Protecting the global ocean for biodiversity, food and climate

Cita: 

Sala, Enric et al. [2021], "Protecting the global ocean for biodiversity, food and climate", Nature, 17 de marzo.

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Miércoles, Marzo 17, 2021
Tema: 
Beneficios múltiples de la protección del océano
Idea principal: 

Enric Sala es biólogo marino. Labora como investigador para National Geographic, donde lidera el Proyecto Pristine Seas, el cual busca estudiar y proteger áreas marinas.


El océano contiene biodiversidad única, provee valiosas fuentes de alimentos y es un importante sumidero de carbono antropogénico. Así, los autores de este artículo comienzan la presentación de los resultados de su investigación argumentando que las áreas marinas protegidas (AMP) son una herramienta efectiva para la restauración de la biodiversidad marina y los servicios ecosistémicos. No obstante, en la actualidad, únicamente el 2.7% del océano es altamente protegido, debido en parte al conflicto entre protección y extracción.

Más allá de la visión que propone que la relación extracción-protección es un juego de suma cero, los autores se preguntan si los planes de conservación pueden, simultáneamente, traer beneficios en más de un ámbito. Por este motivo, plantean como propósito de su trabajo desarrollar un marco de planificación de la conservación que priorice las AMP altamente protegidas en lugares que resultarían en múltiples beneficios presentes y futuros. Los autores señalan que, de acuerdo con su investigación, un aumento sustancial en la protección del océano podría traer un triple beneficio: conservar la biodiversidad, aumentar el rendimiento de las pesquerías y proteger los sumideros marinos de carbono. Este trabajo de investigación difiere de los anteriores en el ramo, ya que estos últimos se centraban en un único objetivo.

Los autores indican que la mayoría de las naciones costeras poseen áreas prioritarias que pueden contribuir significativamente al alcance de estos tres beneficios.

Conservación de la biodiversidad

En esta sección de la investigación, los autores establecen como propósito identificar áreas de los océanos en donde las AMP sean más efectivas para lograr múltiples objetivos de conservación de la biodiversidad, tales como: minimizar el riesgo de extinción de especies, mantener diversos rangos de especies en los ecosistemas, preservar la historia evolutiva de la vida marina y asegurar la representación biogeográfica.

Su estudio demuestra que las áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad están distribuidas a través del océano; sin embargo, 90% de las áreas mayormente prioritarias se encuentran en las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE) (ver Fig. 1), franjas oceánicas administradas por los países costeros. Los científicos también encontraron muchas áreas prioritarias en alta mar; alrededor de clústeres de montes submarinos, plataformas oceánicas y áreas únicas en términos biogeográficos.

Los autores argumentan que si se protege estratégicamente 21% del océano (dentro de las áreas delimitadas por ellos) se alcanzaría 90% del máximo potencial de cuidado de la biodiversidad. Esto aumentaría significativamente la protección media de especies en peligro de extinción o en situación crítica, ya que estas pasarían de una tasa actual de seguridad de 1.5% y 1.1% a 82% y 87%, respectivamente.

Para evaluar los cambios que podría haber en los beneficios de las AMP para la biodiversidad en el futuro, los expertos utilizan un informe del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) respecto a los escenarios de biodiversidad para 2050. Según sus estimaciones, alrededor de 80% de las áreas que forman parte de las mayores prioridades para la conservación global de la biodiversidad en la actualidad lo seguirán siendo en 2050.

Aprovisionamiento de alimentos

En las AMP que son extensa y totalmente protegidas, la biomasa de peces y especies invertebradas con las que se comercia aumenta con el tiempo, y, si se cuenta con las condiciones biológicas adecuadas, su protección también aumenta la productividad de la pesca en las áreas fuera de las AMP, debido al esparcimiento de las mismas. Así, al modelar los efectos de la protección de 1 150 poblaciones marinas objeto de pesca, los científicos identificaron como áreas prioritarias de protección a aquellas que pudieran mejorar los rendimientos de esta actividad comercial.

