El México bárbaro de las mineras canadienses y las comunidades rurales

Cita: 

Rodríguez Wallenius, Carlos [2013], “El México bárbaro de las mineras canadienses y las comunidades rurales”, El México bárbaro del siglo XXI, México, UAM-X – UAS, http://dcsh.xoc.uam.mx/repdig/index.php/libros-dcsh/investigacion/item/3...

Fuente: 
Libro
Fecha de publicación: 
2013
Tema: 
Mineras canadienses en México
Idea principal: 

Carlos Rodríguez Wallenius es doctor en ciencias sociales y maestro en desarrollo rural por UAM-Xochimilco. Sus temas de investigación son la defensa comunitaria del territorio, geopolítica local y procesos de despojo en el ámbito rural, movimientos sociales y desarrollo local.


Las bárbaras mineras canadienses: un botón de muestra

Los 22 millones de onzas de plata estimados en el subsuelo de Real de catorce apresuró a la firma canadiense First Majestic Silver Corporation para explotar sus 22 concesiones mineras, sobre 6 327 hectáreas, en San Luis Potosí. No obstante, el lugar de estas concesiones corresponde al recinto sagrado del pueblo Wixaritari: el Wirikuta. Por lo tanto, el proyecto de la minera amenaza con destruir el lugar sagrado y pone en riesgo el frágil ecosistema semidesértico en esa región.

Ante las necedades del gobierno, en septiembre de 2011 los pueblos Wixaritari marcharon hasta la ciudad de México exigiendo al gobierno federal respeto por sus lugares sagrados, pero ¿Quién los escucha en el México bárbaro?

Introducción

El desenvolvimiento de la minería canadiense en el México del siglo XXI, plagado de corrupción, despojo y devastación ambiental, evoca al México de inicios del siglo XX que describe John Turner. Turner vincula las referencias de la actividad minera en el país a las inversiones norteamericanas (realizadas por Morgan Guggenheim y Robert Towne).

En la última parte del siglo XIX la minería en México se caracterizó por el predominio de capital extranjero. El gobierno porfirista fomentó la concentración de extensos territorios por parte de las mineras, mediante el despojo de comunidades indígenas y campesinas.

Las demandas indígenas y campesinas de la revolución mexicana residen en la Constitución Política de 1917, la cual otorga el derecho a la restitución de territorio expropiado a las comunidades y el derecho a dotaciones de tierra, además el artículo 27 de la misma prescribe a la nación como propietaria de la tierra, el subsuelo y sus riquezas. La explotación de recursos sería concesionable a particulares, manteniendo el dominio pleno del Estado y su papel como rector de la economía nacional.

El reparto agrario ejecutado en el gobierno de Lázaro Cárdenas estableció los cimientos para que unas décadas después la mitad del territorio nacional fuera propiedad social en manos de ejidos y comunidades indígenas.

Renovadas ansias de acumulación en la minería

Alentada por las dinámicas económicas de la globalización neoliberal, la minería en México se caracteriza por lo que llama David Harvey acumulación por desposesión, el concepto se refiere a “los mecanismos de acumulación del capital basado en el despojo mediante la privatización de bienes públicos y comunitarios”. El concepto proviene de los estudios marxistas de la “acumulación primitiva originarias”, especialmente los aportes de Rosa Luxemburgo, quien lo presenta como “acumulación originaria permanente”.

La acumulación originaria permanente se trata del movimiento capitalista hacia el mundo no capitalista en fin de una expansión permanente del control sobre las sociedades y sus recursos, a fin de acumular mayores riquezas en menor tiempo. La acumulación por disposición se caracteriza por la depredación y mercantilización de los recursos naturales y bienes comunales. Sin asumir los costos por las devastaciones, las empresas logran ganancias extraordinarias, es decir ganancias mayores a la tasa media de ganancia (o bien al valor promedio de las mercancías de cada rama productiva).

Uno de los medios frecuentes para obtener ganancias extraordinarias es la renta monopólica. Se basa en el control de recursos estratégicos o escasos, por contar con ubicaciones clave, un amplio dominio privado y el acaparamiento de tierras, inmuebles o conocimientos. En el caso de la minería las grandes inversiones y capacidades técnicas necesarias para la explotación de un yacimiento la hacen un sector propicio para la concentración, pues excluye a pequeños y medianos empresarios. Además, el sistema de concesiones otorga derechos de exploración y explotación sobre grandes extensiones de subsuelo a una sola empresa, impidiendo la libre competencia en esa demarcación.

