciones han revelado que reservar un tercio del planeta no será suficiente para conservar la biodiversidad y capturar suficiente dióxido de carbono, responsable de calentar el planeta, de tal forma que logremos desacelerar el calentamiento global.

7. Iliana Monterroso menciona el ejemplo de la Reserva de la Biósfera Maya, que abarca una superficie de más de 21 000 kilómetros cuadrados en Guatemala, donde las comunidades locales han gestionado el bosque desde hace 30 años.

8. En ese lugar prosperan jaguares, monos araña y 535 especies de mariposas. También el pecarí de labios blancos, un pariente tímido del cerdo que tiende a desaparecer con rapidez si existe peligro de ser cazado.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El texto hace hincapié en un combate y adaptación frente a la destrucción donde actores hegemónicos asumen su "responsabilidad ambiental" a medias, debido a su falta de interés de añadir a los pueblos indígenas a las negociaciones internacionales para la preservación del medio ambiente. En ese sentido, puede verse una destrucción interminable del ambiente como parte de la trayectoria del capitalismo donde se dañan elementos como el clima, el agua y la tierra. Tomando esto como punto de referencia, dicho escenario de colapso muestra nuevas fronteras de capital, dentro de las cuales destacan: la codificación de la vida, las ciencias cognitivas, la exploración del espacio exterior, las nanotecnologías, la remediación ambiental y la manipulación del clima, destacando las más importantes.