Dado que la redistribución de los esfuerzos pesqueros después de la implementación de AMP puede afectar los resultados del aprovisionamiento de alimentos, los expertos decidieron modelar dos escenarios distintos para esta sección de la investigación: el primero, en el que asumen que los esfuerzos pesqueros de los espacios que se convertirían en AMP se relocalizan en zonas sin protección; el segundo, en el que asumen que no existe tal relocalización, por lo que el esfuerzo pesquero fuera de los espacios que se convertirían en AMP continúa constante.

Los resultados del primer escenario muestran que la implementación de AMP estratégicamente ubicadas, que cubrirían 28% del océano, incrementaría el aprovisionamiento de alimentos en 5.9 millones de toneladas métricas (manteniendo al comercio pesquero constante y sin protección adicional). Por otro lado, si los esfuerzos pesqueros continuaran constantes (segundo escenario), el aprovisionamiento de alimento disminuiría a 5.2 millones de toneladas métricas. Los científicos también encontraron que las áreas con mayor potencial para aumentar la disponibilidad de alimento se encuentran en las ZEE.

Almacenamiento de carbono

Los sedimentos marinos representan la mayor reserva de carbono orgánico del planeta y un depósito crucial para el almacenamiento de este elemento a largo plazo. Sin embargo, la alteración de estos depósitos puede convertir el carbono a CO2, lo que probablemente acarree consecuencias como: la acidificación oceánica, la reducción de la capacidad de absorción de CO2 del océano y el aumento de la acumulación de CO2 atmosférico. Por consiguiente, los autores argumentan que la protección del fondo marino es una solución natural potencialmente importante para el cambio climático.

Los expertos estiman que cada año en 4.9 millones de km2 –equivalente a 1.3% de la superficie oceánica– se pesca con redes de arrastre. Si la intensidad de la pesca industrial con redes de arrastre se mantiene constante, las emisiones de carbono sedimentado continuarán en aproximadamente 0.58 Pg de CO2 durante alrededor de 400 años de arrastre (un petagramo, "Pg", de dióxido de carbono es equivalente a mil millones de toneladas de este gas). Después de este periodo de tiempo, los sedimentos de carbono del metro superficial del piso oceánico estarán agotados. Esta perturbación del fondo marino da como resultado un estimado de 1.47 Pg de emisiones de CO2. A pesar que esta cantidad de emisiones representa únicamente 0.02% del total de sedimentos marinos de carbono, es equivalente a 15-20% del total de carbono atmosférico absorbido por el océano cada año. Además, el incremento de CO2 en el océano puede ocasionar efectos complejos y de largo alcance en el ciclo de carbono marino, la productividad primaria y la biodiversidad.

De esta forma, los científicos a cargo de este informe identificaron áreas que, si se convirtieran en AMP, contribuirían a la prevención de la conversión de carbono sedimentado a CO2 por acción antropogénica. Las áreas mayormente prioritarias están localizadas donde los depósitos de carbono y las amenazas antropogénicas son las más altas; incluyendo la ZEE de China, las áreas costeras de Europa Atlántica y las áreas de mayor afluencia y productividad (ver Fig. 1e). Como resultado, los expertos encontraron que, los países con mayor potencial para la contribución a la mitigación del cambio climático por medio de la protección a los sedimentos marinos de carbono, son aquellos cuyas ZEE e industrias de pesca de arrastre de fondo son mayores. No obstante, la huella espacial del arrastre de fondo es pequeña, por lo que argumentan que, para eliminar el 90% del riesgo actual por carbono derivado de esta actividad, se requeriría de la protección del 3.6% del océano, principalmente áreas dentro de las ZEE.

Priorización multi-objetivo

Puesto que los resultados hasta ahora presentados tienen objetivos distintos (conservar la biodiversidad, aumentar el rendimiento de las pesquerías y proteger las reservas marinas de carbono), los autores de este informe también llevaron a cabo tres análisis que toman en cuenta estos tres propósitos de manera conjunta.

En el primero de ellos exploran las sinergías entre los objetivos, superponiendo uno de estos como prioridad con el objetivo de crear mapas que ofrezcan soluciones compuestas multi-objetivos. Uno de los resultados de este primer modelo es que, las áreas necesarias para lograr 90% de beneficio para cada objetivo, se encuentran distribuidas en las ZEE del mundo y cubren 0.3% del océano global. Por su parte, las áreas cuya protección derivaría en el beneficio de dos objetivos, cubren el 2.7% del área total del océano.

