Azahara Palomeque es escritora, poeta, periodista y doctora por la Universidad de Princeton.

Mucho antes de que el cambio climático fuera un tema mediático, 17 científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), publicaron un informe crucial para entender los grandes desafíos globales con más de un siglo de perspectiva. La investigación se cristalizó en el libro Los límites del crecimiento, publicado en 1972. El estudio giró en torno a la sustentabilidad planetaria y fue liderado por la biofísica Donella Meadows. El libro cumple 50 años.

El libro comienza reflexionando sobre el “dilema de la humanidad”, pues vivimos en “un modelo económico, social y moral basado en el crecimiento ilimitado en un planeta de recursos finitos”. La obra toca temas como la supervivencia de las especies, así como la seguridad material de la humanidad.

En la investigación se presentan tres hipótesis principales, a saber: 1) si el ritmo de crecimiento persiste, éste encontrará un límite catastrófico en los 100 años subsiguientes; 2) es posible detenerlo y lograr así un equilibrio ecológico y económico que permita satisfacer las necesidades básicas de las personas; y 3) en caso de que se adopte detener la catástrofe, es necesario hacerlo cuanto antes para impedir el colapso. 50 años después de tales advertencias, la inacción de las diversas sociedades y gobiernos frente a la catástrofe no plantea perspectivas de mejora.

Los límites del crecimiento tiene como punto de partida la dinámica de sistemas como metodología para simular 11 escenarios posibles que dependen de cinco variables: población, producción de alimentos, recursos naturales, producción industrial y contaminación.

En el escenario “estándar”, el colapso se produce debido al agotamiento de recursos no renovables; eso desvía el capital de la inversión industrial y alimentaria, al tiempo que la tasa de mortalidad aumenta significativamente debido al hambre y la falta de servicios sanitarios.

Otros escenarios plantean un declive de la población causado por la contaminación masiva o la disminución de superficie cultivable. Sin embargo, la mayoría de los escenarios presentan “el mismo final decadente”. Los autores del libro consideraban a la tecnología como la herramienta necesaria que contribuiría al bienestar social. No obstante, apuntaban que ésta no es capaz de ayudar a la sociedad si el paradigma del crecimiento es el dominante.

El escenario más optimista tendría cabida, si se implementa una economía circular basada en la reducción drástica del consumo que permitiría un equilibrio prolongado en el tiempo, aunado a la estabilización demográfica y la inversión en sanidad, educación y agricultura. Lo contrario es “el abismo al que parecemos estar encaminados”.

En la actualidad se debate sobre la sexta extinción de especies, mientras abundan los fenómenos meteorológicos extremos. También se habla de la crisis energética y de la escasez de recursos, como los combustibles fósiles. En este contexto, genera ansiedad leer el informe sobre los límites del crecimiento, el cual fue actualizado por los autores en tres ocasiones. Las actualizaciones plantean conclusiones similares a la primera versión.

En 2021, Gaya Herrington, directora de sostenibilidad para una empresa de auditorías, llevó a cabo un informe basado en Los límites del crecimiento. El informe vaticina que el colapso sucederá en la próxima década. La investigación de Herrington proviene, por primera vez, del sector corporativo. Por tanto, carece de alguna crítica a las dinámicas capitalistas, y señala que la tecnología será el mecanismo que mitigará la catástrofe.

En la actualidad, se vive un periodo de gran inestabilidad ecológica y material. De acuerdo con Dennis Meadows, uno de los coautores de Los límites del crecimiento esta época de inestabilidad alcanza su cima en la actualidad, pues se enfrenta a fuerzas que impulsan un cambio de paradigma para gestionar mejor los recursos disponibles, la riqueza existente y evitar el caos total.