A finales de 2020 el gobierno chino inició una serie de medidas para detener el crecimiento de sus empresas de tecnología de consumo más importantes. Los gigantes tecnológicos Alibaba y Tencent presentaron a finales de 2021 las tasas de crecimiento más bajas que han tenido desde que salieron a bolsa, además, muchos de los empresarios de alto perfil han empezado a renunciar a sus compañías.

En 2022 la situación empieza a mejorar, el 29 de abril se anunció la normalización y regulación de estas plataformas tecnológicas, la certidumbre de este anuncio impulsó la compra de acciones en el sector tecnológico de China, a pesar de esto, la percepción de los principales empresarios es que el daño está hecho y que sus compañías ya no podrán innovar por la intromisión del gobierno.

Mientras los empresarios chinos tienen que detenerse, en Estados Unidos los dueños de las empresas tecnológicas están reestructurando y expandiendo sus negocios, como el caso de Mark Zuckerberg que está rediseñando Facebook para convertirla en Meta, una empresa de realidad virtual, por su parte, Elon Musk recientemente adquirió Twitter.

Los empresarios chinos son más prudentes a la hora de tomar riesgos por la nueva regulación. Un ejemplo es la inversión que realizó la empresa Tencent en educación en línea que se vio muy afectada por las nuevas regulaciones en los productos digitales que se le pueden ofrecer a los niños en edad escolar. China también está planeando la adquisición de participación en las empresas tecnológicas para alinearlas a sus nuevos objetivos de desarrollo.

Las regulaciones han empujado a los empresarios chinos a tener que aceptar el camino de desarrollo que traza el gobierno, este camino pretende que China se enfoque en la tecnología dura, como los servicios en la nube, ciencia de datos, inteligencia artificial, entre otros. El apoyo del gobierno está disponible solo para las empresas que se quieran transformar.

Pero aun alineándose a los objetivos del gobierno las empresas tecnológicas chinas no van a triunfar necesariamente. Primero, las tasas de crecimiento de ingresos se estima que no sean cercanas a las que se tenía cuando se centraban en internet de consumo. Segundo, la desconfianza de Estados Unidos que ha impedido que empresas chinas puedan entrar de lleno en los mercados desarrollados, teniendo que conformarse con mercados con menor poder adquisitivo.