En el segundo análisis, los autores estiman los co-beneficios que surgen de la priorización de un único objetivo. Por ejemplo, encuentran que, alcanzar el 90% de conservación de la biodiversidad, protegería, al tiempo, a 89% de los sedimentos de carbono que se encuentran en riesgo, pero tendría un costo de 27 millones de toneladas métricas de peces capturables. Este modelo es relevante, ya que permite seleccionar sitios para la protección de beneficios múltiples.

El tercer enfoque, el cual es también el preferido por los autores, es uno que combina los múltiples objetivos, y, en el cual, la importancia de cada uno de ellos es asignada por las partes involucradas. Para ejemplificar lo anterior, los científicos plantean el escenario de búsqueda de un modelo que beneficie a la protección de la biodiversidad y el rendimiento de las pesquerías al mismo grado, y que trate a la seguridad de las reservas marinas de carbono únicamente como co-beneficio. Este modelo daría como resultado que, si se protegiera el 45% del océano, la biodiversidad de beneficiaría en 71%, el aprovisionamiento de comida en 92% y las reservas marinas de carbono en 29% [ver Fig. 3c].

La necesidad de la cooperación internacional

Una escala global de priorización ayudaría a centrar la atención y los recursos en aquellos lugares que dispararían los beneficios de protección al máximo. Los expertos subrayan que, una ventaja particular de su proyecto es la habilidad con la que cuantifica cómo la cooperación internacional en la expansión de las AMP puede generar mayor provecho en los tres objetivos. Para demostrar lo anterior, calcularon los beneficios acumulados para la biodiversidad bajo tres escenarios: (1) la sistemática expansión de AMP consideradas prioridades globales; (2) la sistemática expansión de AMP, en ZEE y altamar, consideradas prioridades nacionales, y (3) la localización aleatoria de AMP. Como resultado, los expertos encontraron que, un esfuerzo globalmente coordinado derivaría en 90% de protección de la biodiversidad con menos de la mitad del área que se requeriría proteger para alcanzar este mismo nivel desde las prioridades nacionales (21% frente a 44%, respectivamente) (ver Fig. 4b). También señalaron que la localización aleatoria de AMP es el enfoque menos eficiente, ya que para alcanzar estos mismos resultados se requeriría de la protección del 85% del océano.

Conclusión

Existe un creciente consenso que señala que la protección del océano puede traer beneficios duraderos para la biodiversidad, la mitigación climática y la seguridad alimentaria. Los científicos que llevaron a cabo el proyecto de investigación presentado en este informe, aseguran que su marco de análisis demuestra que una conservación planificada estratégicamente puede reconciliar objetivos que son aparentemente contradictorios.

Los expertos también establecen que sus resultados instan a una mayor inversión en AMP que la que se tiene en el presente, independientemente de los intereses de las partes involucradas. Para lograr el máximo beneficio que se puede obtener de la expansión de AMP se requiere de un marco de acción global, especialmente de los países costeros. De igual manera, los autores sugieren que las preocupaciones en torno a las desigualdades que puedan surgir de la expansión de AMP deben tratarse como un asunto de cooperación internacional. Por ejemplo: la sostenibilidad de los mecanismos de financiación para reducir las posibles cargas a corto plazo sobre las naciones con áreas prioritarias desproporcionadamente grandes o la mejora en la gestión de la pesca y la redistribución del esfuerzo pesquero.

El grupo de científicos hace énfasis en que, para realizar su análisis, hicieron una serie de supuestos y omisiones, tales como: la inexistencia de una protección de los océanos, adicional a la propuesta en su investigación; la redistribución proporcional de los impactos humanos de las áreas que se propone proteger hacia áreas fuera de estas; y no consideraron la variabilidad de la población y reclutamiento de especies marinas. También, aclaran que los resultados relativos al CO2 liberado a través de la pesca de arrastre de fondo se obtuvieron de los datos disponibles; sin embargo, se requiere de investigaciones más profundas para verificar estas estimaciones. En cuanto a la escala, los autores del informe reconocen que, combinar bases de datos para alcanzar un análisis a nivel global, puede introducir incertidumbre en los resultados; así, resaltan que, para el estudio de las AMP a nivel regional, se requieren análisis más profundos en esa escala.

