Introducción. La necesidad del enfoque interdisciplinario en el estudio de los conflictos ambientales

Cita: 

Ruggerio, Carlos y Francisco Suárez [2018] "Introducción. La necesidad del enfoque interdisciplinario en el estudio de los conflictos ambientales", Los conflictos ambientales en América Latina II. Áreas urbanas y periurbanas, Buenos Aires, Universidad Nacional de General Sarmiento, https://ediciones.ungs.edu.ar/wp-content/uploads/2019/08/9789876304061-c...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
2018
Tema: 
El enfoque interdisciplinario en el estudio de los conflictos ambientales
Idea principal: 

Carlos Ruggerio es licenciado en Ecología Urbana y Doctor en Ciencia y Tecnología con especialización en ecología. Es Investigador-Docente del Área Ecología en la Universidad Nacional de General Sarmiento, Buenos Aires. Actualmente es investigador postdoctoral en el Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA-UNAM). Sus líneas de investigación son sustentabilidad, gestión de residuos sólidos urbanos, gestión del agua, conflictos ambientales.

Francisco Suárez es Doctor en Antropología y Máster en Políticas Ambientales y Territoriales por la Universidad de Buenos Aires. Se desempeña como investigador-docente en la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS). Se especializa en conflictos ambientales, sociedad y residuos.


Introducción. La necesidad del enfoque interdisciplinario en el estudio de los conflictos ambientales

La introducción al libro Los conflictos ambientales en América Latina II. Áreas urbanas y periurbanas compilado por Carlos Ruggerio y Francisco Suárez, ofrece un panorama sobre el creciente desarrollo de conflictos ambientales urbanos y periurbanos que se han desencadenado en diversas ciudades de América Latina.

Ruggerio y Suárez sugieren que los factores que propician los conflictos ambientales urbanos y periurbanos en América Latina son diversos al incluir: “la competencia por los usos y la apropiación del suelo; la falta de obras de infraestructura o el desarrollo de ellas de manera no consensuada socialmente; la degradación de las condiciones ambientales por la disposición de residuos, el vertido de efluentes y la emisiones atmosféricas contaminantes; la puja por la significación, apropiación y uso del espacio público; los ocasionados por el transporte y la asimetría en la provisión y cobertura de servicios públicos; los impactos negativos de la producción industrial en ámbitos urbanos y la producción agropecuaria en áreas periurbanas” (p. 15), entre otros.

Dichos factores requieren de un estudio interdisciplinario y transdisciplinario ya que abarcan aspectos sociales, económicos, institucionales, ecosistémicos y políticos. Desde la sociología en particular y desde las ciencias sociales en general, se han hecho estudios sobre los conflictos ambientales o “socioambientales”, centrándose principalmente en aspectos socioeconómicos, políticos e institucionales con el fin último de entender el origen y la dinámica de los conflictos.

Al respecto, Ruggerio y Suárez señalan que el trabajo de Pablo Gavirati “Tres modalidades sociológicas del conflicto ambiental” ofrece una reflexión sobre las formas en que la disciplina de la sociología ha aportado al estudio de los conflictos socioambientales al retomar tres formaciones discursivas que se han empleado: la ecología humana y la teoría de los sistemas, la ecología política latinoamericana, la sociología de los conflictos ambientales.

Por su parte, la ecología urbana y regional asume el análisis de los conflictos en cuestión como parte de problemáticas ambientales en las cuales se encuentran inmersos diversos actores, intereses, lógicas de acción. De igual forma, la ecología urbana y regional analiza los conflictos sin perder de vista la base ecosistémica y material en la que se desarrollan, al mismo tiempo que considera los procesos relacionados a los flujos económicos, materiales y energía y el impacto ambiental local y regional que se encuentra asociado.

El estudio de los conflictos socioambientales presenta diversos desafíos dado que se necesita un enfoque interdisciplinario que rompa con las barreras de entendimiento y articulación entre las disciplinas. Sin embargo, destaca el trabajo interdisciplinario de ecólogos como María Di Pace, Jorge Morello y Gilberto Gallopín que apela a un “enfoque ecológico contemporáneo y al análisis de sistemas complejos desarrollado por Rolando García” (p. 16).

Tanto la sociología como la ecología son disciplinas cruciales para la comprensión de los conflictos ambientales. No obstante, hay una falta de complementariedad entre los dos campos debido a la falta de interacción, la definición del objeto de estudio, la concepción del ambiente y la metodología aplicada por cada una de las disciplinas.

Con relación a la definición del objeto de estudio, el enfoque ecológico lo considera “como parte de una problemática compleja que tiene más dimensiones que necesariamente deben estudiarse complementariamente”, mientras que el objeto de estudio para el enfoque sociológico es el conflicto.

