How the World Ran Out of Everything

Cita: 

Goodman, Peter y Niraj Chokshi [2021], "How the World Ran Out of Everything", The New York Times, New York, 3 de junio, https://www.nytimes.com/2021/06/01/business/coronavirus-global-shortages...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Martes, Junio 1, 2021
Tema: 
Las cadenas de distribución durante la crisis sanitaria y su evolución
Idea principal: 

Después de la Segunda Guerra Mundial, la compañía automotriz japonesa Toyota, realizó un avance gigantesco en la eficiencia industrial al ser el creador de la manufactura Justo a Tiempo (Just In Time), en la cual las partes o componentes son entregados directamente a las fábricas conforme son requeridas, minimizando la necesidad de almacenarlas, lo que permitía recortar costos y hacía más fácil adaptarse a las demandas cambiantes del mercado. Esto motivó a diversas empresas de otras industrias a seguir el mismo modelo. Sin embargo, la emergencia sanitaria del 2020, junto con otros eventos ocasionados por esta, han demostrado que no sólo muchas industrias dependen de este tipo de manufactura actualmente, sino también que son bastante vulnerables a ligeros cambios y/o retrasos en las cadenas de producción.

El modelo de Justo a Tiempo ha revolucionado completamente el mundo industrial y de los negocios. Al mantener poco inventario, los minoristas han podido exhibir una gama de productos más amplia; asimismo, con una producción más simplificada, las compañías no sólo han podido recortar costos de producción, también pueden cambiar de productos de una manera más fácil. Esto ha añadido valor a las compañías, incentivado la innovación y promovido el comercio. Sin embargo, la reciente escasez de algunos productos sugiere que tal vez algunas compañías han sido muy agresivas para ahorrar al recortar inventarios al mínimo, lo que las ha dejado sin margen de maniobra en caso de problemas.

Algunos expertos creen que esta crisis cambiará la forma en que las empresas operan, haciendo que algunas compañías mantengan más inventarios y estrechen aún más las relaciones con sus proveedores, así como también busquen a nuevos en caso de necesitarlos.

La escasez de diferentes productos en el mundo va más allá que la disrupción en los inventarios. La crisis sanitaria ha parado diferentes actividades, entre ellas, las de trabajadores de muelles, puertos y conductores de camiones, lo que ha impedido el desembarco, descarga y distribución de bienes hechos en Asia y enviados a Europa y América del Norte. También ha afectado a industrias como los aserraderos, lo que ocasionó una subida en el precio de la madera en Estados Unidos e impactó en la industria de la construcción. Fenómenos naturales como las tormentas de nieve han detenido la producción de las plantas petroquímicas en el Golfo de México, lo que ha dejado una escasez notable de bienes clave. Además, muchas compañías no solo dependen en gran medida del tipo de manufactura Just In Time, sino que también son dependientes de proveedores en países con salarios bajos como China o India, haciendo de cualquier disrupción en su cadena de producción global un gran problema.

En 1980, muchas compañías alrededor del mundo ya emulaban lo hecho por Toyota con su Justo a Tiempo. Expertos en administración promueven este tipo de manufactura como una manera de impulsar las ganancias de una empresa, sin embargo, muchas de estas mismas compañías actuaban y tomaban decisiones como si la manufactura y el envío de bienes y materias primas estuvieran exentos de contratiempos y disrupciones. De 1981 al 2000 las compañías estadounidenses redujeron sus inventarios en un promedio de 2% anualmente.

En 2010, McKinsey, una consultora estratégica global, afirmaba que las empresas que operaban con un sistema simplificado de cadenas de producción podrían lograr 50% de ahorro en almacenamiento. Estos ahorros ayudaron a financiar otros movimientos de las compañías estadounidenses, entre ellos la recompra de acciones. Entre 2010 y 2020, las compañías estadounidenses gastaron cerca de 6 billones [trillion] de dólares en recompras de sus propias acciones. La recompra de acciones reduce el número de acciones en circulación, lo que eleva su valor. Pero los beneficios para los inversionistas y ejecutivos de esta subida en el valor de las acciones de su compañía vienen a expensas de todo lo demás que la empresa pudo haber hecho con ese dinero, como la inversión productiva.

Algunos desastres naturales –como el terremoto en Taiwán en 1999 o el tsunami en Japón en 2011– ya alertaban del peligro latente que podía generarse al usar de manera tan intensa la manufactura justo a tiempo. En esos casos hubo fallas en la producción chips y autopartes que al final terminaron generando escasez. Las empresas que basaban su producción en el modelo Justo a Tiempo podrían haberse prevenido desde hace mucho reforzando sus inventarios, así como también diversificando sus proveedores; sin embargo, estos cambios no llegaron. Ahora, los mismos consultores que abogaban por este tipo de manufactura, innovadora y ahorradora de costos, hablan de que las empresas deberán volverse más resilientes en cuanto a su cadena de suministro, mientras que otros son escépticos a que esto ocurra por la sencilla razón de que este modelo les ha generado importantes ganancias.

Datos cruciales: 

1. De 1981 al 2000 las compañías estadounidenses redujeron sus inventarios en un promedio de 2% anualmente.

2. Entre 2010 y 2020, las compañías estadounidenses gastaron cerca de 6 millones de millones de dólares en recompra de sus propias acciones.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Es normal que en una economía de mercado se compita por ver qué empresa es la más eficiente, la que produce el mejor bien al menor costo posible. Sin embargo, cuando esto se lleva muy lejos, como pasó con las compañías dependientes de la manufactura Justo a Tiempo, que reducían los inventarios a niveles mínimos con el propósito de generar grandes ahorros, se demostró lo conectado que están las cadenas de producción mundiales, y lo frágiles que son en caso de una disrupción inesperada. Se espera que ahora, con estos sucesos, haya nuevos cambios en la forma de producción de las empresas, que probablemente se van a volver más resilientes en cuanto a sus cadenas de producción. Ahora bien, vale la pena resaltar que los ahorros generados en el pasado con este tipo de manufactura pudieron haber sido utilizados por diversas empresas para mejorar la producción. Sin embargo, no fue así; estos ahorros, en su mayoría, fueron utilizados para las recompras de acciones, que al final sólo terminaron beneficiando a los ejecutivos y a los mismos inversionistas.