Gracias a la aprobación de un paquete de leyes, el gobierno de Estados Unidos encabezado por Joe Biden está implementando una nueva política industrial centrada en la tecnología y en lo que consideran las industrias del futuro como la computación cuántica y la biotecnología.

El papel más activo del Estado en el sector económico es una respuesta a la planificación del gobierno chino, antes de eso en Estados Unidos dominaba la idea de que una menor intervención era lo mejor para los negocios.

De acuerdo con estimaciones del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés) el paquete de nuevas leyes y proyectos haría que se duplique el actual gasto en política industrial, casi 100 mil millones de dólares más a lo largo de 5 años pondrían el gasto en política industrial respecto al PIB por encima de países como Francia, Alemania y Japón que actualmente implementan una fuerte política industrial.

Antes de este cambio en la estrategia el gasto en política industrial estaba centrado en el Departamento de Defensa, las innovaciones conseguidas en el terreno militar luego eran trasladadas al terreno civil. Ahora se busca que la investigación de un paso más y llegue al mercado, para esto se están creando nuevas instituciones como la Oficina de Demostraciones de Energía Limpia del Departamento de Energía y una dirección de tecnología de la Fundación Nacional de Ciencias (NSF por sus siglas en inglés).

Además de la creación de instituciones la estrategia incluye subsidios, préstamos y un papel importante del Estado como comprador. La experiencia de las vacunas para COVID demostró lo importante que puede ser el papel del Estado como comprador y buscan replicar eso con la industria de las energías renovables.

Relájate, el gobierno está a cargo

Hay retos importantes para la implementación de la nueva política industrial de Estados Unidos. La primera es que además del departamento de Defensa no existe un mecanismo claro para poder administrar las nuevas inversiones. La segunda es la política y el papel que juega en la ejecución del gasto.

Finalmente está el problema de la continuidad, se espera que si Donald Trump regresa al poder implemente un importante recorte de empleados públicos y busque un estado más reducido lo que claramente atentaría contra la idea de un Estado más activo de Joe Biden.