Zyanya López es reportera de la revista Expansión

A pesar de la pandemia por COVID-19, la empresa de Carlos Slim, América Móvil acrecentó su liderazgo en América Latina. Su compra más reciente la realizó en Brasil, donde a través de su filial Claro compró 32% de los clientes móviles de Grupo Oi. De esta manera, la empresa alcanzó una participación en el mercado brasileño de 31%.

La empresa de telefonía se ha consolidado a lo largo de los últimos años en América Latina, convirtiéndose así en uno de los principales operadores telefónicos en la región. De acuerdo con Expansión el mercado latinoamericano le ha dado ventajas a Slim, que poco a poco el mercado mexicano la ha ido quitando. Por ejemplo, la legislación brasileña les da fiabilidad a sus inversiones, mientras que en México el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) le impuso una regulación como agente económico preponderante.

De acuerdo con algunos expertos, Slim sólo ha aprovechado las oportunidades que se le presentan. Grupo Oi no pudo subsanar sus problemas financieros y se vio obligado a vender parte de su empresa de telecomunicaciones para pagar deudas. Esto fue aprovechado por América móvil, haciendo de esta compra una de las mayores transacciones después de la pandemia.

Para junio de 2020 el conglomerado de telecomunicaciones de origen mexicano concentraba una tercera parte de los accesos móviles de América Latina y el Caribe. Actualmente la compañía tiene presencia en 18 países. En países como México, Colombia y Ecuador es el líder del mercado, mientras que en los demás se encuentra entre los principales competidores.

A algunos analistas les preocupa que el liderazgo de la compañía a lo largo del tiempo genere dificultades regulatorias, como ha ocurrido en México. Así, se deben “mantener condiciones de competencia en mercados menos concentrados como, como Brasil y Chile y, en mercados más concentrados, como México, Colombia y Guatemala, se establezcan regulaciones de competencia económica”.

Sin embargo, no todos los negocios han salido bien. Aunque a Slim le gusta insistir y negociar, ha tenido que declinar de algunos negocios como en El Salvador, donde tras dos intentos de adquirir las operaciones de Telefónica, la empresa finalmente desistió de la compra, al no encontrar facilidades por parte del gobierno salvadoreño. Para adquirir Telefónica, América Móvil debía liquidar 315 millones de dólares, pero antes, cumplir con algunos requisitos específicos, como la renuncia irrevocable al derecho a la explotación de 25 MHz en banda de 850 MHz y 30 MHz en la banda de 1 900 MHz, que están bajo la titularidad de la compañía española. La renuncia a la adquisición en El Salvador no es nada más que para realizar una reevaluación de la compra. Al mismo tiempo se espera que Telefónica se deshaga de otros mercado en Centroamérica como Panamá y Costa Rica, los cuales pueden ser atractivos para América Móvil.

Otro trago amargo para América Móvil se dio tras el anuncio de la venta de TracFone, su subsidiaria en Estados Unidos, a Verizon, por 6 250 millones de dólares. Por esta venta, America Movil obtuvo un pago que equivale a 10 años de utilidad de esa unidad de negocio. Los 6 250 millones de dólares que recibió, en comparación con los 750 millones que generó en EBITDA los últimos 12 meses, implican una valoración de la empresa sobre el flujo operativo de 8.1 veces.

Finalmente, aunque se pronostica un 2021 complejo económicamente, se estima que América Móvil continuará expandiéndose en América Latina. Se calcula que los ingresos de la empresa aumentarán 2.8% y su EBITDA 5.7%, justamente por sus estrategias de inversión. Brasil seguirá siendo la gran apuesta de la empresa, mientras que en países como México, Chile y Colombia deberá cuidarse de los desafíos regulatorios, aunque en estos dos últimos países planea consolidar su negocio ofreciendo la red 5G.