On Climate Change's Front Lines, Hard Lives Grow Even Harder

Cita: 

Mashal, Mujib y Hari Kumar [2022], "On Climate Change's Front Lines, Hard Lives Grow Even Harder", The New York Times, New York, 14 de junio, https://www.nytimes.com/2022/06/14/world/asia/india-south-asia-climate-c...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Martes, Junio 14, 2022
Tema: 
El cambio climático como catalizador de vulnerabilidades sociales en India, Pakistán, Bangladesh y Nepal
Idea principal: 

Mujib Mashal es un reportero afgano, dedicado a analizar el sur asiático, centrado en India y sus países aledaños. Ha trabajado para el periódico The New York Times; las revistas The Atlantic, Harper’s, Time; y Al Jazeera.

Hari Kumar es un reportero, científico, sociólogo, jurista y activista indio. Se enfoca en India y sus países vecinos, abordando temas como: trabajo infantil, trata con fines de explotación laboral, desastres naturales y humanos, elecciones, movimientos de insurgencia, economía, derechos humanos y demografía.


Para India y otros países del sur de Asia, donde se concentran cientos de millones de personas, se han agravado los retos ante la pobreza, la inseguridad alimentaria, la salud y la gobernanza debido a que también se enfrentan al cambio climático.

El sur asiático, “con casi una cuarta parte de la población mundial, está experimentando tales extremos climáticos, desde fuertes lluvias e inundaciones inoportunas hasta temperaturas abrasadoras y olas de calor prolongadas, que se están convirtiendo cada vez más en la norma, no en la excepción”.

En India y Pakistán, las olas de calor extremo se han potenciado, (Dato crucial 1). Por ejemplo, en Nueva Delhi se registró una temperatura de 49° Celsius en mayo de 2022, (Dato crucial 2). Este clima extremo ha derivado en serias afectaciones para la producción agrícola india y, por tanto, su economía nacional en su conjunto, (Dato crucial 3).

Algunas de las principales dificultades han sido las temporadas de lluvia que se adelantaron a las cosechas, lo cual inundó los sembradíos, y luego la llegada de las altas temperaturas, que obstaculizaron el desarrollo de los cultivos sobrevivientes. Entonces, para que el gobierno pudiera asegurar la seguridad alimentaria doméstica, las exportaciones indias de trigo se detuvieron.

La investigadora sobre el cambio climático, Malancha Chakrabarty, señala que India es un país extremadamente vulnerable en el ámbito de la seguridad alimentaria, no sólo por la disminución de la producción agrícola interna, sino también por la gran cantidad de personas que se enfrentan al alza de precios.

En un contexto donde la precarización de la agricultura se acelera con el cambio climático, la deuda de campesinos y campesinas se torna impagable cuando sus cosechas no son suficientes. Por esta razón, los índices de suicidio entre el sector agrícola están aumentando de manera preocupante en India.

Paralelamente, los efectos del cambio climático han modificado la naturaleza de las propias semillas que se plantan en India. Con anterioridad, la ciencia agrícola se encargó de desarrollar semillas de alto rendimiento, pero en los últimos 40 años se ha dedicado a configurar semillas de alta resistencia al calor, (Dato crucial 4).

Por otro lado, nuevos efectos climáticos importantes ocurren en las naciones aledañas como Bangladesh y Nepal. Las lluvias intensas han desbordado ríos, desplazado rinocerontes, descarrilado trenes y desalojado aldeas por los deslizamientos de tierra, (Dato crucial 5). Lo anterior dificulta las evacuaciones civiles de zonas con tendencia a inundarse, (Dato crucial 6).

Además, el incremento de los incendios forestales ha impedido la agricultura, (Dato crucial 7). Por su parte, el derretimiento de la nieve ha provocado la sequía de manantiales que solían satisfacer la demanda de agua potable de pueblos cercanos, (Dato crucial 8). Como si fuera poco, también se dice que el aumento de las temperaturas podría estar relacionado con el desarrollo de enfermedades, (Dato crucial 9).

