Ernesto Martínez Elorriaga es corresponsal de La Jornada.

La sobreexplotación de recursos forestales y el cambio de uso de suelo ha ocasionado que los recursos hídricos de Michoacán se estén secando desde hace tres décadas. El lago de Cuitzeo agoniza y el de Pátzcuaro ha perdido una sexta parte de sus dimensiones totales y está gravemente contaminado por el azolve (dato crucial 1). Asimismo, su profundidad ha disminuido tanto que se tuvo que construir un canal para que las embarcaciones pudieran llegar hacia la isla de Janitzio. Por otro lado, el lago Zirahuén se encuentra contaminado por los productos químicos que utilizan los aguacateros.

Los daños a estos cuerpos de agua y la grave disminución en su volumen han sido confirmados por las autoridades estatales ambientales e investigadores de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y de la Universidad Nacional Autónoma de México campus Morelia.

En marzo de 2021, 70% de la superficie del lago del Cuitzeo estaba seca, actualmente la zona poniente tiene una profundidad de 15-20 centímetros, pero depende de la cantidad de lluvia que continúe así o disminuya. Por esta razón, la actividad pesquera ha desaparecido casi del todo debido a que ya no es un oficio rentable (dato crucial 2).

El impacto de las actividades humanas, como el cultivo de aguacate, ha provocado que se acumulen miles de toneladas de lodo, fertilizantes y aguas residuales provenientes de las comunidades ribereñas. En Zirahuén se han deforestado miles de hectáreas debido a la siembra de aguacate (dato crucial 3), asimismo, el uso de agroquímicos ha ocasionado la proliferación de algas en el lago.

De acuerdo con datos de la Secretaría Estatal de Medio Ambiente de Michoacán, el estado ha perdido casi la mitad de su cobertura forestal desde 1980 debido a cambios de uso de suelo, tala (legal e ilegal) e incendios forestales provocados (dato crucial 4). Las regiones especialmente preocupantes son Meseta Lacustre, Cañada de los Once Pueblos y la Sierra ya que solo conservan 35% del ecosistema forestal. En este sentido, es alarmante señalar que en una década los plantíos de aguacate se han duplicado en más de 30 municipios (dato crucial 5).

Por otro lado, la expansión de la infraestructura también está arrasando con los recursos naturales al sur de Morelia debido a la construcción de fraccionamientos, centros comerciales y escuelas. Es así como podemos ver la rápida degradación ambiental de la entidad, con ríos cada vez más contaminados y aguas subterráneas sobreexplotadas.