Should We Block the Sun? Scientists Say the Time Has Come to Study It

Cita: 

Flavelle, Christopher [2021], "Should We Block the Sun? Scientists Say the Time Has Come to Study It", The New York Times, New York, 25 de marzo, https://www.nytimes.com/2021/03/25/climate/geoengineering-sunlight.html

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Jueves, Marzo 25, 2021
Tema: 
Estados Unidos busca una nueva forma de enfrentar el colapso medioambiental por medio de geoingeniería solar
Idea principal: 

Christopher Flavelle es un reportero de The New York Times que se centra en la forma en que los individuos, los gobiernos y las industrias intentan hacer frente a los efectos del calentamiento global. Asimismo, recibió un premio de National Press Foundation en 2018 por la cobertura de las "luchas del gobierno federal" para hacer frente a las inundaciones en Estados Unidos.


El autor hace un análisis sobre la propuesta de enfriar al planeta de manera artificial para mitigar los riesgos del cambio climático que enfrenta el mundo en la actualidad. En ese sentido, partiendo del punto de que hay un estancamiento en la gestión de los efectos del calentamiento global, las Academias Nacionales estadounidenses, consideran que el país norteamericano podría llevar a cabo el estudio de tecnologías capaces de lograr este enfriamiento artificial del planeta “reflejando luz solar”.

Dicha idea que implica el bloqueo de la luz solar para que no alcance a llegar a la atmosfera, se promovió el jueves 25 de marzo de 2021 en el momento en que un organismo científico puntualizó que sería prudente que Estados Unidos invirtiera por lo menos 100 millones de dólares para investigar dicha tecnología. Ésta recibe el nombre de “geoingeniería solar” y consiste en “reflejar más energía solar de regreso al espacio a través de técnicas que incluyan la inyección de aerosoles en la atmósfera”, (Flavelle, 2021). Con base en esto, de acuerdo con un informe de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina, es esencial que los gobiernos tengan conocimiento de qué tanto funcionaría esta tecnología y cuáles serían sus efectos secundarios.

Cabe mencionar que, según del director de Woods Institute for the Environment de la Universidad de Stanford, Chris Field, si bien la geoingeniería solar no suplanta a la descarbonización (la eliminación total del consumo de combustible fósil), la tecnología capaz de reflejar luz solar debe tener una financiación importante. Igualmente, es relevante que esta geoingeniería solar se investigue de manera rápida y eficaz.

El informe de las academias, asimismo, hace hincapié en los peligros de la geoingeniería, los cuales incluyen “alterar los patrones climáticos regionales de formas potencialmente devastadoras”, (Flavelle, 2021). Por ejemplo, esto puede verse por medio del cambio de comportamiento del monzón en el sur de Asia, pues dicho fenómeno provoca que la presión por disminuir las emisiones de gases del efecto invernadero baje y se cree “un riesgo inaceptable de un calentamiento catastróficamente rápido” en caso de que los gobiernos bloquen la luz solar por un cierto periodo de tiempo y después se detengan.

Es por eso que, los autores subrayan que como las emisiones de gases de efecto invernadero no se están reduciendo tan rápido como para impedir que el calentamiento global llegue a niveles riesgosos, deben proponerse otras alternativas. Sin embargo, esta geoingeniería solar podría tener un “valor profundo”, ya que podría guiar las decisiones enfocadas a su implementación.

Aunado a esta evaluación, es importante agregar lo que los autores llaman “riesgos sociales”. Aquí podría ponerse como ejemplo una situación en la que los resultados de la investigación revelaran daños colaterales centrados principalmente en naciones del sur global. De acuerdo con el Dr. Field, en ese caso existiría la posibilidad de que esta tecnología no siguiera desarrollándose a pesar de que en realidad beneficiara a todo el mundo.

Al mismo tiempo, en el informe igualmente se indica que, a través de la financiación de la investigación de la geoingeniería, el país norteamericano podría asumir un trabajo transparente y responsable ante todo público. Esto con lineamientos sobre cuándo y cómo sería pertinente usar dicha tecnología.

