Underestimating the Challenges of Avoiding a Ghastly Future

Cita: 

Bradshaw, Corey, et al. [2021], "Underestimating the Challenges of Avoiding a Ghastly Future", Frontiers in Conservation Science, 13 de enero, https://doi.org/10.3389/fcosc.2020.615419

Fuente: 
Artículo científico
Fecha de publicación: 
Miércoles, Enero 13, 2021
Tema: 
Resulta necesario informar y debatir sobre la crisis ambiental para adoptar medidas de mitigación y resiliencia equitativas
Idea principal: 

Corey Bradshaw, autor principal del artículo, es investigador en la Universidad de Flinders, Australia. Además, dirige el Laboratorio de Ecología Global y el Nodo de Modelado Flinders del Centro de Excelencia para la Biodiversidad y el Patrimonio de Australia.


Subestimar los desafíos de evitar un futuro espantoso

El estudio aborda tres problemas a los que no se ha prestado suficiente atención, pero que son urgentes de atender. De lo contrario, el escenario futuro no parece ser muy favorable. En primer lugar, los estudios y modelos evidencian que las condiciones climáticas son peores de lo que se imaginaba, lo suficiente para amenazar todas las formas de vida que habitan la Tierra. En segundo lugar, se cuestiona sobre si los gobiernos o sistemas están preparados para controlar o adaptarse a los escenarios catastróficos que se esperan. Finalmente, en tercer lugar, se retoma la importancia y responsabilidad que el sector científico tiene con gobiernos, empresas y sociedad de hablar sobre la situación real de la crisis ambiental.

Resulta particularmente importante reconocer “los enormes desafíos para crear un futuro sostenible”, pues es la única forma de desarrollar los planes de mitigación y resiliencia que la situación amerita.

Introducción

La humanidad está provocando una rápida pérdida de la biodiversidad, así como un deterioro de la capacidad de la Tierra para sostener formas de vida complejas. A pesar de que se han propuesto algunas soluciones, éstas no son compatibles con la “progresión incesante de la pérdida de biodiversidad y otras amenazas existenciales vinculadas a la expansión continua de la humanidad”.

Diversos procesos el rezago temporal que existe entre el deterioro ecológico irreversible y sus efectos sociales más dañinos impiden reconocer la gravedad de la situación actual del planeta y mucho menos plantear soluciones eficaces a la problemática mundial.

El artículo ofrece un panorama general sobre la gravedad de la situación climática y humana. También se propone delinear las principales tendencias de pérdida de la biodiversidad y deterioro climático, así como evaluar el impacto posible sobre el crecimiento de la población y el consumo humano. Finalmente, se pretende hacer caer en cuenta a los líderes mundiales sobre el estado de emergencia real del planeta y sobre lo urgente y necesario que es planificar para evitar un futuro catastrófico.

Pérdida de biodiversidad

El deterioro de la biosfera está relacionado directamente con la expansión de los sistemas humanos. Aunque no hay registros adecuados sobre el peligro de extinción para la mayoría de las especies, las tendencias generales son claras: la vegetación terrestre ha sufrido grandes impactos desde que se adoptó la agricultura (ver dato crucial 1); los ecosistemas marinos y de agua dulce también han sido afectados (Ver dato crucial 3); los ríos ya no corren por donde solían hacerlo ya que las actividades humanas lo impiden; tanto la flora como la fauna marina son gravemente amenazadas.

La acelerada pérdida de la biodiversidad tiene severas consecuencias sobre los servicios brindados por los ecosistemas. El resultado es una “reducción de secuestro de carbono, reducción de la polinización, degradación del suelo, baja calidad del agua y del aire, inundaciones más frecuentes e intensas, e incendios”.

La humanidad ha transferido la biomasa de los ecosistemas naturales hacia su propio uso. Se estima que, de los 0.17 Gigatoneladas de biomasa viva de vertebrados terrestres, 59% corresponde a ganado, mientras que 36% son seres humanos y el resto –aproximadamente 5% de la biomasa total– a otros mamíferos, aves, reptiles y anfibios silvestres.

Sexta extinción masiva

Por extinción masiva se entiende “la pérdida de aproximadamente 75% de las especies del planeta en un intervalo geológicamente corto, generalmente menor a 3 millones de años”. Se tienen registros de al menos cinco grandes extinciones desde el periodo cámbrico. Se estima que del siglo XVI a la fecha, la tasa de extinción de vertebrados es 15 veces superior a la existente en los últimos 66 millones de años. Los autores consideran que esa es una estimación conservadora, que refleja apenas la "punta del iceberg de la verdadera extinción". La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), prevé que en las próximas décadas más de 20% de todas las especies estarán en peligro de extinción. A partir de eso, los autores señalan que "actualmente es científicamente innegable que ya nos encontramos en camino a una sexta extinción masiva".