Los minerales a precio de oro

En la primera década del siglo XXI los precios de los metales preciosos aumentaron drásticamente debido, en parte al crecimiento de la demanda (en especial por países como China e India), las especulaciones sobre el dólar y el incremento de los precios del petróleo. El incremento en los precios impuso el extractivismo minero y reavivó la búsqueda incesante de yacimientos.

En México, 51% de territorio nacional es propiedad social (tierras ejidales o comunales) en las cuales se ubican la mitad de las concesiones mineras. Los campos de extracción de minerales son esenciales para la sobrevivencia de campesinos y pueblos indígenas, quienes enfrentan la encrucijada de conservar sus territorios o desaparecer por las devastaciones ambientales causadas por la minería. Las empresas enfrentan por todos los medios a su alcance las resistencias campesinas, en una batalla desigual donde las mineras canadienses son actores principales.

Generar condiciones para la barbarie minera

Las políticas neoliberales generaron una serie de condiciones necesarias de seguridad para que las mineras canadienses invirtieran en el país. Se dieron beneficios, apoyos y subsidios para facilitar el control del proceso productivo minero, reducir los costos de producción y eximir a las empresas de externalidades. Bajo el modelo de Estado nacional de competencia, los gobiernos brindaron a los capitales condiciones óptimas para su instalación en México, mediante laxas tasas tributarias, concesiones administrativas, modificaciones en los marcos legales.

La reestructuración legal fue dada por una serie de reformas y tratados, empezando por la contrarreforma de 1992 al artículo 27 constitucional, que permitía la venta de tierras ejidales y comunales. Las reformas a la Ley Minera de 1993, concedieron la entrada de empresas extranjeras en áreas reservadas al capital nacional sin necesidad de que se asociaran con capital nacional, además de priorizar la exploración, explotación y beneficios de los minerales sobre cualquier otro tipo de uso de suelo, y el incremento de las concesiones de exploración hasta 50 años, mismos que pueden prorrogarse. La modificación a la Ley de Inversión Extranjera de 1996 eliminó los requisitos a la inversión del sector minero, lo que acentuó la liberalización.

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre Estados Unidos, Canadá y México, que entró en vigor en 1994, comprometía una serie de medidas económicas y fiscales que facilitaban la movilidad de inversiones, capitales y productos entre esos países. Las facilidades para obtener concesiones, y venderlas después de especular con ellas fue creando un mercado de concesiones. Las concesiones otorgadas permiten el aprovechamiento de distintos minerales y tienen privilegios como derechos de acceso a la zona o el uso de agua de “laboreo” de las minas, y no pagan derechos de uso.

Los pagos y contraprestación por usufructuar los minerales que la Ley Federal de Derechos del año 2011 impone a las empresas son minúsculos: inician con 5.08 pesos y llegan hasta 111.27 pesos por semestre. El sistema tributario por su parte cede exenciones y devoluciones de impuestos a las colosales mineras. Por ejemplo, Peñasquito de Golcorp, la mina de oro más grande en el país, paga solo 6.4% de impuestos sobre la base gravable. Cabe resaltar que el gobierno subsidia gran parte del agua y la electricidad que devora la industria, para el caso minero son elevadas cantidades de agua y luz las que consume.

Las leyes ambientales están subordinadas al interés económico. Las empresas tienen que aprobar la Evaluación de Impacto Ambiental para obtener el permiso de SEMARNAT, el cual consiste en informes y estudios de riesgo y preventivos, así como una Manifestación de Impacto Ambiental. Los estudios e informes son realizados por las propias empresas mediante consultoras especializadas, que hacen evaluaciones favorables a las empresas.

Las mineras canadienses y sus intereses en México

Las corporaciones globales como Goldcorp, Kinross, Yamana Gold, Agnico Eagle Mines, entre otras, se están disputando los minerales de México, en una confrontación a muertes con los pueblos y núcleos agrarios, esta situación es común en países con gobiernos corruptos y vulnerables como el de México. La actividad minera canadiense se ha concentrado en el país gracias a las posibilidades legales e institucionales que otorga el país, para que el sector obtenga ganancias extraordinarias.

Los datos del bárbaro despojo

Este trabajo retoma tres casos donde las mineras se instalaron en núcleos agrarios. El primer caso es la mina de Los Filos-El Bermejal de la canadiense Goldcorp que empezó rentando tierras a la comunidad agraria de Mezcala y al ejido de Carrizalillo a precios muy bajos, pero gracias a las movilizaciones del ejido de Carrizalillo la renta aumentó 23 veces el valor inicial. Sólo 1.3% a 2.9% del total de las extracciones quedaron en manos campesinas como se observa en la gráfica.

