Humanitarian Emergencies. Climate Disasters, Civil Disorder, and U.S. Military Relief Operations

Cita: 

Klare, Michael [2019], “Humanitarian Emergencies. Climate Disasters, Civil Disorder, and U.S. Military Relief Operations”, All Hell Breaking Loose. The Pentagon Perspective on Climate Change, New York, Metropolitan Books, 293 pp.

Fuente: 
Libro
Fecha de publicación: 
2019
Tema: 
La ayuda humanitaria estadounidense ante las catástrofes naturales alrededor del mundo
Idea principal: 

Michael T. Klare ha fungido como corresponsal de defensa de la revista The Nation. Es autor del libro Resource Wars and Blood and Oil: The Dangers and Consequences of America’s Growing Petroleum Dependecy.


Capítulo II

“El 2 de noviembre del 2013, el Centro Conjunto de Alerta de Tifones de Honolulu, Hawái detectó una depresión tropical en el océano Pacifico occidental, aproximadamente a 265 millas de la isla micronesia de Pohnpei”. Dos días después, la depresión tropical se trasladaba hacia el oeste y a lo largo de su trayectoria se convirtió en una tormenta tropical que recibió el nombre de Haiyan. Con el paso de los días y alimentándose de las aguas cálidas del Pacifico, Haiyan continuó fortaleciéndose. Para el 6 de noviembre Haiyan ya era clasificado como un supertifón.

Al tocar tierra, Haiyan se encargó de destruir las islas de Leyte, Bohol, Cebú y Negros, solo por mencionar algunas; posteriormente entró al mar de China Meridional, golpeando el sur de China antes de perder fuerza y disiparse.

Los efectos de Haiyan fueron catastróficos, provocando la muerte de miles de personas y enormes daños a hogares e infraestructuras de los sitios en donde llegó. El mayor impacto de éste se dio en la isla de Leyte, principalmente en Tacloban, su ciudad más importante. Tacloban es reconocida por ser un próspero centro comercial, con aproximadamente 220 000 habitantes (en 2013).

La geografía de Tacloban la hace parecer un embudo estrecho, que la convirtió en un “corredor natural para las aguas de las tormentas provocadas por el tifón Haiyan”. Las consecuencias de dicho supertifón en la isla fueron catastróficas considerando la fuerza de éste y que la mayor parte de la población eran pescadores pobres que vivían en asentamientos informales ubicados en terrenos pantanosos.

Después del tifón, al menos 90% de los edificios quedaron destruidos, los servicios básicos inutilizables, mientras miles de personas murieron y otras más quedaron heridas. Los sobrevivientes se enfrentaron a un escenario sumamente complicado considerando el estado de la ciudad; el centro estaba totalmente destruido, mientras los cadáveres de las víctimas del tifón estaban esparcidos por todo Tacloban.

Los heridos no tenían la posibilidad de recibir atención médica debido a que el único hospital de la región no contaba con energía eléctrica y estaba en condiciones deplorables. Aunado a lo anterior, las vías de comunicación eran inaccesibles por lo que comenzaron a escasear los alimentos y pronto los sobrevivientes recurrieron al saqueo para satisfacer sus necesidades básicas.

Asimismo, “muchos residentes se quejaron de que el gobierno central de Manila tardó en entregar la ayuda de emergencia y, cuando finalmente lo hizo, mostró favoritismo en la asignación de los suministros, proporcionando más a las familias con buenas conexiones y menos a las comunidades desfavorecidas”.

El gobierno tardó en derivar ayuda a las zonas afectadas pero sí desplegó unidades del ejército equipadas para responder y contrarrestar los saqueos. La falta de atención por parte del gobierno central de Manila a Tacloban pronto llegó a medios internacionales, quienes criticaron el poco accionar del gobierno para ayudar a los sobrevivientes.

Por su parte, el gobierno del entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ordenó “una respuesta a gran escala para la crisis”, prometió enviar ayuda humanitaria a la zona y autorizó que el Departamento de Defensa empleara todos los recursos disponibles, con la finalidad de ayudar a “las agencias civiles en la prestación de ayuda de emergencia”.

El despliegue de ayuda estadounidense fue sumamente visible; entre las tareas que realizaron se encuentran: el despeje de carreteras y pistas de aterrizaje, suministro de alimentos, restablecimiento del suministro de agua y electricidad; se proporcionaron asistencia médica de emergencia y evacuaron a las personas en peligro extremo.

