El régimen de acumulación en México y sus cambios a partir de la crisis del 2008

Cita: 

Hernández, José Luis [2020], "El régimen de acumulación en México y sus cambios a partir de la crisis del 2008", Factores críticos y estratégicos en la interacción territorial desafíos actuales y escenarios futuros, Vol. I, México, Amecider,http://ru.iiec.unam.mx/5050/1/2-202-Hernandez.pdf

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
2020
Tema: 
Régimen de acumulación
Idea principal: 

José Luis Hernández Suárez ha escrito para la Revista sobre Turismo y Desarrollo local sostenible, sobre temas de comercio informal en Zacatecas. Ha escrito sobre la política migratoria mexicana y temas de migración México-Estados Unidos. Y también ha participado en la Revista d'estudis i testimonis sobre els conflictes i els canvis socials.


Introducción

El concepto de régimen de acumulación pretende dar cuenta de una determinada gestión estatal histórica y espacialmente situada, de la estructuración de la producción y el consumo de mercancías. El propósito es hacer manejables durante un periodo de tiempo las contradicciones inherentes del modo de producción capitalista para que se pueda llevar a cabo la acumulación de capital. En caso de que no sea posible debido a diversas causas, el carácter de la gestión cambiará para dar lugar a una distinta. Un régimen de acumulación es susceptible de ser remplazado por otro de manera temporal.

El objetivo del trabajo es analizar el sentido de la reestructuración del régimen de acumulación de capital en México después de la crisis de 2008. La primera parte habla sobre cómo se entiende y usa en el trabajo el concepto de régimen de acumulación y la segunda parte se enfoca en el análisis empírico de algunas variables usando datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el cual muestra el régimen a nivel de la producción, el consumo y las medidas estatales en el periodo posterior a la crisis de 2008.

Régimen de acumulación. De la regulación a la contradicción y la transformación

El concepto de régimen de acumulación fue acuñado por la escuela francesa de la regulación que surgió a mediados de la década de los años 70 y tuvo una gran influencia en investigadores sociales latinoamericanos. Algunos de ellos fueron funcionarios estatales ligados a posturas desarrollistas que restaban importancia a la dependencia y al imperialismo. El término también fue adoptado por pensadores marxistas.

El regulacionismo ya había sostenido que el modo de producción capitalista se desarrolla por fases sucesivas, pero de forma desigual y combinada bajo relaciones económicas y políticas asimétricas entre los países. Esto ocurrió luego de que se reconociera la importancia del regulacionismo en el estímulo a la renovación del marxismo. Estas ideas estuvieron presentes cuando se desarrolló la teoría de la dependencia y del subdesarrollo.

El keynesianismo ocurrió después de la segunda guerra mundial hasta la década de la década de los años 70 y se trató de la formación y el declive de una configuración característica de la acumulación. Esta acumulación se desarrolló bajo formas estatales bienestaristas en países desarrollados y modalidades intervencionistas más sutiles en países subdesarrollados. Los elementos que propiciaron el surgimiento de una configuración diferente de la acumulación de capital son la caída de la tasa de ganancia, la estanflación, el crecimiento de la deuda, mayores presiones sobre los compromisos sociales del Estado, entre otros más.

Este nuevo panorama se caracterizó por un fuerte predominio del capital financiero que más tarde se denominaría como neoliberal. El neoliberalismo se experimentó en 1973 en Chile y luego de expandió a casi todos los países del mundo bajo el liderazgo de Estados Unidos e Inglaterra por vías democrático-liberales. Dos de las formas de propagarlo fueron el financiamiento condicionado del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. La estrategia imperial estadounidense del mantenimiento del dominio en América Latina necesitó de aliados, así algunas facciones de la clase dominante se sumaron; aunque, de igual manera existieron resistencias.

Dos Santos dijo que las resistencias estaban formadas por militares, la Iglesia, sectores de la burocracia estatal, técnicos, ingenieros y científicos. Todos estaban ligados a la existencia de un Estado nacional fuerte. Los trabajadores industriales y de servicio se colocaron en el centro.