Translimitación ecológica: tamaño de la población y consumo excesivo

Según la Oficina de Referencia de Población (PRB, por sus siglas en inglés), la población de ha duplicado desde 1970 hasta alcanzar 7.8 mil millones de personas en 2020. A pesar de que, algunos países dejaron de crecer poblacionalmente, “la fecundidad media mundial sigue siendo de 4.8 hijos por mujer en África subsahariana y 4 hijos por mujer en países como Afganistán, Yemen, Timor-Leste, en el Sudeste Asiático”. Las tendencias indican que el crecimiento poblacional continuará al menos hasta inicios del siglo XXII. Esto ocasionará incertidumbre en la seguridad alimentaria, pues si actualmente hay entre 700 y 800 millones de personas que padecen hambre y entre mil y dos mil millones que están desnutridas, es probable que los indicadores sean mayores en el futuro.

Por otra parte, los autores consideran que el crecimiento poblacional se relaciona con múltiples problemas sociales como contaminación, fabricación de compuestos sintéticos y plásticos peligrosos, generación de desechos tóxicos, la producción de pandemias como consecuencia de la búsqueda de recursos, el hacinamiento, el desempleo, la mala gobernanza, pero también el desarrollo de conflictos nacionales e internacionales causadas por la pobreza, desigualdad, estrés ambiental, divisiones étnicas, incluso la militarización de territorios.

El crecimiento poblacional también tiene como consecuencia un mayor consumo, sobre todo en los países con mayores ingresos. El consumo humano como porcentaje de la capacidad de regeneración de la Tierra ha pasado de 73% en 1960 a 170% en 2016. La población de los países de altos ingresos tiene un consumo sustancialmente superior a la del resto del mundo.

Esta translimitación ecológica –es decir, el desacoplamiento entre la demanda humana y la capacidad de regeneración biológica– ha sido posible por el uso de los combustibles fósiles. La producción alimentaria depende en gran medida del uso de los combustibles fósiles, que son la causa principal del acelerado cambio climático, lo cual agrava aún más la situación.

Para evitar un cambio climático catastrófico, es necesaria la descarbonización total antes de 2050. Sin embargo, la falta de planeación, junto con el crecimiento poblacional son un gran desafío para las metas necesarias. Por ahora, no se tiene considerada alguna forma de “evitar el aumento poblacional y el consumo excesivo que lo acompaña”. Dos propuestas señaladas por los autores son la implementación de políticas públicas que reduzcan la fertilidad, así como el control de los patrones de consumo.

Metas internacionales fallidas y perspectivas para el futuro

Detener la pérdida biodiversidad está enlistada como prioridad después del empleo, la atención médica, el crecimiento o estabilidad económica, por lo que no sorprende que las metas de Aichi para la Diversidad Biológica para 2020, no se cumplieran, y en ese sentido, se prevé que “la mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas relacionados con la naturaleza tampoco lo hagan”, incluso cuando el Foro Económico Mundial hiciera público su reconocimiento sobre que la pérdida de la biodiversidad es una de las principales amenazas para la economía global.

Las pandemias, como la actual por COVID, se pueden pronosticar y más aun cuando se conocen las interacciones que existen entre humanos y animales, el desequilibrio ambiental, la agricultura intensiva, la caza y comercio de vida silvestre, que aumentan las probabilidades de transferencia de patógenos, pero que no hay instituciones regulando estas interacciones.

Interrupción del clima

A pesar de que los efectos por el cambio climático son cada vez más evidentes, las sociedades aun no consiguen abordarlos de manera eficaz. La temperatura ya ha aumentado 1°C y se espera que entre 2030 y 2052, la temperatura aumente .5°C más.

Sin importar si la humanidad decide dejar de usar combustibles fósiles, el derretimiento del permafrost y la liberación de metano almacenado seguirán contribuyendo a la concentración de gases de efecto invernadero provocando una demora en la disminución de temperatura.

El Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) realizó varios modelos sobre el cambio de clima futuros; sin embargo, el clima actual iguala o supera aquellas predicciones, incluso “los últimos modelos climáticos muestran un calentamiento futuro mayor que el predicho anteriormente” sin importar las medidas que la sociedad adopte para reducir las emisiones.

Pese a que existe una preocupación y consciencia sobre el cambio climático y propuestas por parte del sector científicos, los gobiernos siguen sin tomar una postura responsable y eficaz sobre ello. Los compromisos son necesarios pues se estima que para 2100 la temperatura aumente de 2.6°C – 3.1°C incidiendo gravemente en la biodiversidad y en la humanidad.

