Veronica Penney es una reportera climática de The New York Times y también es miembro de la clase de becas de 2020 Times. Es licenciada en periodismo egresada de la Universidad de Columbia. También ha sido publicada en The Miami Herald y The Guardian.

El aumento de la fuerza del huracán Ida, convirtiéndose en tormenta categoría 4 provocó que los expertos se cuestionarán si el cambio climático influye en los huracanes del océano Atlántico, y a pesar de que esto aún no se ha confirmado, es un hecho que el calentamiento global modifica a las tormentas, ya que los científicos afirman que el hecho de que la temperatura haya subido en la superficie del Atlántico ha aumentado la actividad de las tormentas y ha ocasionado que se comporten de otra manera.

Un grupo de científicos acordó que son cada vez más poderosos los huracanes, ya que uno de los factores que determinan la potencia, es la temperatura de la superficie del océano, porque el agua caliente genera mayor energía, y a su vez, esta energía alimenta a las tormentas. Es importante mencionar que también el nivel elevado del mar incrementa el tamaño de las tormentas.

El hecho de que el viento sea cada vez más fuerte, ocasiona la caída de instalaciones eléctricas y daños en los tejados, y en combinación con el aumento del nivel del mar, se generan grandes inundaciones.

Por otro lado, el calentamiento global también aumenta el vapor del agua que puede ser contenido en la atmósfera, lo que significa que en un futuro las lluvias sean aún mayores. Otro punto importante a considerar es que las tormentas se mueven más lentas. Algunos expertos consideran que se debe a la realentación de la circulación de la atmósfera global, sin embargo, esto no ha sido comprobado, pero se dice que las tormentas que se mueven más lento, y tienen mayor humedad, son las que más empeoran las inundaciones.

Debido a que el agua caliente alimenta a los huracanes, el cambio climático amplía la zona en la que los huracanes se pueden formar, alejándolos de los trópicos y acercándolos a los subtrópicos y a las latitudes medias, tocando la tierra en latitudes altas como Estados Unidos o Japón.

Conforme la temperatura ha ido incrementando, los investigadores creen que las tormentas también pueden tender a incrementarse de manera considerable. Y uno de los mayores temores es que un huracán o una tormenta tropical de categoría 1 pase a categoría 4 durante la noche y no se le pueda avisar a las personas.