La última gota de oportunidad

Cita: 

Pelayo, Mariana [2021], "La última gota de oportunidad", Revista Común, México, 14 de julio, https://revistacomun.com/blog/la-ultima-gota-de-oportunidad/

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Miércoles, Julio 14, 2021
Tema: 
Escasez del agua por apropiación del recurso
Idea principal: 

Mariana Betzabeth Pelayo Pérez es profesora e investigadora de la Universidad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Nayarit y escribe para la Revista Común.


El papel del agua ha sido multifacético en la historia de la humanidad. Desde su función más básica como fuente de vida, su valorización como mercancía, y recientemente, protagonista de las agendas nacionales e internacionales, disputas de apropiación y problemas geopolíticos al ser un recurso finito.

El agua tiene una composición simple, dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno. Su capacidad transformadora en los tres estados de la materia y su capacidad calorífica hacen de este recurso hídrico la génesis de la vida orgánica e inorgánica. Cuyo agotamiento y contaminación exacerban la crisis por el calentamiento global y pone en riesgo la vida en el planeta.

Se ha convertido en un elemento tan importante que representa el soporte de múltiples sistemas de vida. Se podrá prescindir de cualquier otro componente, pero ningún organismo puede ser capaz de vivir sin agua. Los seres humanos dependemos totalmente de ella, el agua permite la realización de los procesos metabólicos necesarios para la reproducción de la vida. Cumple la misma función para las vidas no humanas. Gracias al agua son posibles los procesos biogeoquímicos que alimentan, desarrollan y propician los ciclos vitales para la flora y la fauna de cualquier hábitat.

Su importancia no es sólo por su capacidad natural, como un flujo físico que permite la vida, sino también por el ensamblaje que se produce con el medio social, lo cual hace que represente un ciclo hidrosocial. Encarna procesos materiales y simbólicos que permiten la reproducción de la vida social, comunal, colectiva y, al mismo tiempo, alrededor de ella se erigen relaciones de poder por la gestión y acceso al recurso.

La apropiación, degradación y escasez del agua han convertido su monitoreo y cuidado en una prioridad dentro de las agendas nacionales e internacionales, figurando como un derecho humano. Sin embargo, los problemas se incrementan al considerar la distribución del agua en relación con la distribución poblacional en cada región del planeta que muestra una gran desigualdad (relación población - agua disponible), sumado a la prioridad que tienen las dinámicas agropecuarias e industriales a gran escala para el uso del agua.

En México, la distribución y acceso al agua debe entenderse no sólo desde el ámbito natural, sino también desde el social y político, pues la apropiación y privatización del recurso exacerban los problemas de escasez de agua para uso doméstico. No es casualidad que donde más falta el agua es donde más proyectos extractivos hay. Y para las comunidades el problema no se limita a la falta de agua, pues en su proceso de lucha para defender sus fuentes de vida se enfrentan a diferentes tipos de violencia, injusticia y degradación a sus territorios.

La causa del problema de escasez es la misma lógica que lo exacerba pues al ser considerado un recurso indispensable para la producción su valor ha dejado de ser natural para ser económico y reducir su utilidad a la lógica del mercado de un sistema capitalista. La neoliberalización del agua ha tomado una dimensión más preocupante al ser ahora cotizada en la bolsa de valores, ya que se desconfía que haya sido para su protección y tal vez sea una estrategia para especular con su escasez a futuro.

Su integración a los circuitos globales de capital del sector privado ha despojado al agua de sus virtudes naturales y simbólicas, ahora también tiene un lugar en los mercados de futuros de materias primas. Se ha convertido en una preocupación latente que el derecho humano que nos permite la vida haya quedado capturado por la dinámica de la economía financiera capitalista.

En países como México se agrava la situación, pues el Estado se mueve de acuerdo a los intereses neoliberales, eso queda claro con las cantidades de títulos y permisos de aguas nacionales que la Comisión Nacional del Agua ha otorgado desde 1993. Sumado a la concentración de las concesiones en manos de empresas privadas, para actividades industriales y proyectos energéticos. Ver Cuadro de empresas concesionarias en Datos cruciales.

No sólo es que el sector privado se apropie del agua y provoque escasez del recurso para el consumo humano, sino también que la cantidad de agua potable y de calidad se reduce por la contaminación generada por las actividades humanas e industriales. Sumado a las actividades extractivas que contaminan a gran escala el agua a través de aditivos químicos y fugas de metano derivadas de prácticas como la perforación hidráulica, las cuales también han generado peligros como la detonación de terremotos y socavones en los territorios donde se practica el fracking.

Los riesgos a futuro no sólo son para el agua de consumo humano, pues a la luz del cambio climático, los mares continuamente se ven sometidos a variaciones de la salinidad, alteración de los niveles de oxígeno, aumento de acidificación y deterioro en general de los ecosistemas marinos. En otras latitudes, el deshielo de los glaciares además de aumentar el nivel del mar y poner en riesgo la salvaguarda de muchos territorios insulares, también amenaza a la fauna y flora de los polos.