La mina de El Peñasquito, en Mazapil, Zacatecas, propiedad de Goldcorp se instaló sobre los ejidos de Credos, Las Palmas y El Vergel. La escasez de agua fue el principal impacto sobre la comunidad, pues actualmente la mina requiere 13.7 millones de metros cúbicos (m3) al año. La minera convenció a las comunidades de rentar sus tierras por 30 años a cambio de cien millones de pesos, perforación de pozos, construcción de casas, entre otros apoyos. La producción de oro en la zona llegó a 387 500 onzas desde 2009, y la distribución de sus beneficios se muestra en la siguiente gráfica:

El último caso es en el municipio de Chicomuselo, Chiapas, donde la empresa canadiense Blackfire Exportation tiene 10 concesiones para explotar barita, amonio y oro. En especial la mina Payback en el ejido Grecia, en la que se estiman reservas por 4.32 millones de toneladas de barita. La minera tenía contratos por 120 mil toneladas anuales de barita, lo que representaba ingresos anuales por 5 712 000 de dólares, o sea, unos 75 millones de pesos. Sin embargo, la comunidad se movilizó y logró parar las obras. Al final el reparto de los beneficios quedó de la siguiente manera:

Oro por cuentas de vidrio

Por lo general el instrumento central de apropiación de tierras por parte de las mineras es el alquilamiento, pues una vez saqueado el suelo la abandonan y buscan nuevos yacimientos. Sin embargo, la petición de alquiler resulta insuficiente para convencer a las poblaciones, por lo que las empresas ofrecen una serie de beneficios y compensaciones.

En un intento por legitimar la irrupción en tierras, las empresas desarrollaron promesas de apoyo a manera de convenios, minutas, acuerdos, planes de desarrollo, etc. Incluso, el Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM por sus siglas en inglés y conformado por las principales mineras del mundo) editó manuales para guiar a las empresas en las negociaciones y gestión de apoyos con las poblaciones afectadas. Estos acuerdos constituyen una estrategia de inserción y control territorial mediante instrumentos de promoción social, pactados directamente con representantes comunitarios (autoridades agrarias, líderes sociales, estructura religiosa) donde se ofrecen recursos para infraestructura, asistencia social, actividades conmemorativas y festividades. Muchas veces los compromisos puestos en los acuerdos por parte de las empresas nunca se cumplen.

Las empresas también ofrecen apoyos en especie como animales, herramientas, muebles, gastos hospitalarios y funerarios. Suele anunciarse como fuente de empleo ofreciendo cierto número de empleos en la mina para la comunidad. Por último, recurren al soborno de las autoridades locales y ejidales.

Los impactos y otras barbaridades de las mineras

Los impactos más evidentes de la minería son la destrucción del hábitat, la contaminación de cuencas y mantos freáticos, la desarticulación del tejido social, incremento de enfermedades respiratorias, gastrointestinales, de la piel y cancerígenas entre mineros y la población cercana, así como fracturas en las viviendas de los alrededores, y los sucesivos riesgos de derrumbes.

La devastación ambiental se acelera con el sistema de extracción a cielo abierto el cual se presenta como modelo dominante en la minería. Se trata de una técnica precoz de extracción con resultados fatales para el ambiente, requiere un consumo descomunal de agua, misma que mezcla con químicos como cianuro. Así modifica la morfología del terreno y altera las microcuencas, deja un suelo estéril inservible para la siembra, y acaba con la flora y la fauna.

Por otra parte, ante el avance minero los pueblos se organizan y resisten. Por ejemplo, se observaron las movilizaciones en contra de la mina New Gold, la cual destruía un geosímbolo de la población: el Cerro de San Pedro en San Luis Potosí. O las movilizaciones en Chicomuselo por los riesgos de derrumbe a causa de la formación de grietas en sus casas a raíz de la extracción minera y del tránsito de volteo. Lo anterior afecta la vid cotidiana y los entornos donde las familias campesinas habitan.

Conclusiones

La forma en que las mineras canadiencienses se introducen en los territorios, responde a la práctica de acumulación por desposesión, a fin de incrementar las ganancias. El incremento de la demanda de los metales exacerbó la ansias por conseguir metales preciosos, empresa facilitada por países dependientes y sus legislaciones laxas y gobiernos corruptos, como es el caso de México.