Sin embargo, el avance del neoliberalismo en América Latina fue un poco rápido. El régimen de acumulación neoliberal en México comenzó en 1982 cuando Miguel de la Madrid realizó reestructuraciones. La escuela regulacionista entiende al régimen de acumulación como el “método de transformación conjunta y compatible de las normas de producción, de distribución y de uso”.

Los regulacionistas y los que critican el exceso de carga institucional en sus planteamientos, su sobre estimación de aspectos de la demanda y la subestimación de los aspectos de la producción, creen erróneamente que economía y estado son ámbitos separados de la realidad social. Un análisis de los impuestos de la producción capitalista demuestra que su uso en los costos generales para la dominación de clase, en los medios de consumo colectivos y en los medios de producción colectivos, constituye capital. El Estado funciona como capitalista colectivo. Este Estado busca facilitar el desarrollo del trabajo general y la ejecución de este en países desarrollados. El Estado está dentro de la economía.

El rol constitutivo de las autoridades del Estado para el capitalismo es evidente cuando un Estado debe tomar lugar durante la primera transacción rutinaria entre un comprador y un vendedor. Esto porque ha institucionalizado al menos tres cosas: derechos de propiedad, derechos contractuales y la moneda.

Cada movimiento “libre” que los participantes hacen en el mercado cuando persiguen sus intereses está autorizada, regulada, promovida, garantizada, subsidiada y protegida por programas políticos y provisiones legales. La sociedad capitalista de mercado es una economía política. El enfoque de F. Chesnais de 2003 llama la atención por dos razones que son su enfoque crítico marxista y no regulacionista y el intento de aplicarlo en el caso de Estado Unidos.

El segundo postulado ya no puede sostenerse, se debe usar para entender el proceso mediante el cual el capital financiero adquirió primacía en países como México analizando una acumulación diferente que se sometió a procesos más violentos. Chesnais más tarde habló sobre esta segunda conceptualización sobre Estados Unidos y le dio importancia al rol hegemónico que estaba teniendo China.

Las relaciones económicas y políticas de la época de la “globalización” deben ser consideradas como “articulaciones de una totalidad, diferenciaciones en el interior de una unidad”. Estados Unidos ya no es el único elemento central en la mundialización como lo fue a comienzos de la década de los años 2000, ahora existen varios polos.

Uno de los elementos más importantes en sentido político y económico que conserva Estados Unidos es el dólar. Chesnais menciona que el concepto de régimen de acumulación puede asimilarse a una idea marxista: “la de la superación pasajera de los límites inmanentes del modo de producción capitalista”. Esa superación implica la realización de “un esfuerzo deliberado tendente a construir instituciones y relaciones encaminadas a contener los conflictos y contradicciones inherentes al capitalismo”.

Desde este punto, el régimen de acumulación es el poder político y social para la acumulación. El término “compromiso” se refiere a los arreglos reales, efectivos (formales e informales), explícitos o implícitos, a los que puede llegarse en alguna fase de la acumulación de capital.

Las luchas de los contendientes en el terreno de la producción no se dan de manera aislada, sino en la valoración de las condiciones y las posibilidades que ofrece todo el contexto social. El ambiente externo es crucial en la configuración de la matriz de las estructuras sociales de acumulación. Este planteamiento en contra del estructuralismo, tiene una fuerte dosis de individualismo metodológico y de teoría de la elección racional. Este resalta que el proceso de acumulación no es autónomo y puede caer en el economicismo de determinaciones simples.

J. Nun hablará habló de régimen social de acumulación en su texto de 1987 que retomará más tarde. Llamó “régimen social de acumulación” (RSA) al conjunto complejo e históricamente situado de las instituciones y de las prácticas que inciden en el proceso de acumulación de capital.

Un RSA constituido se apoya en marcos institucionales, en prácticas y en interpretaciones de diverso tipo que les aseguran a los agentes económicos ciertos niveles mínimos de coherencia en el contexto en que operan. Las características de este régimen varían históricamente. La acumulación de capital termina siendo, según Bob Jessop, “el resultado contingente de una dialéctica de estructuras y de estrategias”.