Las acciones llevadas a cabo por el ejército estadounidense fueron más visibles que el de las fuerzas armadas filipinas, mismas que fueron criticadas por la poca capacidad para actuar ante éste tipo de emergencias.

Las acciones de Estados Unidos en Tacloban no son extrañas, ya que es común que el ejército estadounidense sea enviado a otros países a proveer ayuda humanitaria, con la finalidad de mejorar la imagen de Estados Unidos en el extranjero “así como para demostrar a aliados y adversarios su capacidad de movilizar rápidamente recursos masivos”. A pesar de esto, algunos miembros de la milicia de Estados Unidos temen que los envíos de ayuda sean cada vez más frecuentes considerando el aumento del calentamiento global.

Lo anterior se debe principalmente a que se cree que los tifones se han ido fortaleciendo con el avance del calentamiento global, debido a que “los tifones, los huracanes y todas las tormentas tropicales obtienen su energía del calor del mar; a pesar de ello diversos científicos afirman que puede ser difícil atribuir una tormenta de forma concreta al cambio climático”.

Sin duda, el calentamiento global es una realidad tangente. Diversos estudios “han demostrado que los océanos del mundo se están calentando a un ritmo aún más rápido de lo que se tenía pensado”. Sin duda, el hecho de que el planeta continúe calentándose provoca el escenario perfecto para el desarrollo de huracanes que serán cada vez más poderosos e intensos”.

El aumento de este tipo de fenómenos traerá consecuencias graves para los países insulares como Indonesia y Filipinas, así como a los Estados con costas extensas como China, Bangladesh y Vietnam. Algunos de estos países han dejado de lado a la agricultura como motor de su economía y se han centrado en el desarrollo de la industria, sin embargo la han situado cerca de la costa, lo que la pone en peligro considerando las cada vez más altas probabilidades de que fuertes tormentas se desaten.

Asimismo, el aumento del nivel del mar, también producto del calentamiento global, aumentará potencialmente el riesgo en esas zonas, aumentando su vulnerabilidad. De acuerdo con el Intergovernmental Panel on Climate Change para 2100 el nivel del mar oscilara entre 0.3 y 1.0 metros, no obstante, el derretimiento de las capas de hielo de Groenlandia y la Antartida se ha acelerado de forma exponencial lo que generaría que los océanos aumenten incluso 1.8 metros o más durante ese periodo de tiempo.

Aunado a lo anterior, una parte de la población mundial ha mostrado una tendencia a acercarse a los litorales con la finalidad de acceder a más puestos de trabajo y a la economía mundial, situación que pone a miles de personas en riesgo considerando el aumento de probabilidades de que se desate una catástrofe natural.

Por su parte, los comandantes estadounidenses se han mostrado preocupados por la constancia con la que sus servicios de ayuda serán requeridos tomando en cuenta las graves consecuencias que el calentamiento global ha traído y que continuaran aumentando con el paso de los años.

Tormentas extremas en África y el Caribe

El calentamiento global es un hecho y las consecuencias del mismo ya comienzan a notarse cada vez con mayor intensidad. Este fenómeno afectara a todos los rincones del planeta en unos años. Tal es el caso del Caribe y las zonas costeras de América Central y África; sitios que se enfrentan a fuertes amenazas de ciclones y aumento del nivel del mar que las islas de los océanos Pacifico e Indico.

En el caso específico de las islas del Caribe y las zonas costeras de América Central, éstas corren un gran peligro debido a que no únicamente se enfrentan a la subida de los niveles de los mares cercanos, sino que la región está sumamente expuesta a los huracanes del Atlántico, además de que no cuentan con la infraestructura necesaria para enfrentar los efectos del cambio climático y las catástrofes naturales.

Las islas del Caribe sufrieron severos desastres en 2017, después de que diversos huracanes azotaran su territorio, entre los que destacan el huracán Irma que llegó a Barbuda el 6 de septiembre de dicho año y posteriormente el huracán María azoto las islas de San Martín y el territorio británico de ultramar Anguila.

Por su parte, Estados Unidos es consciente de que su ejército tendrá que brindar ayuda humanitaria con mayor frecuencia, principalmente en la cuenca del Caribe, ya que debido a su cercanía con Estados Unidos, el gobierno de éste país le dará prioridad a esta región con la idea de evitar una migración masiva desencadenada por estos desastres naturales.