Las facilidades que brinda el gobierno mexicano han sido aprovechadas por las corporaciones mineras canadienses, que han impuesto su hegemonía en el país: 75% de las inversiones externas vienen de Canadá y se concentran en la producción de oro y plata. Y para que éstas implanten su hegemonía, las mineras han desarrollado una serie de mecanismo que tienen que ver con la apropiación de tierras o la promesa del trabajo en la mina. No obstante, el proceso de desposesión también genera resistencia y movilizaciones sociales que ponen como objetivo el cuidado fundamental de la conservación de sus bienes y formas de vida.

Datos cruciales: 

1. En términos de los capitales extranjeros invertidos en minería de 1892 a 1910 las empresas estadounidenses representaron 81% del total, mientras las británicas 15%.

2. El gobierno de Porfirio Díaz enajenó cerca de 40 millones de hectáreas para hacendados, empresas mineras y ferrocarriles.

3. 10 empresas controlan 50% de la producción total de cobre, tres empresas monopolizan 70% de hierro y seis corporaciones comercializan 90% de aluminio.

4. Entre 2001 y 2011 el precio del oro incrementó 630% y el de la plata 813%.

5. A inicios del siglo XXI las empresas mineras consideraban rentables yacimientos con un contenido de al menos 1 gramo de oro por tonelada de material (gr/T). Diez años después se explotan minas con concentraciones de 0.15 gr/T .

6. México es un lugar privilegiado por sus reservas y producción minera, en términos de valor económico, son oro (21.1%), plata (19.4%), cobre (13.8%) y zinc (8.3%), ocupando los primeros lugares de producción mundial de varios metales.

7. México pasó de producir 22.9 toneladas de oro en 2001 a 72.6 toneladas en 2010, y de 2 712 toneladas de plata a 3 500 ton en ese mismo periodo.

8. La propiedad social abarca 51% del territorio nacional y en las cuales se ubican la mitad de las concesiones mineras.

9. En 2010 la superficie concesionada para exploración o explotación llegó a 56 millones de hectáreas.

10. Los impuestos pagados por la mina de oro más grande del país, Peñasquito de Goldcorp, ascendieron apenas a 6.4% sobre la base gravable.

11. Para obtener 1 gramo de oro se requieren 9.33m de agua.

12. El caso de la mina Filos Bermejal en Mezcala, Guerrero, se utilizan 4.1 millones de m3 de agua al año para producir 300 mil onzas de oro, esa cantidad del líquido representa 10 veces las necesidades de abastecimiento de agua de toda la población del municipio de Eduardo Neri, donde está instalada la mina y donde 27.19% de sus pobladores no cuentan con el servicio de agua potable.

13. Las corporaciones canadienses representan 75% de las compañías mineras y proyectos de exploración del mundo, así como 51% del capital minero global.

14. Las trasnacionales canadienses tienen inversiones en cerca de 3 400 proyectos en 100 países.

15. El sector minero en la Bolsa de Valores de Toronto Stock Exchange (TSX) agrupa 1 419 compañías.

16. En 2002 la TSX Venture, subsidiaria de la TSX que se dedica al financiamiento de la exploración, desarrollo y explotación de yacimientos mineros en todo el mundo, financió cerca de 1 300 proyectos mineros en el mundo.

17. En 2010, del total de las inversiones en el sector minero, 12% provino de Canadá. 75% de sus inversiones se destinó a proyectos de explotación, desarrollo y producción de oro y plata.

18. 5 mineras extranjeras concentran 70% de la producción de oro nacional: Goldcorp (con 38%), Gammon Gold, New Gold (con 5.6%) y Alamos Gold (canadienses) y la Capital Gold (estadounidense).

19. En México, hay 209 empresas canadienses y representan las tres cuartas partes de las empresas mineras extranjeras registradas en el sector minero.

20. Ocho de las 11 unidades mineras más importantes de oro, son canadienses, y en las minas de plata, 11 de las 14 más productivas están en sus manos.

21. Para el periodo 2010-2012 de los 738 proyectos de exploración que se registraron en el país, 553 pertenecen a compañías canadienses.

22. Goldcorp tiene en México un costo promedio de extracción de oro de 454 dólares por onza.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El capitulo aporta un merco desde dónde entender la actividad minera actual, así como la descripción de las estrategias de las corporaciones mineras para introducirse en el país.