Oliver Whang es reportero de Times, se centra en la ciencia y la salud.

Leslie Scott, un ganadero de Dakota del Sur, tiene el récord mundial del granizo más grande del mundo, el granizo que recogió en 2010 medía ocho pulgadas de ancho y pesaba casi dos libras. En Ontario, un equipo de científicos de la Western University, recogió una piedra de granizo gigante mientras perseguía una tormenta en Alberta. La piedra de granizo medía cinco pulgadas de ancho y pesaba un poco más de media libra, la mitad del tamaño y una cuarta parte del peso de la Leslie Scott.

A pesar de que la la frecuencia de granizo en Estados Unidos es baja, las reclamaciones a seguros sobre automóviles, casas y cultivos dañados por granizo alcanzaron 16 mil millones de dólares en 2021.

Aunque el cambio climático juega un papel en estas tendencias, una explicación más completa podría tener algo que ver con la interacción entre el comportamiento humano y el descubrimiento científico.

La fijación con el granizo grande se remonta a 1960, cuando científicos soviéticos afirmaron que podían reducir el tamaño de las piedras de granizo de una tormenta al dispersar productos químicos en la atmósfera. El método llamado siembra de nubes prometía ahorrar millones de dólares en daños a los cultivos al año.

En la década de 1970, Estados Unidos financió el Experimento Nacional de Investigación de Granizo para replicar los experimentos soviéticos en el norte de Colorado. Luego, los científicos recolectaron las piedras de granizo más grandes que pudieron encontrar para ver si funcionaba. No funcionó. La investigación demostró que el esfuerzo soviético tampoco. Ambos países abandonaron la idea y la investigación sobre el granizo se estancó, aunque la siembra de nubes para aumentar la lluvia y las nevadas continuó.

En 1986, se recogió una piedra de granizo que supuestamente pesaba 1.02 kilogramos en Bangladesh, durante una tormenta que mató a 92 personas. Todos los registros del granizo se perdieron. La piedra de Gopalganj se convirtió en una especie de fábula con una moraleja adjunta: había grandes granizos, pero su documentación era vital.

Esto llevó al meteorólogo Kiel Ortega a investigar. Usando Google Earth, encontró negocios que se encontraban en el camino de las tormentas y los llamó para obtener actualizaciones sobre el terreno. Los modelos meteorológicos indicaron dónde podría formarse el granizo y cuál podría ser el tamaño promedio de las piedras de granizo. Ortega reunió a un equipo de investigadores y estudiantes universitarios para improvisar informes cada vez que se formaba una tormenta de granizo grave en Estados Unidos.

Casi todo el granizo se crea en tormentas con corrientes ascendentes de aire ascendente que giran lentamente. Pequeños trozos de hielo, llamados embriones, son arrastrados por esas corrientes ascendentes como "una fuente de partículas". Los embriones se estrellan contra las gotas de agua, convirtiéndose en granizos que continúan creciendo hasta que son demasiado pesados para permanecer suspendidos y luego caen al suelo.

Kiel Ortega y su equipo han estado usando fotografías de alta velocidad para capturar grandes granizos en movimiento. Esto implica correr frente a supercélulas y configurar sistemas de cámaras para comprender mejor qué tan rápido se mueve el hielo cuando golpea el suelo y qué forma toma justo antes del impacto. Cada detalle es una pista.

Buscar "el peor escenario absoluto" puede refinar los modelos de pronóstico y ayudar a explicar la dinámica de las supercélulas. El estudio de granizos individuales a lo largo del tiempo puede tener un efecto en la comprensión de las tormentas. El Dr. Kumjian y el Dr. Brimelow han estado creando una base de datos de los granizos más grandes registrados en todo el mundo. Los dos creen que han determinado el tamaño máximo posible del granizo: poco más de tres libras y alrededor de un pie de diámetro.