Aunque algunos críticos no consideran que esta protección del calentamiento global resulte suficiente. “Los intentos alentados por el informe, sobre la protección de los intereses de los países más pobres, por ejemplo, los de los agricultores en el sur de Asia, cuyas vidas podrían verse trastornadas por cambios en los patrones de lluvia”, (Flavelle, 2021), podrían dejar de tomarse en cuenta en cuanto inicie la investigación, según Prakash Kashwan, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Connectitut.

Por su parte, la directora de School of Public Policy and Urban Affairs de la Universidad del Noroeste, Jennie Stephens, considera que, la investigación en geoingeniería implicaría un gasto económico y un desvío de atención del problema central. La solución a este problema implicaría disminuir las emisiones de gases del efecto invernadero y apoyar a los grupos vulnerables que deben lidiar con los cambios climáticos que están ocurriendo. Según la directora, es urgente que se impulsen nuevos esfuerzos para obtener cambios transformadores, y ahí sería donde la inversión resultaría útil.

Así pues, la geoingeniería solar cuenta con el apoyo bipartidista en el Congreso, (Dato crucial 1). Como menciona John Curtis del partido republicano de Utah, Estados Unidos necesita darle importancia a la investigación científica. Aunque el cálculo con respecto al financiamiento del proyecto resulta complicado para el presidente Joe Biden, pues sus intereses van dirigidos a tener la confianza del partido progresista, cuyos miembros se pronuncian en contra de la geoingeniería. Entre ellos se encuentra el senador Bernie Sanders de Vermont que ha catalogado a esta tecnología como una “falsa solución”.

Por el contrario, al pedirle opinión sobre el informe, al portavoz progresista de la Casa Blanca, Vendant Patel, él mencionó a través de correo electrónico que el presidente Joe Biden realmente había sido claro con respecto a la gestión de la crisis climática. Agregó que es importante que se busquen resoluciones innovadoras que ayuden a esta mitigación, para así estudiarlas.

En cuanto a las organizaciones que ayudaron al financiamiento del informe, tanto la National Aeronautics and Space Administration (NASA) y National Oceanic and Atmospheric (NOAA) tienen opiniones al respecto. Por un lado, Tylar Greene, portavoz de la NASA resaltó en un comunicado que, "esperaba revisar el informe, examinar las recomendaciones y explorar cómo la NASA y su comunidad de investigación podrían apoyar este esfuerzo ", (Flavelle, 2021). Por otro lado, Ko Barrett, subdirector adjunto de NOAA, mencionó que la agencia revisaría el informe cuidadosamente. Sin embargo, un tercer financiador, el Departamento de Energía no tuvo comentarios.

Finalmente, el apoyo de las Academias Nacionales lograría que algunos legisladores escépticos confiaran más en este tipo de tecnología, según Michael Gerrard, director de Sabin Center for Climate Change Law en la Escuela de Leyes de Columbia. Asimismo, mencionó que, en vez de hacer que los individuos le den menos importancia a detener las emisiones de gases del efecto invernadero, una nueva iniciativa federal de programa de investigación en geoingeniería podría hacer que el público se preocupara más por los efectos del cambio climático, mostrando opciones extremas y peligrosas para frenarlo que le causen suficiente miedo como para tomar medidas y volverse más conscientes del problema.

Datos cruciales: 

1. A finales de 2019, el Congreso otorgó a la administración de National Oceanic and Atmospheric 4 millones de dólares para investigar la geoingeniería solar.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El texto vislumbra un escenario de combate y adaptación frente a la destrucción del ambiente en el que las corporaciones transnacionales, en este caso estadounidenses, se adaptan al contexto de colapso medioambiental, por medio de estrategias y acciones que aparentemente representan una responsabilidad ambiental corporativa, pero realmente dañan la existencia de los sujetos sociales del sur global. Dicha destrucción medioambiental se basa en la destrucción de procesos metabólicos como el clima y sus elementos más importantes como el agua y el suelo, que afectan principalmente a ciertos grupos vulnerables.

Con base en esto, hay un cambio en las fronteras de capital, puesto que los avances tecnológicos y sociales han transformado su estructura. Así pues, las fronteras más recientes abarcan la codificación de la vida, las ciencias cognitivas, la exploración del espacio exterior, las nanotecnologías, la remediación ambiental y la manipulación del clima.