Extreme Weather Hits China With Massive Floods and Scorching Heat
May, Tiffany [2022], "Extreme Weather Hits China With Massive Floods and Scorching Heat", The New York Times, New York, 23 de junio, https://www.nytimes.com/2022/06/23/world/asia/china-floods-heatwaves.html
Tiffany May es una reportera del periódico estadunidense The New York Times desde 2017. Se dedica a cubrir noticias de la coyuntura en Asia.
Desde mediados del año 2022, China atraviesa un clima extremo sin precedentes que se manifiesta en las más graves inundaciones en décadas y en las olas de calor que rebasan los registros más altos. Más de 100 ríos tienen una alerta de riesgo de inundación.
En la provincia de Guangdong se han cerrado escuelas, negocios y el transporte público en las áreas dañadas por las inundaciones (Dato crucial 1). Mientras que en Shaoguan, un importante centro de manufactura en el país, las fábricas detuvieron su producción por órdenes oficiales, a causa del aumento récord del nivel del agua.
En paralelo a las fuertes lluvias, severas olas de calor azotaron a las ciudades de China (Dato crucial 2). A esto se debe sumar la preocupación administrativa por el abasto energético, puesto que la demanda de la población por aire acondicionado fue lo suficientemente elevada como para abatir el récord nacional de uso de electricidad (Dato crucial 3). Por ello, las autoridades han anunciado que la producción de carbón se aumentará, con el fin de prevenir cortes de energía.
Según la autora, la emergencia climática en el país asiático “refleja una tendencia mundial de episodios cada vez más frecuentes y prolongados de fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático”.
Si bien China ha erigido ciudades enteras en tierras agrícolas y combatido la pobreza para los casos de millones de personas, también se ha convertido en el mayor emisor de gases de efecto invernadero en la actualidad. Sin embargo, el gigante asiático ha sido pionero en determinar la acción climática como prioridad nacional (Dato crucial 4).
No obstante, los retos siguen siendo grandes, porque las afectaciones ya realizadas al clima continuarán detonándose en los años venideros.
1. En junio del 2022, el departamento de gestión de emergencias de la provincia de Guangdong anunció que las lluvias afectaron a 479 600 personas, estropearon cerca de 30 hectáreas de cultivos y provocaron el derrumbe de 1 700 casas. Se calcula que los daños implicaron pérdidas financieras de 261 millones de dólares.
2. El 21 de junio del 2022, las temperaturas alcanzaron un máximo de 40° Celsius en 9 provincias del norte y centro de China. En la localidad central de Henan, las temperaturas de la superficie de la carretera llegaron hasta 73.8° Celsius, por lo que se fracturaron algunas carreteras de cemento.
3. En Shandong -una provincia norteña china- con una población de 100 millones de personas, la carga máxima de electricidad marcó un récord de 92.9 millones de kilovatios el 21 de junio del 2022; superando el máximo de 2020, que había sido de 90.2 millones de kilovatios.
4. En julio del 2021, China introdujo un mercado de carbono como mecanismo para frenar las emisiones. En los últimos 20 años, Beijing casi ha quintuplicado la superficie de espacios verdes en sus ciudades.
El sistema-mundo capitalista no puede seguirle el ritmo al Cambio Ambiental Global, cuyo peligro existencial han advertido las Ciencias de la Tierra desde hace décadas. No hay tecnologías, recursos ni disposiciones hegemónicas que estén dispuestas a renunciar al patron tecnoenergético perfecto, el fósil, para la acumulación ampliada del capital.
Pese a ello, tampoco es posible -ni deseable- igualar responsabilidades ni capacidades históricas con respecto a las emisiones de gases de efecto invernadero y, menos aún, con respecto a las posiciones dentro de la estructura hegemónica.
En ese sentido, los esfuerzos chinos son grandes en comparación con los de los países centrales, tomando en cuenta la proporción de sus emisiones en función de la duración de las mismas y de las respectivas poblaciones de cada país. A ningún país ni corporación transnacional se le debe eximir de sus responsabilidades socioambientales, pero las exigencias deben ser justas y vigiladas.