Jeff Sommer escribe una columna sobre mercados, finanzas y economía. También edita noticias empresariales. En Newsday, fue editor extranjero y corresponsal en Asia y Europa del Este.

Las grandes petroleras como Exxon Mobil, Chevron y Royal Dutch Shell se han visto presionadas a detener el cambio climático. Por otro lado, los inversionistas se han visto beneficiados, pues este año ha sido uno de los mejores para este sector.

El precio de compañías de electricidad, petróleo y gasolina se han incrementado, esto se debe al aumento de la demanda de estos recursos tras la pandemia, sin embargo aún existen restricciones al suministro de estos recursos, y el hecho de que las empresas ahora tengan que responder ante el cambio climático les complica aún más las cosas a las compañías.

Tanto los accionistas como los tribunales han fallado en contra de estas grandes petroleras, además de que han estado en la vista de la política de la Agencia Internacional de Energía, lo que ha ocasionado recortes a la producción de los combustibles fósiles.

A las grandes petroleras se les está exigiendo que cuiden el medio ambiente, tal es el caso de Chevron, que los accionistas votaron en contra de la administración ocasionando que la empresa reduzca la emisión de gases de efecto invernadero, en el caso de Exxon, los accionistas votaron a favor de incluir tres directores que tuvieran el objetivo de impulsar a la compañía y a su vez reducir la emisión de carbono, y en Países Bajos, Shell debe reducir lo antes posible la emisión de gas, la meta es reducir 45% del nivel que había en 2019 para el año 2030.

Se puso bajo presión a estas compañías para abordar los temas del cambio climático con más fuerza que antes. En el informe llamado "Cero neto para 2050: una ruta para el sector energético global", la Agencia Internacional de Energía explica los cambios que se deben hacer para evitar una catástrofe, entre ellos menciona que los gobiernos deberían dejar de desarrollar nuevos campos tanto de petróleo como de gas, y a su vez, que las empresas petroleras deberían reducir su producción, el informe no pide que se cierren estas empresas o que se deje de extraer estos materiales, sino que la explotación de los mismos disminuya, así como las actividades posteriores a la extracción.

A pesar de la recesión que hubo, las inversiones en empresas de energía se han visto favorecidas, al igual que las materias primas de estas compañías. Otro punto a favor de estas empresas es el incremento del precio del petróleo.

La principal razón del alza de precios del petróleo es el desequilibrio entre la oferta y la demanda, ya que se ha comenzado a demandar más este producto conforme la economía se ha ido reactivando tras la pandemia y al mismo tiempo no debemos olvidar que el suministro de petróleo se ha ido limitando durante la recesión por la falta de demanda.

La Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) también ha moderado la oferta del petróleo, sin embargo, la OPEP anunció que sus miembros han comenzado a aumentar su producción poco a poco, lo que podría evitar que los precios sigan subiendo. Por otro lado, si la Agencia Internacional de Energía lanza un comunicado diciendo que el planeta se está calentando, la extracción de este mineral deberá volver a reducirse, y lo más probable es que esto suceda, por eso empresas como Eni, Total, BP y Shell han trabajado más rápido que empresas como Conoco Phillips, Chevron y Exxon en la energía alternativa, la cual cuenta con emisión de carbono reducida.

Las empresas privadas de países como Arabia Saudita y Rusia pueden comprar activos de empresas públicas, las cuales no se ven tan presionadas por los defensores del medio ambiente y pueden compensar fácilmente la falta de recursos.

Mientras la demanda supera a la oferta, los precios tienen a aumentar hasta que se alcanza un nuevo equilibrio, por eso los economistas recomiendan algún impuesto a este mineral o algún precio máximo, en el cual el comercio pueda aumentar los precios y de esta manera disminuir la demanda, reduciendo las emisiones de carbono, evitando beneficiar mucho a los especuladores de energía.

Al haber un precio accesible para la gasolina, es difícil provocar un cambio voluntario y en grandes cantidades hacia los vehículos eléctricos. Por ende, los precios de la gasolina seguirán subiendo y bajando a pesar del cambio climático.