Coral Davenport desde 2006 ha hablado de política energética y ambiental. Anteriormente se enfocó en el cambio climático, para The Times en Washington, donde trabajó desde 2013. También trabajó como reportera independiente y escritora de alimentos y de sus viajes en Atenas, Grecia, cubriendo tendencias culinarias, arte y cultura, economía, terrorismo y seguridad, además de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.

El presidente Joe Biden anunció una estrategia para cambiar los automóviles de gasolina a vehículos eléctricos, con el fin de reducir la emisión de gases. Biden está restaurando el kilometraje de los vehículos al nivel que tenían en la presidencia de Barack Obama, ya que en el mandato de Donald Trump, estos estándares disminuyeron. Se espera que para 2023 se reduzca una tercera parte del CO2.

Según un estudio hecho por la Casa blanca, se espera que los vehículos modelo 2023 en adelante reduzcan aproximadamente una tercera parte del dióxido de carbono que se produce anualmente en Estados Unidos, y evitar la quema de 200 mil millones de galones de gasolina durante la vida útil de estos vehículos. A su vez, la administración del presidente Joe Biden planea estipular normas más estrictas para evitar la contaminación de vehículos particulares y camiones de carga, los cuales están fabricados con el propósito de incrementar las ventas de los vehículos eléctricos.

El presidente también mencionó que el futuro de la industria automovilística eléctrica se está materializando con baterías, enchufes híbridos y con celdas de combustible eléctricas, argumentando que podrían ser líderes en el mercado o quedarse rezagados. Las acciones tomadas fueron llevadas a cabo con el fin de competir con China, que es uno de los principales productores de baterías de vehículos eléctricos.

Este esfuerzo que involucra al medioambiente, al sector económico y a la política exterior, se puede expandir a la cadena de suministro a nivel nacional, de esta manera las baterías utilizadas en los vehículos eléctricos serían producidas en Estados Unidos. Sin embargo, para que las emisiones de gas disminuyan, es necesario que primero los estadounidenses cambien los automóviles que conducen.

Se prometió que la venta de automóviles eléctricos será mayor para el año 2030 siempre y cuando el Congreso apruebe un proyecto de ley, en el cual estén incluidos los gastos para la implementación de una red nacional de estaciones de carga para los vehículos eléctricos, también créditos fiscales para que la producción de estos vehículos sea más económica, y a su vez, tengan precios más accesible para los consumidores.

Los expertos mencionan que la transición a vehículos eléctricos no se podrá llevar a cabo sin que antes existan suficientes estaciones de carga eléctrica. Por su parte, los líderes del sindicato están preocupados porque el cambio a vehículos eléctricos requiere de menos trabajadores para su ensamble.

La conversión de los vehículos o del transporte al sistema energético se viene planeando desde la Segunda guerra mundial, sin embargo, apenas se comienzan a llevar a cabo.

La administración del presidente Joe Biden plantea que las regulaciones sean más estrictas para los vehículos producidos del año 2026 en adelante. Estas acciones son tomadas con el fin de promover que los fabricantes de automóviles disminuyan hasta eliminar la producción de vehículos de combustión interna. Lo primero que esta administración hizo fue restaurar las regulaciones al mismo nivel que en la administración de Barack Obama, para posteriormente implementar las medidas más estrictas.

Se menciona que será un reto, ya que las agencias reguladoras tienen problemas para forzar este tipo de cambios en la tecnología, al igual que este cambio será difícil para las agencias federales y los políticos si no se cuenta con el apoyo tanto de los fabricantes como de los ciudadanos. En una declaración, Ford, General Motors y Stellantis estuvieron a favor de impulsar las ventas de vehículos eléctricos para 2030, siempre y cuando contaran con el apoyo del gobierno y políticas a favor de la electrificación para poder llevar a cabo el proyecto.

Principalmente, los fabricantes esperan que el Congreso incentive a las personas a adquirir vehículos eléctricos y a su vez, pagar por la red de carga. Los fabricantes también quieren inversiones en la investigación y desarrollo, e incentivos para poder expandir tanto la fabricación de estos vehículos y su cadena de suministro. En este año el Congreso podría destinar un mayor presupuesto a los vehículos eléctricos, a los incentivos fiscales de los consumidores y sobre todo a la investigación, sin embargo no hay ninguna propuesta lista para aprobarse.

Algunos grupos ambientalistas le exigen a las empresas de automóviles cumplir con sus promesas, y por su parte el director de Safe Climate Transport Campaign at the Center for Biological Diversity menciona que debido a todos los desastres causados por el calentamiento global, no es momento de fijar bajas expectativas, sino de tener estándares altos.

Algunos fabricantes de vehículos están comenzando a dedicarse únicamente a los autos eléctricos, en gran parte por las políticas de algunos países, por ejemplo, tanto en la Unión Europea como en Massachusetts, Estados Unidos se espera que para 2035 todos los vehículos vendidos estén libres de emisión de gases.

Ante la disminución de empleados requeridos para fabricar vehículos eléctricos, el presidente de United Auto Workers (UAW) mencionó que a pesar de los compromisos que los fabricantes de vehículos han hecho. En la UAW no se han fijado ni plazos ni porcentajes estrictos para conservar tanto los salarios como los beneficios de los trabajadores.

El éxito de las leyes implementadas por el presidente Joe Biden dependen de la confianza que los estadounidenses depositen en estos nuevos vehículos.