África es otra región que necesitara gran apoyo humanitario debido a que el aumento del nivel del mar comenzará a generar desplazamientos masivos ya que “más del 25% de la población africana vive en un radio de 100 kilómetros de la costa”. Asimismo, una serie de sucesos como constantes sequías, que han provocado la migración de los agricultores en busca de tierras fértiles, así como otras tendencias “amenazan con desbordar la capacidad de los gobiernos débiles o ineficaces”.

Con la finalidad de asesorar y brindar apoyo a este tipo de gobiernos en África, el United States Africa Command (Africom) está “trabajando con sus fuerzas armadas para frenar el ritmo de degradación del medio ambiente y prepararlas mejor para las catástrofes humanitarias”.

En 2018, Africom ya vislumbraba una pandemia debido a factores como el creciente nivel poblacional, ya que el aumento en el nivel del mar ha ocasionado la centralización de los habitantes de África lo que genera un escenario perfecto para la propagación de enfermedades y virus. El contexto anterior ocasionó que la “preparación para las misiones de socorro relacionadas con una pandemia constituyera una prioridad para Africom”.

Africom ya ha tenido que actuar ante catástrofes naturales, ejemplo de ello fue marzo del 2019 cuando Malawi, Mozambique y Zimbabue fueron azotados por el ciclón Idai. Para hacer frente a dicho suceso, Africom lanzó la Fuerza de Tarea Conjunta llamada Combinada-Cuerno de África, a través de la que se desplegaron oficiales y aviones con víveres para los afectados.

Los tres comandos del Pentágono con más probabilidades de desplegar ayuda en los años venideros son Africom, Southcom (United States Southern Command) y Pacom (United States Indo-Pacific Command), debido a que las zonas que cubren son las más vulnerables y con mayor probabilidad de sufrir un desastre natural. No obstante, el Comando Central “podría enfrentarse a catástrofes humanitarias masivas como una sequía prolongada y escasez de agua”.

Solo puede ser más complicado

El aumento de catástrofes naturales alrededor del mundo ha ocasionado una mayor demanda de operaciones de ayuda internacional; por lo que los militares estadounidenses desean que sus fuerzas sean enviadas de forma rápida a las zonas afectadas, se utilicen de manera eficaz y se retiren con velocidad, esto con la finalidad de que los recursos de combate de Estados Unidos no se utilicen demasiado en actividades no militares.

Asimismo, al entrar en territorio extranjero, las fuerzas estadounidenses pueden enfrentarse a un país dividido, con fuertes conflictos internos por razones étnicas, ideológicas o religiosas, lo que podría ocasionar que alguna de las facciones vea a Estados Unidos como un adversario a combatir.

El espectro de la agrupación de desastres

La ayuda que Estados Unidos ha brindado a diversas naciones a lo largo del mundo “muestra una capacidad única para proporcionar ayuda de emergencia en el extranjero”, no obstante, a medida que el calentamiento global avanza, las crisis humanitarias se harán más frecuentes lo que ocasionará que el gobierno estadounidense tenga que “asumir el liderazgo” y dar respuesta a estas catástrofes.

A pesar de la existencia de Naciones Unidas, los países afectados se abocarán a pedir ayuda en mayor medida a Estados Unidos, lo que comenzaría a ocasionar problemas a los comandos estadounidenses al verse rebasados por el número de solicitudes de ayuda.

Sin duda, el cambio climático traerá consecuencias severas para la humanidad, mismas que se harán cada vez más frecuentes, por lo que en un punto la capacidad de la ayuda internacional se verá sobrepasada haciéndole imposible ofrecer la ayuda necesaria a las comunidades afectadas.

Datos cruciales: 

1.- Al ser catalogado como un supertifón, Haiyan contaba con vientos sostenidos de más de 195 millas por hora y ráfagas de hasta 235 millas por hora.

2.- En todos los lugares por los que pasó, Haiyan dejó escenas de grandes destrozos y sufrimiento. Aunque es imposible transmitir el alcance total de la destrucción de Haiyan, las estadísticas oficiales de Filipinas dan una idea de los daños catastróficos: 6 293 personas muertas y 28 689 heridas, 1 100 000 millones de viviendas dañadas o destruidas y 4 millones de personas desplazadas.

