Finding living planets. Life evolves on planets. And planets with life evolve

Cita: 

The Economist [2021], "Finding living planets. Life evolves on planets. And planets with life evolve", The Economist, London, 4 de septiembre, https://www.economist.com/schools-brief/2021/09/04/finding-living-planets

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Septiembre 4, 2021
Tema: 
Las investigaciones sobre la vida en otros planetas
Idea principal: 

Encontrar planetas vivos. La vida evoluciona en los planetas. Y los planetas con vida evolucionan

Muchos artículos se han centrado en examinar el ámbito biológico y la vida en los niveles de la especie, el individuo, el órgano y la célula. De igual forma, se ha enfatizado en el estudio de las moléculas distinguiendo entre las que son biológicas y pueden transmitir información a través de las generaciones y aquellas que no lo son.

De acuerdo con el planteamiento del artículo, “al igual que las moléculas, los planetas no tienen por qué ser biológicos”, aunque la Tierra sí lo es. Por esta razón, es importante entender los aspectos biológicos de la Tierra para comprender el pasado, el presente y el futuro de nuestro planeta, al igual que nos permitiría encontrar otros planetas en los que la biología desempeña un papel fundamental.

Durante siglos, la concepción de que la Tierra está viva ha estado presente en muchas mitologías y en la ciencia. En la década de 1960, James Lovelock, un científico británico que trabajaba en un laboratorio de California y era responsable de la mayor parte de la ciencia planetaria estadounidense, se centró en el estudio de detección de vida en otros planetas. De acuerdo con el científico, “la vida utiliza o crea flujos de materia y energía que le permiten aumentar y mantener la complejidad en su interior. Al hacerlo, se enfrenta a la tendencia natural del universo a descomponer la complejidad, creando así desorden (conocido en termodinámica como entropía), aumentando activamente la entropía del resto del universo mientras reduce su propio desorden”.

De tal forma, partiendo de esta concepción, Lovelock planteó la posibilidad de detectar la vida en otros planetas buscando signos de orden a través de desequilibrios químicos. El científico llegó a la conclusión de que a nivel planetario el orden más detectable se encontraría en la composición de la atmósfera.

La mezcla de los elementos que componen la atmósfera de la Tierra, (Dato crucial 1) está muy desequilibrada. Dado que el oxígeno y el metano reaccionan entre sí, es posible que estos gases estén presentes simultáneamente en la atmósfera gracias a que vida en la Tierra es una fuente activa de ambos elementos. La vida proporciona un proceso compensatorio que permite que los niveles de gases que reaccionan entre sí se mantengan constantes.

A diferencia de lo que ocurre en la atmósfera de la Tierra, en las atmósferas de Marte y Venus no existen gases que puedan reaccionar entre sí, por lo tanto, no hay inestabilidad impulsada por la biología. De tal forma, el Dr. Lovelock concluyó que no había vida en Marte ni en Venus; y que “la atmósfera de la Tierra estaba, hasta cierto punto, viva”.

La atmósfera de la Tierra no está conformada por células, no se encuentra en una membrana y no puede reproducirse, pero “el flujo de energía y materia a través de las partes vivas del planeta mantenía la atmósfera en desequilibrio y mantenía la entropía al borde”. De esta manera se observa que “la imposición del orden y el desequilibrio por parte de la vida opera más allá de los límites de las células, los individuos y las especies”.

A pesar de las conclusiones del Dr. Lovelock, se sigue buscando vida en Marte sin ningún resultado. La "hipótesis Gaia” plantea que en la Tierra, visto como organismo vivo, existen procesos basados en la biología que le proporcionan un grado de autorregulación que el sistema en su conjunto utiliza para mantenerse con vida. Hay consenso en que “la composición de la atmósfera terrestre depende de la actividad biológica y en que los mecanismos de retroalimentación que mantienen la habitabilidad del planeta tienen componentes biológicos”.

Se necesita mucha energía para que la vida lleve a cabo actividades químicas como construir moléculas, descomponerlas y verter algunos de los productos de desecho en el medio ambiente. Durante miles de millones de años, han existido procesos bioquímicos en la Tierra que han dado lugar a la aparición y la evolución de miles de seres vivos.

Más grande que los imperios, y más lento

Prueba de lo anterior es que con la aparición de los árboles los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera descendieron lo suficiente y provocaron una nueva era de hielo. Después de cientos de millones de años después, los niveles de carbono en la atmósfera de nuevo tienen consecuencias climáticas.

Desde que el Dr. Lovelock planteó que el estudio de las atmósferas conduciría a encontrar señales de vida en otros planetas, se ha avanzado poco en la investigación. Lo anterior debido a la falta de atmósferas y la dificultad de identificarlas. Estudios han informado de la existencia de gases fuera de equilibrio en Marte y Venus. No obstante, los estudios carecen de pruebas sólidas. Incluso un estudio orbital reciente no encontró ninguna evidencia de metano en la atmósfera de Marte como se aseguraba.

El avance de los estudios ha permitido identificar la existencia de miles de planetas en órbita alrededor de otras estrellas. Se espera que pronto se cuente con telescopios capaces de examinar las atmósferas de algunos de estos planetas que podrían ser habitables. De las discusiones que se plantean en el presente artículo pueden resultar “verdades biológicas universales. Otras, sin embargo, pueden ser sólo propiedades casuales de la vida en un planeta en particular”.

Datos cruciales: 

1. 99% de la atmósfera de la Tierra está compuesta por nitrógeno y oxígeno y 1% por gases “nobles” como el argón, helio y neón y otros gases como el dióxido de carbono y el metano.

2. Se calcula que los organismos vivos de la Tierra contienen unos 550 000 millones de toneladas de carbono mientras que la atmósfera pesa 5 000 000 millones de toneladas.

3. La vida en la Tierra funciona a unos 130 000 millones de W. Eso es aproximadamente diez veces la energía utilizada por los seres humanos, y tres veces el flujo de energía del interior de la Tierra, un flujo que impulsa todo el vulcanismo, los terremotos y las placas tectónicas del planeta.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El presente artículo destaca las investigaciones sobre actividades estratégicas y se observa que hay una apertura de nuevos campos de valorización del capital definido por la búsqueda y los avances científicos en la exploración del espacio exterior.