Impotencia política

Aunque la humanidad entendiera la complejidad de la situación y el gran compromiso que ésta amerita, es necesario que los lideres políticos le den prioridad a las agendas medioambientales pues es la única manera de tener resultados positivos a diferencia de lo que recientemente ha sucedido en Brasil, Estados Unidos y Australia, en donde lideres populistas de derecha han intensificado la desigualdad económica, social y ambiental.

En ecología se utiliza el concepto de retroalimentación de densidad que quiere decir que “a medida que una población se acerca a su capacidad de carga ambiental, la aptitud individual disminuye”, ocasionando un declive en crecimiento poblacional. No obstante, la historia demuestra que las y los humanos han ocasionado lo contrario... “han inflado la capacidad de carga del entorno natural desarrollando nuevas formas de producción alimentaria (agrointensificación), aumentando la explotación de vida silvestre y teniendo cada vez más acceso a recursos (mayor extensión a patologías)”, lo que ha ocasionado alteraciones climáticas, ambientales y sociales.

Resulta necesario dejar de vincular “medio ambiente con economía” ya que no hay solución a la crisis ambiental bajo ese esquema. Además de que incita a la creación de posturas que poco dan respuesta a la emergencia, como es el caso del New Green Deal que, en esencia, pretendía cambiar la economía estadounidense para luchar contra el cambio climático sin dejar al mismo tiempo de combatir la desigualdad y mantener los empleos; sin embargo, ha polarizado la política estadounidense y se ha encargado de dar una respuesta militarizada a la crisis ambiental.

Por otro lado, el cambio climático será el responsable del aumento de migraciones masivas en los próximos años (Ver dato crucial 4) y es urgente que a esta población se le reconozca como refugiados, no solo como migrantes ambientales, de lo contrario, las propuestas de mitigación seguirán estando incompletas y serán poco eficaces.

Cambiar las reglas del juego

La seriedad de la situación amerita que más allá de cuestionarse sobre qué hacer, se cuestione cómo hacerlo, y que sobre todo existan cambios en el “capitalismo global, en la educación y la igualdad” destacando la forma de modificar la forma de producción y consumo, dejando como última prioridad el uso de combustibles fósiles, el crecimiento del corporativismo y poniendo mayor énfasis en la regulación de los mercados, así como el empoderamiento de las mujeres.

Ello deberá incluir debates sobre “el crecimiento de la población y la necesidad de niveles de vida cada vez más reducidos, pero más equitativos”.

Conclusiones

A pesar del escenario fatalista que se muestra en el ensayo, la intención es mostrar una visión realista y los desafíos actuales que, de adoptar cambios en el sistema de producción y consumo, así como “restaurar ecosistemas y fomentar una actividad económica más sostenible a escala local y regional” puede construir un futuro menos desolador.

Por otro lado, se extiende una invitación a que la comunidad científica hable con mayor sinceridad sobre la situación medioambiental actual ya que existe un "sesgo de optimismo humano, que hace que algunos subestimen la gravedad de una crisis e ignoren las advertencias de los expertos”. Además, se considera necesaria la participación de expertos de todas las disciplinas enfocadas a la biosfera y el bienestar humano, a evitar divulgar información “engañosa, negligente y potencialmente letal” pues ello no aportará nada para la creación de planes de mitigación y resiliencia humana.

Hay una versión en español de este artículo en la dirección https://www.climaterra.org/post/subestimaci%C3%B3n-de-los-retos-para-evi...

Datos cruciales: 

1. La biomasa de la vegetación terrestre se ha reducido por lo menos 20% de su biodiversidad original, es decir, 600 especies de plantas, mientras que, en términos de fauna, se han extinguido más de 700 especies de vertebrados, lo que equivale a 68%. Por lo tanto, se estima que, al menos 70% de la superficie terrestre ha sido alterada por los seres humanos.

2. En la gráfica a continuación se exponen las categorías que han presentado alteraciones. El color rojo representa el porcentaje dañado, mientras que el color azul indica el porcentaje que permanece intacto.

3. En la actualidad, sólo queda el 15% de las áreas originales de humedades y 75% de los ríos. Mientras que, de vegetación acuática, los arrecifes de coral se han reducido a la mitad en tan solo 200 años, los pastos marinos disminuyen 10% por década desde hace un siglo, de los bosques de alga sólo queda aproximadamente 60% y los grandes depredadores marinos son al menos 33% de lo que eran hace un siglo.

4. Se estima que haya de 25 millones a 1000 millones de migrantes ambientales para 2050.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Como se menciona en el artículo, es necesario que las y los científicos hablen con mayor claridad y apertura sobre la situación actual de la crisis ambiental ya que, a pesar de que existe mucha información al respecto, en ocasiones continúa siendo sesgada o inaccesible para la mayoría de la población. Adicionalmente, es necesario repensar el sistema de producción y consumo, así como crear propuestas alternas en las que todas y todos estén involucrados.