3.- Tacloban ocupa una franja de tierra baja en la cabecera de la bahía de San Pablo, que se abre al Golfo de Leyte y al Pacífico Occidental.

4.- Cuando Haiyans golpeó la ciudad de Tacloban el 8 de noviembre, no sólo trajo vientos feroces y lluvias torrenciales, sino también una marea de tempestad estimada en unos quince a veinte pies: suficiente para sumergir los barrios de chabolas, el aeropuerto local y gran parte del resto de la ciudad.

5.- Chuck Hagel, Secretarío de Defensa estadounidense en 2013 ordenó que el USS George Washington, un portaaviones de propulsión nuclear con más de ochenta aviones a bordo, se dirigiera desde Hong Kong a la zona afectada por el supertifón. Junto con el grupo de apoyo iban dos cruceros, dos destructores y diversos buques de suministro. La operación estuvo liderada por el comandante Locklear.

6.- Locklear estableció la Fuerza de Tarea Conjunta (JTF) 505 para englobar a todos los recursos militares estadounidenses, es decir, ejército, armada, marines, fuerza aérea y fuerzas especiales, comprometidos con el esfuerzo de emergencia. Se estableció una base de operaciones de avanzada para la JTF-505 en Camp Aguinaldo, cerca de Manila, y las unidades militares de todo el Pacífico recibieron órdenes de desplegarse en la zona devastada por la tormenta.

En el punto álgido de este esfuerzo, la JTF-505 comprendía aproximadamente 14 mil efectivos militares estadounidenses, además de 66 aviones, el grupo de portaaviones George Washington y una docena de buques de superficie, lo que suponía un compromiso extraordinario de recursos militares para una actividad que no era la guerra.

7.- Al término de la Operación de ayuda humanitaria Damayan, las fuerzas estadounidenses habían realizado más de mil trescientos vuelos en apoyo de las operaciones de socorro, habían entregado más de 2 500 toneladas de suministros de socorro en las zonas devastadas y habían evacuado a más de 21 000 personas.

8.- En 2014, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático informó de que los niveles superiores de los océanos se calentaron aproximadamente medio grado Celsius (0.9 grados Fahrenheit) entre 1971 y 2010. Sin embargo, en 2018, los científicos que utilizaron mediciones más precisas determinaron que el calentamiento era al menos 40 por ciento mayor. Un ritmo más rápido de calentamiento de los océanos implica, entre otras cosas, un mayor riesgo de actividad tormentosa intensa.

9.- Las zonas costeras de baja altitud ocupan sólo 2% de la superficie terrestre del mundo pero contienen 10% de su población.

10.- El huracán Irma, que golpeó la pequeña isla de Barbuda el 6 de septiembre del 2017 y destruyó todo a su paso, produjo los vientos más fuertes registrados de cualquier huracán que haya surgido en el Atlántico; algunas ráfagas alcanzaron más de 183 millas por hora.

11.- El Comando Sur solicitó 28 millones de dólares para desarrollar la infraestructura de la base naval estadounidense de Guantánamo, sitio del controvertido centro de detención de sospechosos de terrorismo, para alojar a los refugiados en caso de una migración masiva marítima.

12.- La capacidad de respuesta rápida de Africom se puso a prueba en marzo de 2019 cuando Mozambique, Malawi y Zimbabue fueron azotados por el ciclón Idai, una de las tormentas más fuertes que han asaltado África en las últimas décadas. Trayendo vientos con velocidades superiores a 120 millas por hora y lluvias torrenciales, Idai inundó gran parte del centro de Mozambique y destruyó 90% de la edificios e infraestructuras en Beira, la cuarta ciudad más poblada de Mozambique.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El calentamiento global continua fortaleciéndose y sus consecuencias afectaran a la población mundial cada vez con mayor frecuencia, todo ello producto del sistema de producción capitalista que prepondera la riqueza económica sobre la riqueza natural.

Ante está situación, los gobiernos se enfrentan a un enorme reto ya que muchos de ellos no se encuentran preparados para responder a catástrofes de dichas magnitudes, mientras que las poblaciones más desprotegidas pagan las mayor parte de las consecuencias de las acciones de los individuos y naciones más adineradas que emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero y que no planean cambiar sus modos de producción, intereses económicos o bélicos en un futuro cercano, afectando fuertemente a los más vulnerables.