Activistas y la comunidad científica “advierten sobre el costo de las amenazas más constantes y rutinarias: 'Este es el cambio climático cotidiano funcionando: un cambio lento en las condiciones ambientales que está destruyendo vidas y medios de vida ante nuestros ojos'”.

Datos cruciales: 

1. Para India y Pakistán, marzo de 2022 fue el mes más caluroso en 122 años de registros climáticos. Al mismo tiempo, las concurrencia de las lluvias disminuyó entre 60 y 70%.

2. Las olas de calor más intensas de hoy son 30 veces más probables de ocurrir que en la era industrial del siglo XIX. La ciencia advierte que, si el planeta se calienta 2° Celsius por encima de la temperatura media global preindustrial (de los cuales ya se ha alcanzado un aumento de 1.2° Celcius), esos patrones climáticos extremos se volverán más frecuentes. Se calcula que las olas de calor podrían tomar lugar cada 50 años o, incluso, 5 años.

3. En 2022, el rendimiento de la cosecha de trigo en India disminuyó 3.5%, por el clima extremo. En el estado federativo de Punjab -el principal proveedor indio de trigo-, el promedio de la baja en la producción fue de 15% y en algunos de sus distritos tuvo hasta 30% menos.

4. En los laboratorios indios se ha experimentado con semillas a temperaturas 5° Celsius por encima de la temperatura del ambiente local. Con el programa de biotecnología del Instituto Indio para la Investigación del Trigo y de la Cebada, científicos y científicas han ayudado a desarrollar hasta 500 tipos de semillas de trigo en las últimas décadas. Desde esos espacios, se ha concluido que resistencia al calor de las semillas está mejorando.

5. En el distrito indio de Assam, las inundaciones de 2022 han afectado a más de medio millón de personas, a lo largo de 1 000 pueblos. En este año, autoridades de dicha demarcación han debido trasladar a decenas de miles de personas hacia refugios, puesto que sus aldeas se encuentran bajo el agua.

6. Aunque en Bangladesh las inundaciones son comunes y las autoridades han mejorado sus protocolos de evacuación civil, se ha tornado complicado elaborar procedimientos a causa de la irregularidad de los patrones monzónicos. Por ello, los desplazamientos forzados por las inundaciones se conforman por cientos de miles de personas cada año.

7. El Ministerio de Agricultura de Nepal anunció que 30% de la tierra cultivable, sobre todo en zonas montañosas, ya no está siendo utilizada. A través de todo el territorio nepalí, los incendios forestales se han multiplicado casi por diez en los últimos 20 años. En la región de Baluchistán, en Pakistán, ocurrieron incendios forestales en la primavera de 2022, que duraron semanas y que, se calcula, volvieron cenizas a 2 millones de árboles.

8. El derretimiento constante de la nieve por el calentamiento global ha aumentado por cientos de veces la cantidad de lagos glaciares; 20% de éstos son identificados como propensos a desbordarse. Por ello, los gobiernos han debido tomar acciones como la que ocurrió en 2016, por el ejército de Nepal: se drenó el lago Imja (cerca del monte Everest), con el fin de reducir el riesgo de inundación para las poblaciones de río abajo.

9. En abril de 2022, el gobierno de Pakistán declaró un brote de cólera entre su población. Los síntomas que se reportaron, sobre todo en infancias, fueron: diarrea, vómito y calambre de piernas. Más de 24 personas murieron.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Miles de millones de personas en todo el mundo han sido vulneradas históricamente durante siglos y en todo ámbito imaginable: económico, político, cultural, ideológico y, recientemente en mayor medida el socioambiental, por mencionar algunos.

Aunque el colapso ecológico demuestra la posibilidad de cambiar la geología, física y bioquímica normal -de millones de años- del planeta Tierra en un par de siglos por obra del sistema capitalista, sus consecuencias están siendo inmediatamente padecidas (y en sus peores expresiones) por las mismas poblaciones más súperexplotadas y marginadas en las que se sostiene la propia hegemonía.

Las condiciones que permiten la (re)producción de la vida de las mayorías se agotan y el Fin del Mundo llama a la puerta. Las sociedades y la ciencia, por tanto, necesitan abrir la puerta al cambio sistémico, porque se está haciendo tarde.