Asimismo, ambas disciplinas difieren en la concepción del ambiente. Por esta razón, de acuerdo con Ruggerio y Suárez, es “indispensable la resignificación de conceptos y categorías que integren en un mismo lenguaje de análisis dos dimensiones históricamente disociadas por la ciencia: la sociedad y la naturaleza”. La sociología refiere a los conflictos como “socioambientales”.

Para la ecología contemporánea no es necesario referirse a los conflictos como “socioambientales” debido a que “la definición de ambiente remite a una construcción compleja resultante de las diferentes expresiones de la relación sociedad-naturaleza: la sociedad no es indivisible del ambiente, es parte de ella” (p. 17).

De tal forma, existen diferencias en la significación de otros conceptos. Ante este hecho, es fundamental la resignificación de los conceptos a medida de que avanza el conocimiento y la comprensión de las problemáticas ambientales. Sin embargo, cabe mencionar que cuando los conceptos son resignificados desde un sólo campo de conocimiento y, por ende, sin ningún trabajo interdisciplinario, es muy probable que el diálogo se dificulte y se profundicen las especificidades.

Por otro lado, con relación a la metodología aplicada, existe una dificultad en cuanto al análisis de procesos y temporalidades con dinámicas diferentes, pero que tienen causalidades recíprocas o “feedbacks”. Ruggerio y Suárez señalan que “[e]s en la circunstancia de la articulación de procesos en que el análisis interdisciplinario puede enriquecerse”. En este sentido, es necesario el desarrollo de una “metametodología” que haga referencia a “la oportunidad y la relevancia de articulación o triangulación de metodologías entre las ciencias sociales y las naturales” (p. 18).

Las visiones que ofrece la sociología y la ecología son necesarias y complementarias para el estudio de los conflictos ambientales o socioambientales. Por esta razón, ambas pueden “articularse” y “potenciarse” para la construcción de un “metalenguaje” que favorezca a la comprensión de los conflictos ambientales.

Debido a que en contextos conflictivos se aceleran diferentes procesos sociales, como la emergencia de actores sociales, instituciones y normas, a partir del análisis sociológico de la conflictividad se pueden abordar aspectos fundamentales de la problemática ambiental. De igual manera, desde la perspectiva ecológica pueden entenderse “la transformación de las dinámicas ecosistémicas por emprendimientos extractivos y productivos y los efectos que provoca sobre la población y sus actividades” (p. 18).

La complementariedad entre disciplinas ofrece la oportunidad de una integración que propicie, “un diálogo de saberes” o “una ecología de saberes en la que los diferentes campos científicos asuman la responsabilidad de trabajar integrando el conocimiento de los sectores sociales involucrados” con el fin de tener una visión interdisciplinaria que incluya “los saberes e intereses de las partes involucradas” (p. 18).

Por lo anterior, el libro Los conflictos ambientales en América Latina II. Áreas urbanas y periurbanas está conformado por artículos que podrían aportar a la investigación interdisciplinaria de los conflictos ambientales en tanto que plantean instrumentos conceptuales y metodológicos que parten de diferentes disciplinas e ilustran la complejidad y diversidad de los conflictos ambientales urbanos y periurbanos en Latinoamérica.

Estructura del libro

El libro está conformado por nueve capítulos. En el primer capítulo “Tres modalidades sociológicas del conflicto ambiental”, Pablo Gavirati plantea la forma de repensar los conflictos ambientales desde una perspectiva de las ciencias sociales a través del análisis del discurso en la producción intelectual de América Latina.

El trabajo de Marcelo Leles Romarco de Oliveira “Um breve debate sobre os conflitos ambientais na Zona da Mata do estado de Minas Gerais: o caso do mineroduto da Ferrous”, conforma el segundo capítulo del libro y plantea el análisis de la resistencia de los movimientos sociales y sus estrategias de acción en la construcción de un mineraloducto en la Zona de la Mata del estado de Minas Gerais, Brasil. A partir del análisis, el autor destaca la definición del poder como “una lucha de significados y proyecciones que legitimen o justifiquen las acciones de los actores involucrados” (p. 19).

El análisis de Soledad Represa “Ampliación del puerto La Plata. Lectura desde la perspectiva del conflicto ambiental” constituye el capítulo 3. Este trabajo analiza las relaciones de poder y la presión globalizadora y la planificación regional supranacional que se ejercen sobre las poblaciones locales. La autora se centra en analizar dichas dinámicas en Berisso, una provincia de Buenos Aires.

