Stephanie Höppner: Periodista independiente escribiendo artículos en Deutsche Welle, Evangelischer Pressedienst y Domradio. Radica en Bonn, Alemania.

Se reportan que hasta el momento los meses de julio y agosto de 2021 han estado marcados por condiciones climáticas extremas: sequía e incendios en el sur de Europa, Rusia y América, y graves inundaciones en Asia.

En primer lugar, en Grecia este lunes 9 de agosto de 2021, los incendios forestales han estado asolando durante semanas, especialmente en el norte de Atenas y en la isla de Eubea. Mientras que las llamas están siendo controladas lentamente en el continente, la isla de Eubea y la península del Peloponeso siguen ardiendo intensamente. No es raro saber está situación durante los veranos calurosos, pero la extensión que han alcanzado este año sí lo es.

Además del cambio climático, las causas de las llamas destructivas son complejas y, a menudo, provocadas por el ser humano: un cigarrillo tirado, el vidrio de una botella rota y hasta se habla de incendios provocados a propósito para hacer espacio a la construcción de nuevas casas.

En Rusia, la autoridad de protección forestal contó este lunes alrededor de 240 fuegos correspondiendo en extensión territorial, aproximadamente al territorio del estado federado de Baden-Wurtemberg, en el sur de Alemania, algo más que el territorio de Haití y algo menos que el de República Dominicana.

La región rusa de Yakutia se ha visto particularmente afectada. El humo ahora se extiende hacia el sur de Rusia, en la frontera con Mongolia. Y, según la agencia espacial estadounidense NASA, ha llegado también al Polo Norte, por primera vez desde que comenzaron los registros.

En Estados Unidos, los servicios de emergencia han estado combatiendo el denominado "Dixie Fire", es el área quemada de más de 198 000 hectáreas ocupando el segundo lugar en incendios.

El artículo hace clara evidencia del último informe que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), hizo público sobre fenómenos meteorológicos extremos como la sequía, que se estarán acercando cada vez con mayor frecuencia en el futuro.

Por su parte en Europa, por ejemplo, la masa de aire más cálido del Mediterráneo puede hacer que el aire absorba más vapor de agua, que, a su vez, se precipita en forma de fuertes lluvias y puede provocar, por ejemplo, inundaciones violentas, como en los estados federados alemanes de Renania del Norte-Westfalia y Renania Palatinado, así como en Bélgica.

En cuanto a China, India y Myanmar también se enfrentan actualmente a graves inundaciones. Por ejemplo, sucesivos días de lluvia causaron grandes anegamientos en la provincia central china de Henan, muchas personas murieron, y cientos de miles perdieron sus hogares.

En la India, más de 40 personas murieron solo en el deslizamiento de tierra resultante de la lluvias. También Myanmar está luchando contra aluviones de lodo. En Bangladesh, aldeas refugiados rohinyás han quedado bajo el agua.

Para los países africanos, la situación no es diferente: Lagos, se hundió en el agua en julio ya que el sistema de alcantarillado es insuficiente para esa ciudad en crecimiento. En Sudán del Sur, miles de personas se vieron obligadas a huir.