La alteración en el clima provoca claramente alteraciones en el ciclo hidrológico. El aumento de la temperatura del planeta incidirá en la generación de mayor evaporación de agua en la atmósfera y en consecuencia mayores tormentas y lluvias extremas. Asimismo, provocará cambios estacionales radicales, alteraciones en los ecosistemas de agua dulce y la generación de escorrentía.

El problema es tan grave que no se puede dejar la responsabilidad en los instrumentos políticos, los foros internacionales o los proyectos de desarrollo global. Se necesitan defensores de verdad, que a partir de la movilización y la organización colectiva emprendan una defensa por el agua partiendo desde una racionalidad alejada del capitalismo, de la mercantilización del agua y su valorización como recurso.

Se necesitan superar y desechar todos aquellos discursos que disfrazan el problema y sus intereses mercantiles con proyectos desarrollistas. La lucha es en contra del poder corporativo y un sistema que instrumentaliza el agua, despojándola de su carácter más natural como fuente de vida. Habrá que resguardar hasta la última gota de agua si se quiere vislumbrar la vida a futuro.

Datos cruciales: 

1. En julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el derecho humano al agua y al saneamiento.

2. Los océanos concentran 97.5% del agua de la cual sólo 2.5% es dulce, de esta cantidad 68.9% está congelada en los polos, 30.8% es agua subterránea y sólo 0.3% es superficial localizada en lagos, lagunas, ríos y humedales.

3. La distribución del agua a nivel global es tan desigual como la distribución poblacional en cada continente. América posee 47% del recurso mientras mantiene 14% de la población, Asia 32% con 57% de la población mundial, África 9% con 14%, Europa 7% con 10% y Oceanía 6% con 5% de la población a nivel mundial.

4. La extracción de agua en el mundo se destina 69% al sector agropecuario, 19% al sector industrial y 12% al sector municipal.

5. En México la distribución del agua por habitante al año opera de la siguiente manera: la Península de Baja California tiene una disponibilidad de 1,024 m³, el Noroeste dispone de 2,768m³, el Pacífico Norte de 5,723m³, la región del Río Bravo de 996m³, las Cuencas Centrales del Norte disponen de 1,694m³, la región Lerma-Santiago-Pacífico de 1,390m³, el Golfo Norte tiene disponibilidad de 5,236m³, la región de Aguas del Valle de México sólo cuenta con 142m³, la región del Balsas dispone de 1,767m³, el Pacífico Sur de 5,951m³, el Golfo Centro de 8,670m³, la Frontera Sur de 18,375m³ y, finalmente, la Península de Yucatán dispone de 5,999m³ por persona al año. El artículo aporta un mapa con las regiones hídricas del país que muestra los grados de abundancia y escasez, así como algunos de los conflictos sociales en torno al agua.

6. El uso de agua en México se destina 75.72% a la agricultura, 14.4% para el abastecimiento público, 4.9% para la industria y 4.7% para la energía eléctrica.

7. A partir de la Ley de Aguas establecida en 1992, aproximadamente, 7% de las concesiones en México usan 70% del volumen de agua.

8. El índice en el que se cotiza el agua es el Nasdaq Veles California Water Index, para 2020, este cotizaba en 486,53 dólares por acre-pie, lo equivalente a 1 233m³.

9. Según el Registro Público de Derechos de Agua, desde el año 1993 hasta enero de 2020, la Comisión Nacional del Agua ha repartido entre 361 000 usuarios 514 684 títulos y permisos de aguas nacionales y sus bienes públicos inherentes. De estos, 418 021 son concesiones para utilizar aguas superficiales o aguas subterráneas que benefician a 298 337 usuarios con un volumen total de 241 628 hm³/año de agua, de la cual 182 513 hm³/año son para el uso no consuntivo y 59 115 hm³/año de uso consuntivo.

10. Entre las concesiones de agua que no son para consumo humano se otorgaron en México 179 para la generación de energía eléctrica, siendo 73 concesiones para la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y 106 a empresas privadas. De las concesiones a usuarios privados destacan 966 empresas, 1537 personas físicas y 801 asociaciones civiles, que tienen a su disposición un volumen de agua de 13 208 millones de hm³/año; equivalente a 22.3% de toda el agua concesionada en el país; equivalente a 1.1% de todos los usuarios quienes explotan más de una quinta parte del recurso hídrico.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Vivimos la mayor crisis hídrica en la historia de la humanidad, exacerbada por el cambio climático y causada por la dinámica extractiva con la que se sostiene el sistema de producción capitalista. En realidad no hablamos de un problema de escasez, sino de un problema de saqueo de la fuente más indispensable para la vida humana y no humana orquestada por las grandes corporaciones que operan en función de la acumulación ampliada de capital.

En el caso de México se enfrentan problemas de escasez en la mayor parte del país, principalmente en el Norte, así como sobrexplotación, contaminación y uso prioritario en actividades económicas como la agricultura y la industria. También se advierte que los gobiernos han permitido que pocos actores concentren buena parte de las concesiones para explotar el agua.