Martin Rees and Steven Pinker: Wagering on catastrophe

Cita: 

Rees, Martin y Steven Pinker [2021], "Martin Rees and Steven Pinker: Wagering on catastrophe", NewStatesman, 16 de junio, https://www.newstatesman.com/politics/uk/2021/06/martin-rees-and-steven-...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Miércoles, Junio 16, 2021
Tema: 
Los avances biotecnológicos además de plantear dilemas éticos, representan riesgos a la salud y seguridad mundial.
Idea principal: 

Martin Rees es el astrónomo real del Reino Unido y autor de "On the Future: Perspectivas para la humanidad".

Steven Pinker es un científico cognitivo de la Universidad de Harvard. Su libro más reciente es "Enlightenment Now: The Case for Reason, Science, Humanism, and Progress".


I
Los avances en la biomedicina en los últimos 25 años han prolongado la esperanza de vida hasta siete años, y han mejorado la calidad de vida de los seres humanos, incluso en países pobres. Sin embargo, la brecha entre lo que la ciencia permite hacer o cambiar y lo que es prudente tiende a ampliarse continuamente.

La historia de la medicina está llena de humanos resistiéndose a probar innovaciones médicas, como las vacunas, las transfusiones, la anestesia, el trasplante de órganos y la fertilización in-vitro. Por lo que, juzgar una innovación médica por escepticismo parece no ser válido.

Hace veinte años, el proyecto del genoma humano costaba alrededor de 3 mil millones de dólares, pero en la actualidad el costo de secuenciar un genoma ha caído por debajo de los mil dólares; pronto, obtener la secuencia genómica de cada humano será más que rutinario y económico. Estos avances han hecho más sencillo sintetizar genes y genomas simples a partir de cero. Esto último produce nerviosismo entre la población, ya que si bien es posible eliminar padecimientos, también lo es mejorar la genética.

Aunque la biomedicina puede modificar la genética humana para eliminar enfermedades como el cáncer, la esquizofrenia o de Alzheimer se requiere estudiar millones de genes de miles de pacientes, y para aumentar la inteligencia, alterar la personalidad o para hallar una combinación genética adecuada y “diseñar bebés”. Por otro lado, las enfermedades hereditarias muestran gran variabilidad genética y patrones impredecibles, por lo que la manipulación divina de ADN humano aún está lejos. Por lo tanto, el concepto de una línea germinal pura (óvulos y espermatozoides) que alteramos a nuestro peligro es una ficción.

II
Al trasladar el debate ético al campo de los animales, la humanidad debería preguntarse si tratar de esterilizar al mosquito para frenar enfermedades, como el dengue o el virus del Zika, como se hizo en Brasil, es jugar a ser Dios.

“Las manipulaciones genéticas no son en absoluto los únicos retos éticos a los que nos enfrentaremos a medida que la ciencia biomédica avance. También nos enfrentaremos a agudos dilemas sobre el tratamiento de las personas que se encuentran al principio y al final de su vida”. Todo apunta a que tenemos poco progreso en la construcción de un marco ético coherente que nos permita hacer frente a estas discusiones. Por un lado, todo el mundo aprecia la idea de vivir más años saludables mientras que la gran mayoría teme al hecho de vivir con dolor o con una discapacidad severa.

Respecto a la investigación sobre los virus, en 2011 un grupo de investigación de los Países Bajos y otro de Estados Unidos mostraron que es sorprendentemente fácil hacer un virus como la gripe H5N1, y hacerlo más virulento y transmisible. Experimentos como estos, de “ganancia de función”, fueron justificados como una manera de dar un paso hacia adelante en las mutaciones naturales, permitiéndonos preparar vacunas a tiempo. Muchos críticos han argumentado que en este tipo de experimentos, el riesgo de que los virus puedan escapar del laboratorio es mayor, o que sean los bioterroristas quienes los liberen.

En 2014, el gobierno de Estados Unidos detuvo los experimentos de “ganancia de función”, aunque en 2017 las restricciones fueron relajadas. En 2018 en Edmonton, Canadá, se reportó la síntesis de un virus de viruela de un caballo extinto, lo qué significa que el virus de la viruela puede reconstruirse.

Las opiniones en la comunidad científica son variadas. Algunos opinan que estos experimentos están justificados, otros que sus hallazgos no deben ser publicados y deben permanecer como "conocimiento peligroso". En 1975, a inicios de la investigación sobre la recombinación del ADN humano, los biólogos moleculares más importantes del mundo se reunieron en el recinto de la conferencia de Asilomar, California, para acordar las directrices sobre qué tipos de experimentos no debían hacerse.