Un RSA según Nun, “es un fenómeno histórico pluridimensional de mediano o largo plazo” y son elementales 3 momentos que son el de emergencia, de la consolidación y expansión, y el de agotamiento y decadencia. La mayor parte de Europa, Norteamérica y América Latina tuvieron regímenes de acumulación hasta mediados de la década de los 70 que se caracterizaban por tener un modelo de producción industrial fordista como base. Chesnais dice que en estos regímenes se construyeron “instituciones y relaciones encaminadas a contener conflictos y contradicciones inherentes al capitalismo”.

La base de estos arreglos era la tasa de ganancia de los capitales, los cuales no repuntaban a pesar de los problemas financieros de las empresas y terminaban agravando la crisis. Los capitales se dirigieron a los Estados en busca de protección desde el periodo de entreguerras y así surgieron regímenes de tipo bienestarista como el "New Deal", el nacional socialismo alemán, el fascismo italiano y el populismo de América Latina.

Los capitalistas no querían aceptar las mejoras en las condiciones laborales y sociales. Existe una hipótesis que dice que la tasa de ganancia cayó debido al desvío de una parte del plusvalor hacia actividades improductivas. Harman enuncia algunos elementos que influyen en el crecimiento de los gastos improductivos y son los siguientes:

1- Los capitales destinan mayores recursos en sus intentos de defender y expandir mercados en formas improductivas.

2- Se suceden olas de inversiones especulativas porque se buscan ganancias fáciles en los mercados.

3- La hierocracia de los sectores gerenciales y de mando se extiende para ejercer presión en subordinados.

4- Los costos del capitalismo para mantener la paz social aumentan.

5- Estados recurren a enfrentamientos militares para liberarse de problemas que enfrentan sus capitalistas.

El régimen de acumulación financiarizado se vio caracterizado por el papel central del capital financiero.

Chesnais dice que el término acumulación se refiere a tres mecanismos básicos que son “el incremento de los medios y de las capacidades de producción a través de la inversión y a la extensión de las relaciones de propiedad y de producción capitalistas hacia países o hacia sectores y actividades sociales que todavía no están sometidas a esas relaciones”, “a procesos como la expropiación de productores”, y a “la apropiación, la deducción y la centralización hacia centros de acumulación más fuertes que otros”.

Chesnais dice que el segundo mecanismo opera de manera decisiva “en el doble contexto del régimen de acumulación dominado por lo financiero y en el de las formas de mundialización que permiten la liberalización, la desregulación y la privatización asociadas a ellas.” El tercer mecanismo se refiere a las “configuraciones que están en el centro de la acumulación dominada por lo financiero.”

Esta fase de financiarización no es completamente nueva, pero ha tenido un mayor desarrollo del capital que a mediados del siglo XIX. La expansión internacional del capital es favorecida por tres factores principales: la introducción de nuevas tecnologías, una gran liquidez económica y las intervenciones decididas del Estado.

Todos los momentos de aceleración de la globalización están ligados a periodos de gran liquidez internacional. Los Estados metropolitanos acompañaron y crearon las condiciones para el despliegue internacional del capital, y los siguen haciendo. La fase del capitalismo financiarizado es un resultado de los procesos de acumulación en los centros imperiales que se propaga hacia el resto del mundo. Los países latinoamericanos no pueden encargarse de los efectos secundarios de las crisis en los imperios porque son subdesarrollados y no son tan poderosos.

La caída de la tasa de ganancia en el centro es lo que desencadena todas las contradicciones inherentes a la acumulación en el subdesarrollo. La crisis en el centro se proyecta sobre su forma en vigencia. La forma de la acumulación basada en cierta industrialización sustitutiva de importaciones e impulso al mercado interno que estuvo vigente desde la década de los años 40 fue sustituida en Latinoamérica por regímenes de acumulación de capital financiarizados. México entró en esa senda y en 2021 se cuestiona la vigencia del régimen de acumulación.

El régimen de acumulación en México y su emplazamiento desde el 2008

El régimen de acumulación que empezó a tomar fuerza en el período de Lázaro Cárdenas se estaba agotando durante la década de los años 70, sólo los altos precios del petróleo aplazaron este debilitamiento. La crisis de 1982 lo hizo insostenible.

