America and the world. The real lessons from 9/11

Cita: 

The Economist [2021], "America and the world. The real lessons from 9/11", The Economist, London, 11 de septiembre, https://www.economist.com/leaders/2021/09/11/the-real-lessons-from-9/11

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Septiembre 11, 2021
Tema: 
El nuevo papel de Estados Unidos en el liderazgo mundial tras las lecciones del 9/11
Idea principal: 

El reciente cambio en la política exterior de Joe Biden, al terminar la era de las guerras distantes, proveen las lecciones necesarias para los cambios en la estrategia de una era post 9/11.

Desde los ataques del 9/11, hubo formidables logros -según The Economist-, tales como: medidas contra el terrorismo; Osama bin Laden está muerto y ningún otro ataque comparable al 9/11 se ha suscitado.

Sin embargo, el legado de la respuesta a los ataques del 9/11 no ha sido placentero. A cambio de un gran costo humano y financiero, se desplegó la misión de eliminar al-Qaeda, que con el paso del tiempo se convirtió en un deseo de transformación de régimen y construcción nacional con resultados poco convincentes para Afganistán e Irak.

Estados Unidos perdió la autoridad moral junto al rompimiento del tabú sobre la tortura. Asimismo, el espíritu de unidad nacional estadounidense se diluyó rápidamente, dando lugar a divisiones tóxicas que se burlaron de su afirmación de tener una forma superior de gobierno.

De esta forma, la situación en Medio Oriente ha sido una distracción de la historia real de principios del siglo XXI: el surgimiento de China como potencia económica y política.

A pesar de las debilidades en la política exterior estadounidense, es innegable su posición de liderazgo en el mundo. Su participación del 25% en el Producto Interno Bruto (GDP, por sus siglas en inglés) en 2021 sigue siendo aproximadamente la misma que en 1990, sumado a su liderazgo tecnológico y militar.

La actual agenda e intereses de Estados Unidos sobre la política exterior responde a los 9 millones de estadounidenses en el exterior, 39 millones de empleos soportados por el intercambio económico internacional y a los 33 billones de activos internacionales.

El objetivo de política exterior de Joe Biden es terminar la llamada “guerra sin fin”, completar la estrategia con Asia, abordar nuevos temas como la seguridad informática y reconstruir alianzas internacionales.

Sin embargo, otros elementos dentro de la doctrina de Joe Biden son confusos. El abandono de Afganistán enfureció a los aliados, que apenas fueron consultados. Asimismo, un enfoque de confrontación hacia China puede desdibujar el enfoque sobre el cambio climático.

La doctrina predominante de Joe Biden insiste en que la política exterior debe servir a la clase media de Estados Unidos. Pero el comercio exterior, el problema del cambio climático y China son preocupaciones nacionales y extranjeras al mismo tiempo. Sin embargo, el impulso de tomar decisiones sobre el mundo para complacer a una audiencia doméstica ya le está causando problemas.

Tal es el caso del plazo del 11 de Septiembre del 2021 para retirar a las tropas estadounidenses de Afganistan, hecho realizado para complacer a los votantes locales. La decisión de retirar todas las tropas ignoró la realidad de que un modesta guardia estadounidense pudo haber evitado que los talibanes tomaran el poder.

El riesgo del sesgo interno de Joe Biden puede hacer menos efectiva su política exterior. Estados Unidos necesita encontrar una nueva forma de coexistir con China, con rivalidad y cooperación en diferentes áreas.

El enfoque de política hacia China ha sido similar al de Donald Trump, con un enfoque de aranceles y un discurso de hostilidad hacia el país asiático. Joe Biden sabe que la hostilidad hacia China es una de las pocas cosas que une al Congreso y al público estadounidense: 45% de la población en Estados Unidos ve a China como el enemigo más grande de Estados Unidos, frente a 14% en 2001.

A su vez, Estados Unidos ha perdido la oportunidad de liderar globalmente la vacunación de COVID-19, que sin duda habría demostrado la proeza estadounidense.

La política exterior es guiada por eventos, así como por estrategia: la plataforma de acción de George W. Bush se basó en un consevadurismo compasivo más que una guerra contra el terrorismo. Joe Biden deberá actuar conforme los tiempos actuales improvisando respuestas en una época rebelde.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Los cambios en la política exterior de Joe Biden responden a intereses locales e internacionales de posicionarse como líder global dentro de la competencia en la disputa hegemónica contra China, dentro de una era post 9/11. Los atentados del 9/11, así como las consecuencias derivados de esto, sirven de lecciones para la diplomacia internacional, teniendo en cuenta el surgimiento y posicionamiento de China como potencia económica, político y militar.