Después de 40 años de la conferencia, la comunidad científica está globalizada y más influenciada por presiones comerciales. “Existe el riesgo de que si se puede hacer algo, alguien en algún lugar, lo hará”.

A diferencia de la creación de un arma nuclear, el equipo para desarrollar un arma biotecnológica es mucho más pequeño y los jugadores o laboratorios alrededor del mundo se encuentran altamente expuestos al biohackeo.

III
Martin, uno de los autores, escribió sobre estos riesgos en 2002 y se dio cuenta que muchos colegas estaban mejor informados sobre este tipo de acontecimientos. Martin argumentó que, a diferencia del mundo financiero donde las ganancias acumuladas a través de los años pueden repentinamente evaporarse, cuando se habla de biotecnología y pandemias, los riesgos están dominados por eventos extremos y atípicos. “A medida que la ciencia nos empodera más y más, el mundo se vuelve cada vez más interconectado y con ello la magnitud de las peores catástrofes potenciales crece a dimensiones sin precedentes”.

La pandemia de Covid-19 ha sido más devastadora de lo que Marti hubiera advertido en un principio. A pesar de que es un logro científico que las vacunas se desarrollarán en un año, el virus ha sido un llamado a la humanidad para estar mejor preparada ante futuras pandemias "naturales".

¿Pero realmente la pandemia de Covid-19 fue una pandemia natural? En la primera semana de enero de 2021 el consenso era que el virus se había saltado de los animales a los humanos, quizá mediante un huésped intermedio, pero continuaba la sospecha de que existiera la posibilidad de una fuga de un virus alterado del Instituto de Virología de Wuhan en China.

Un mes después, la teoría de una fuga del laboratorio había ganado atención. el científico veterano y periodista Nicholas Wage escribió en el Boletín de científicos anatómicos que el Instituto de Wuhan estaba realizando estudios de “ganancia de función”, y que el virus del Sars-cov-2 mostraba señales de una intervención humana. Y que además tres trabajadores del laboratorio enfermaron misteriosamente en otoño de 2019, de los cuales no fue posible rastrear alguna fuente zoológica de transmisión de la enfermedad.

Aunque la mayoría de los expertos todavía piensan que la zoonosis es la historia de origen más probable, ningún científico de mente abierta hoy podría insistir en que el caso está resuelto. Anthony Fauci todavía sospecha de un encubrimiento por parte de los científicos de Wuhan.

IV
Con la opacidad de las autoridades chinas, la prueba de que en efecto la pandemia se debió a una fuga de laboratorio es lo único que se necesita identificar al villano de esta historia. Así, el miedo que inmovilizó al mundo por más de un año podría convertirse fácilmente en furia, generando incluso que la población se vuelva en contra de la ciencia y exija una “regulación agobiante y excesiva, frenando el progreso contra la enfermedad, la muerte y la discapacidad”.

Sin más información al respecto no es posible negar un vínculo entre la pandemia de Covid-19 y una fuga de laboratorio. A pesar de mejorar la seguridad y el monitoreo de los laboratorios especializados en patógenos letales es necesario, al mismo tiempo es extremadamente difícil, ya que los gobiernos difícilmente pueden controlar la expansión de bioarmas y terroristas con objetivos específicos.

El desarrollo de bioarmas altamente letales no puede darse como en las películas, con un sujeto solitario extremadamente inteligente, sino que en el mundo real los gobiernos deben preocuparse por los grupos hackers de biotecnología.

La pandemia de Covid-19 dejó claro que el mundo no está preparado para desafíos intelectuales, morales y prácticos que plantea la creciente biotecnología. El progreso biotecnológico requiere de un pensamiento claro y de políticas bien diseñadas que reconozcan su potencial como riesgo potencial para la seguridad humana.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Antes del progreso de las tecnologías de las comunicaciones, los avances científicos a menudo eran pocos conocidos por el mundo, o simplemente las redes empresariales no los encontraban rentables por la delimitación geográfica de los mercados. Sin embargo, hoy las élites empresariales se encuentran más que interesadas en el desarrollo de la ciencia, ya que tiene la capacidad de alterar alimentos, la genética humana, crear nuevos combustibles, etc., es decir, existe una mayor presión e interés que antes no era tan evidente respecto la comunidad científica.