La mayor movilidad del capital como resultado de los avances técnicos y la fragmentación de la producción, favoreció la aplicación de fuertes políticas de reducción del empleo y de erosión del poder adquisitivo de salarios para debilitar a los sindicatos. Las empresas públicas comenzaron a desaparecer y a ser traspasadas.

E. Sacristán estudió el proceso de privatizaciones en México como parte del proceso más amplio de la desincorporación del sector paraestatal. El despojo al Estado mexicano y a la nación por parte de los altos funcionarios estatales, empresas extranjeras y del país fue inmenso. Sacristán dice que la privatización no resultó ser lo que los gobiernos que la llevaron acabo esperaban. El sector que está en la mira en 2021 es el energético, es decir Pemex, CFE y la Compañía de Luz. Andrés Manuel López Obrador detuvo el proceso de desmantelamiento de las empresas energéticas pero no revirtió las privatizaciones anteriores.

México experimentó varias crisis durante el régimen de acumulación financiera neoliberal, una fue la devaluación del peso en diciembre de 1994 en la cual Estado Unidos intervino para que no le afectara tanto. La crisis de 2008 desplomó la producción y el empleo, y sus efectos en la economía mexicana fueron graves.

Las caídas de la inversión y la insuficiencia del ahorro externo explican las ambiciones del gobierno hacia el ahorro interno como modo de compensación. Las remesas provenientes de Estados Unidos son un sostén de la economía mexicana. López Obrador quiere aumentar la participación del Estado para recuperar rectoría estatal en la construcción de infraestructura y así mejorar las condiciones de inversión privada, nacional y extranjera.

El gobierno de López Obrador no dio señales de querer cambiar el régimen de acumulación incluso antes de la pandemia de SARS-CoV-2. Este gobierno ha combinado una dura disciplina fiscal y una restricción del gasto público, con un aumento en el gasto en transferencias monetarias no condicionadas a gente pobre. Esto ha ayudado a mantener estabilidad social en la acumulación.

Algunas fracciones del sector empresarial no se han visto beneficiadas por decisiones tomadas en gobiernos anteriores y el sector se encuentra dividido, pero el marco institucional está intacto y existe paz social. En gobiernos anteriores la estabilidad social se estaba erosionando.

Las obras de infraestructura son fundamentales para la atracción de inversiones productivas que alivianarán las demandas de empleos. En la teoría económica se proponen varios caminos para salir de una crisis y algunos están a favor de la ayuda a empresas privadas por parte del Estado y el aumento del endeudamiento para acrecentar el gasto público. A. Huerta y R. Cordera apoyan esta postura creyendo que así se fomentará el crecimiento económico y el bienestar social.

La solución pasa por un aumento de la tasa de ganancia y para ello debe de haber un fuerte proceso de destrucción de capitales, es decir que las ayudas estatales a las empresas sólo prolongan la crisis y retardan la recuperación. La geopolítica podría ayudarle a México a salir de la crisis con el mismo régimen de acumulación financiarizado, un buen plan de inversión y proyectos de infraestructura.

Conclusiones

El régimen de acumulación mexicano ha sufrido varias restructuraciones desde su aparición. Andrés Manuel López Obrador ha llevado a cabo estrategias para terminar con el neoliberalismo como reducir la corrupción, incrementar el presupuesto para grupos sociales pobres, liberar presos políticos, recuperar el control estatal en la distribución de gasolina, eliminar la condonación de impuestos a grandes empresas, suspender concesiones a empresas extractivas y aumentar el salario mínimo.

México apenas ha iniciado este proceso y lo ha hecho en cuatro frentes visibles que son la recuperación del Estado como garante y rector del orden y los derechos constitucionales; un combate frontal a la corrupción dentro y fuera del gobierno; una severa austeridad, y la mitigación de la pobreza con programas y subsidios directos.

La administración de López Obrador no ha realizado una reforma hacendaria progresiva ni se han revertido privatizaciones ni concesiones a empresas mineras, se rumora que puede ser porque el reemplazo de régimen no es posible. Una de las hipótesis sostiene que antes de que esto pase debe haber cambios en las fuerzas imperiales del régimen financiero de acumulación globalizado.