En este caso en particular se evidencia “cómo la población local resulta vulnerada por la acción de una estrategia definida en instancias del Estado nacional como parte de un plan regional, por un lado, y cómo emergen procesos de organización y lucha como resistencia ante los daños ambientales producidos y a producirse por las obras de ampliación del Puerto La Plata”. La autora destaca la importancia de integrar y visibilizar a los excluidos a partir del análisis sobre la revalorización y concepción del vínculo entre el ser humano y la naturaleza al igual que las acciones gubernamentales con relación al “derecho de las poblaciones a permanecer y resistir” (p. 20).

El capítulo 4 se titula “Conflictos ambientales por injusticia hídrica en México” y es trabajo de Rolando Espinosa Hernández. En este capítulo, Espinosa analiza y documenta el surgimiento y el desarrollo de los conflictos ambientales relacionados con los recursos hídricos en México.

Maria de Lourdes Cútalo de Lira Basques es autora del capítulo 5, “Conflitos ambientais em Maricá, Rio de Janeiro: o porto de Jaconé e a construção do problema ambiental”. Este caso de estudio relacionado con la construcción del puerto de Jaconé en Río de Janeiro, Brasil, se centra en el análisis de “las estrategias e instrumentos de resistencia social del movimiento ambiental local como la respuesta del poder público local para apoyar la construcción de la obra” (p. 20). De igual forma, este trabajo estudia el desarrollo del conflicto a partir de un análisis de las formas del discurso y la dinámica argumentativa de los actores involucrados.

En el capítulo 6, “Las dos lógicas de los conflictos socioterritoriales. El caso del basural de la zona sur de la ciudad de Córdoba, Argentina”, los autores Martín Maldonado, Rubén del Sueldo, Noemí Fratini y Matías García analizan las relaciones entre los actores y los intereses que se inscriben en torno al conflicto socioterritorial al sur de la ciudad de Córdoba, Argentina.

De acuerdo con los autores, el conflicto se constituye como “el resultado histórico de inercias materiales y simbólicas que en el largo plazo acumulan tensiones sociales negativas” (p. 21). El estudio se torna crucial para entender aspectos fundamentales de los conflictos ambientales urbanos y periurbanos relacionados con los residuos en la región de Latinoamérica.

El trabajo de Miguel Martiarena y Daniela Gargantini, “Conflictos urbanos y violaciones al derecho a un ambiente sano y sostenible en la ciudad de Córdoba, Argentina”, constituye el capítulo 7. Martiarena y Gargantini realizan una descripción regional con el objetivo de identificar y comprender los factores estructurales y coyunturales presentes en los diversos conflictos.

Los autores obtienen un panorama general de la distribución de los conflictos urbanos y periurbanos de la ciudad a través de la espacialización y cuantificación de diferentes variables ambientales y sociales que se complementan con el estudio de aspectos cualitativos.

El capítulo 8 presenta el análisis Adriana Posada Arrubla denominado “Determinación de intereses colectivos para la gestión socioambiental en la capital colombiana”. Posada Arrubla analiza las estrategias de gestión ambiental implementadas en Bogotá y su relación con el inicio de los conflictos ambientales.

Finalmente, el trabajo de Carlos A. Ruggerio, Francisco Suárez, Santiago Piaggio, Valeria Sosa y Vanesa Beserr, “Conflictos ambientales por el cambio en el modelo de urbanización del Delta del río Paraná, provincia de Buenos Aires”, constituye el capítulo 9.

Su trabajo se centra en el análisis de la construcción de urbanizaciones cerradas en un área insular de alto valor ecosistémico en la región del Gran Buenos Aires a partir de la evaluación de los intereses de los diferentes actores que se encuentran involucrados así como los impactos ambientales provocados por la construcción de la infraestructura en esta área.

Cápitulos relevantes para el proyecto: 

Espinosa Hernández, Rolando [2018], “Conflictos ambientales por injusticia hídrica en México”, Los conflictos ambientales en América Latina II. Áreas urbanas y periurbanas, Buenos Aires, Universidad Nacional de General Sarmiento, https://ediciones.ungs.edu.ar/wp-content/uploads/2019/08/9789876304061-c...

Nexo con el tema que estudiamos: 

La necesidad de un enfoque interdisciplinario para el estudio de los conflictos ambientales o socioambientales en América Latina es el argumento central de la introducción al libro Los conflictos ambientales en América Latina II. Áreas urbanas y periurbanas.

La destrucción del ambiente y los intereses y acciones de diversos actores han motivado la gestación y el desarrollo de un sinfín de conflictos en diversas regiones del planeta. Dichos conflictos deben estudiarse desde una perspectiva interdisciplinaria con el fin de obtener una visión global que contemple los aspectos sociales, económicos, institucionales, ecosistémicos y políticos inherentes a cualquier conflicto ambiental.