Los expertos concluyen argumentando que sus resultados pueden ser informativos para conseguir objetivos tanto nacionales como globales; apuntan que estos podrían, específicamente, coadyuvar al alcance del objetivo de proteger 30% de los océanos en 2030, emanado del Convenio sobre la diversidad biológica de la Organización de las naciones unidas. Explican que su análisis permite incorporar los intereses de distintos gobiernos y partes involucradas, a la vez que contribuye a solucionar los tres mayores retos que enfrenta la humanidad en el siglo XXI (la perdida de biodiversidad, la necesidad de proveer de alimentos a una población que está en aumento y el imperativo de mitigar el cambio climático). Finalmente, sugieren que la protección del océano tiene un beneficio triple, y que su investigación posibilita identificar los co-beneficios que surgen de la realización de cada uno de estos tres objetivos.

Datos cruciales: 

1. El gráfico 1 muestra las áreas prioritarias para la conservación del océano. La figura “a” muestra las áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad; la figura “c” muestra aquellas prioritarias para el aprovisionamiento de alimento; y la figura “e” para la protección de los sedimentos de carbono. Las AMP existentes se muestran en color azul claro. Las figuras “b”, “d” y “f” muestran la acumulación de beneficios en el océano global, las ZEE y alta mar de la persecución de cada uno de los objetivos: figura “b” para la conservación de la biodiversidad; figura “d” para el aprovisionamiento de alimentos (aumento del rendimiento de las pesquerías); y figura “f” para la protección de las reservas marinas de carbono. La barra azul en las curvas representa el 2.7% del océano que ya se encuentra totalmente protegido.

2. El gráfico 2 muestra los co-beneficios de protección entre objetivos (conservación de la biodiversidad, aprovisionamiento de alimento y protección de las reservas marinas de carbono). En la figura “a”, se muestran en amarillo las áreas prioritarias para alcanzar 90% de los máximos beneficios para un objetivo, en naranja para dos objetivos y en rojo para tres. Las AMP existentes se muestran en color azul claro. La figura “b” muestra el acumulativo de co-beneficios en la priorización la conservación de la biodiversidad; la figura “c” en la priorización del aprovisionamiento de alimento; y la figura “d” en la priorización de la protección de las reservas marinas de carbono. La barra azul en las curvas representa el 2.7% del océano que ya se encuentra totalmente protegido.

3. El gráfico 3 muestra escenarios de alcance de múltiples objetivos, dependiendo del peso (importancia) que se asigne a cada uno de ellos (conservación de la biodiversidad, aprovisionamiento de alimento y protección de las reservas marinas de carbono). La figura “a” representa la configuración espacial que maximiza los beneficios netos si se toma como objetivo la conservación de la biodiversidad y el aprovisionamiento de alimento, dependiendo del peso (importancia) que se le asigne a cada uno y bajo el supuesto de que los esfuerzos pesqueros de los espacios que se convertirán en AMP se relocalizarían en zonas sin protección. La protección de los sedimentos de carbono fue tratada, únicamente, como co-beneficio (importancia = 0). Las figuras “b”, “c” y “d” muestran los porcentajes de alcance de beneficios para uno de los tres objetivos bajo escenarios que representan priorizaciones distintas entres ellos.

4. El gráfico 4 muestra la conservación de la biodiversidad bajo contribuciones nacionales y globales. La figura “a” muestra la fracción de contribución a la conservación de la biodiversidad que cada uno de los 100 países con mayor posibilidad de aportar a este objetivo, puede alcanzar. Los valores estimados son adicionales a la protección existente. La figura “b” muestra el acumulativo de los beneficios a la conservación de la biodiversidad mediante la implementación de AMP bajo prioridades globales (azul), prioridades nacionales (naranja), y localización aleatoria (gris). La barra azul representa el 2.7% del océano que ya se encuentra totalmente protegido.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Trabajos de investigación como este señalan la importancia de la conservación del océano para evitar la destrucción del ambiente. Sin embargo, este análisis liderado por Enric Sala asume que en la persecución de este objetivo, los distintos intereses de las partes involucradas pueden incorporarse; un punto que puede ser debatible e investigado más a profundidad.