Algunos cambios se han presentado pero en la ultraderecha estadounidense. Nun habla sobre un planteamiento de S. Žižek y dice que no es posible que las personas quieran reorganizar la sociedad porque nadie posee la capacidad para revertir la crisis mundial que cada vez es más compleja.

Datos cruciales: 

1. En el periodo de 1983-2018 sólo se crearon alrededor de 14.7 millones de empleos formales. El saldo migratorio de México fue negativo en 10 940 562 personas (303 904 por año). Los salarios contractuales promedio de las ramas de jurisdicción federal sufrieron un deterioro real de 64.1%. Los salarios mínimos generales perdieron el 68.8% de su poder de compra. Los salarios reales de la industria de la construcción se redujeron 61.7%. Los salarios manufactureros que habían tenido un incremento en su poder adquisitivo de 201.7% durante el periodo de 1935-1982, perdieron 38.9% de su poder de compra. Los productores de maíz perdieron 53.2% de su poder adquisitivo por tonelada de grano. Los productores de frijol perdieron 34.1%. Los productores de soya 42.3%.

2. Bajo la estrategia de desarrollo económico liderado por el Estado, la cual precedió a la neoliberal, la participación de los salarios en el ingreso nacional disponible (IND), había pasado de 26.3% del IND en el periodo de 1951-1958 al 35.5% en el periodo 1960-1969, y al 41.6% del IND durante 1970-1982. La participación de los salarios en el IND descendió hasta 34.2% del IND durante el periodo de 1983-1989, alcanzó 35.7% del IND en el periodo de 1990-1999 y disminuyó a 33.1 % del IND en el periodo de 2000-2009 y hasta 31.4% del IND en el periodo 2010-2018. Los asalariados de México tuvieron una pérdida acumulada de 2 127 303 millones de dólares durante el periodo de 1983-2018.

3. El número de mexicanos en pobreza de ingresos aumentó en más de 50 millones, pasó de 48.5% de la población en 1981 a 76% en 2014.

4. El PIB per cápita creció a una tasa media de 0.7% anual en el periodo 1983-2018. El crecimiento acumulado fue de 30.5% en 36 años. En el periodo 1935-1982 el PIB per cápita creció a una tasa media de 3.2% anual con un crecimiento acumulado per cápita de 348% en 48 años.

5. La inversión bruta fija era de 23% en 2008, después de esa fecha comenzó a bajar. La formación bruta de capital alcanzó 23% a finales de 2008 y de 2011. De finales de 2011 a finales de 2019 esa participación descendió continuamente casi cuatro puntos del PIB.

6. D. Márquez realizó unas estimaciones en 2019 y dijo que México necesita elevar a 30 o 33% la inversión respecto al PIB, pero se mantuvo en 22% desde 2009 a 2018, con una reducción de 6 a 3 puntos de la inversión pública. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador quiere elevar la tasa, pero la pandemia se lo ha impedido.

7. El cálculo de las remesas estadounidenses que llegan a México fue de 36 millones de dólares en 2019 y se ubicaron por encima de la inversión extranjera directa que fue de 32 millones de dólares en 2019.

8. La banca que opera en México logró una utilidad de 139 812 millones de pesos de enero a noviembre de 2018, 7.1% más que en el mismo periodo del 2017.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La gobernanza mundial desde la aparición del neoliberalismo tuvo una transformación porque los actores internacionales comenzaron a cambiar, las empresas transnacionales y el régimen de acumulación se volvieron dos elementos primordiales para el desarrollo comercial y económico de cada país. México no fue la excepción y desde la adopción del neoliberalismo en la década de los ochenta la inversión privada fue clave para el crecimiento y desarrollo empresarial y nacional, a partir de ese periodo las inversiones extranjeras y la confianza que ellas les daban a otros países y empresas fueron necesarias para la estabilidad del país.

Los ajustes en la administración mexicana tuvieron que ser drásticos para que el régimen de acumulación estuviera más conectado con el neoliberalismo, la sociedad fue uno de los elementos importantes durante este proceso porque los cambios en las políticas los afectaban directamente. Desde aquí la relación entre el Estado, las empresas y la sociedad fue fundamental para el régimen de acumulación, ya que mientras este vínculo se mantuviera estable y tuviera un buen funcionamiento, lo demás marcharía bien.