Somini Sengupta, reportera climática internacional de The New York Times. Corresponsal extranjera ganadora del premio George Polk, ha informado desde un ferry del río Congo, un glaciar del Himalaya, las calles de Bagdad y Mumbai y muchos lugares intermedios. Como corresponsal de The Times en las Naciones Unidas, informó sobre los desafíos globales desde la guerra hasta los derechos de las mujeres.

Una mezcla de ecologistas, gestores de fondos de pensiones y grandes inversores lograron una victoria contra la industria de combustibles fósiles. Entre los integrantes están una monja, un abogado ambientalista, ejecutivos de fondos de pensiones y la administradora de activos más grande del mundo. Ellos lograron victorias contra empresas muy grandes e influyentes de combustibles fósiles. Estas personas llevaron a cabo sus batallas desde Houston hasta La Haya, el objetivo era que querían obligar a las empresas de carbón, gas y petróleo a asumir su papel protagónico en la crisis climática.

Las personas que se pronunciaron enviaron un mensaje común, expresaron que era momento de que estas empresas se retiraran del negocio de los combustibles fósiles. Will Nichols, director de investigación medioambiental en Maplecroft anunció que las empresas enfrentan distintas presiones por parte de los reguladores, los inversionistas y los tribunales.

Los Países Bajos tuvieron el punto de inflexión más contundente porque un tribunal le ordenó a Royal Dutch Shell que recortara las emisiones de gas de efecto invernadero de sus operaciones globales de 2021 a 2030. Este suceso ocurre por primera vez. Países Bajos enfrenta la amenaza inmediata de un calentamiento climático provocado por la combustión de los productos de Shell.

Los accionistas de Exxon Mobil se reunieron para anunciar que un nuevo fondo de cobertura provocó una rebelión de inversionistas para diversificarse y apartarse del gas y el petróleo o de otro modo afectarían las ganancias y a los inversionistas.

Los accionistas de Chevron votaron por decirle a esta empresa que redujera sus emisiones y las producidas por sus clientes que consumen sus productos. Un juez en Australia le advirtió a su gobierno que la propuesta de expandir una mina de carbón (un proyecto cuestionado por ocho adolescentes y una monja de 86 años), debía garantizar que no dañaría la salud de los niños. Las medidas presentadas no son ninguna amenaza inmediata para la industria de los combustibles fósiles.

Expertos creen que disposiciones como la de Países Bajos podrían ser un presagio de ataques legales parecidos contra otras empresas de combustibles fósiles y sus inversionistas. Kate Rworth, economista de la Universidad de Oxford, calificó la derrota de Shell como “un punto de inflexión social para un futuro sin combustibles fósiles”.

Shell consideró apelar la resolución del tribunal de La Haya. Los analistas creen que si se mantiene el fallo del tribunal, Shell deberá reorientar su empresa para recortar el petróleo en su portafolio y frenar su desarrollo de gas natural licuado. Los Países Bajos demostraron llevar la delantera en los litigios relacionados al cambio climático en el pasado.

La Corte Suprema de los Países Bajos ordenó al gobierno recortar las emisiones de gas de efecto invernadero en 2019 debido a una demanda que presentó el grupo ambientalista Urgenda. Fue el primer caso del mundo en que se obligó al gobierno de un país a enfrentar el cambio climático para mantener su compromiso con los derechos humanos. Los defensores del medio ambiente ganaron y decidieron enfrentarse a una de las empresas más influyentes del país.

Shell anunció que la demanda de petróleo alcanzó un pico en 2019 y que disminuiría lentamente en los próximos años. Shell había establecido objetivos climáticos ambiciosos como reducir la intensidad de carbono de sus operaciones, así podría aumentar la producción, pero con menos emisiones.

El caso neerlandés envalentona a los defensores del medio ambiente para que persigan más casos por la vía judicial en otros países, en particular en donde las leyes nacionales consagran el derecho a un medio ambiente limpio. Un agricultor en Perú demandó a un gigante energético alemán por los efectos del calentamiento global en su país. Varias ciudades, condados y estados de Estados Unidos también han demandado a la industria desde 2017 y han pedido indemnizaciones.

Los gobiernos también están en aprietos

El máximo tribunal de Alemania ordenó al gobierno que endureciera sus metas relacionadas con el cambio climático. En Australia se intentó evitar que el gobierno ampliara una mina de carbón llamada Whitehaven. Por otra parte, los accionistas de las empresas petroleras se están dando cuenta rápidamente de que sus inversiones corren riesgos en caso de que las empresas energéticas no cambien sus modelos de negocio. Los accionistas desconfían de que las empresas puedan obtener los resultados financieros que esperaban sin diversificarse fuera del petróleo y el gas.

Exxon perdió en mayo de 2021 una batalla contra Engine No. 1, que reunió a inversores como Blackrock y el fondo de pensiones del estado de Nueva York para hacer que las empresas cambiaran de rumbo. Tensie Whelan, director del Centro Stern para la Empresa Sostenible de la Universidad de Nueva York dijo que tradicionalmente los accionistas activistas han enfrentado a los ejecutivos de las empresas financieras, no por cuestiones sociales como el cambio climático.