French Police Guard Water as Seasonal Drought Intensifies

Cita: 

Porter, Catherine [2022], "French Police Guard Water as Seasonal Drought Intensifies", The New York Times, New York Times, 27 de noviembre, https://www.nytimes.com/2022/11/27/world/europe/france-climate-change-wa...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Domingo, Noviembre 27, 2022
Tema: 
Construcción de mega embalses en Francia provoca reacciones adversas
Idea principal: 

Catalina Portero es corresponsal, con sede en Paris, para The New York Times. Es licenciada en literatura y lengua inglesa por la Universidad McGill, y por parte de la Universidad de York tiene una maestría en literatura inglesa.

La escasez de agua está golpeando a Europa. Durante 2022 Francia sufrió olas de calor sumamente intensas, múltiples incendios forestales y una fuerte sequía; ahora, en este país las guerras por el agua son una realidad en la que se disputa quienes serán los usuarios del agua.

Para enfrentar la sequía el gobierno francés apuesta por la construcción de grandes represas que puedan utilizar los agricultores durante los meses más secos de la primavera y el verano. Pero desde la perspectiva de los opositores, esto se trata de una estrategia de privatización que solamente beneficia a la agroindustria. Las tensiones han derivado en fuertes enfrentamientos. El gobierno francés ha desplegado a su policía militar fuertemente equipada, mientras los activistas que se oponen a las presas recurren al sabotaje y desmantelamiento de las presas.

El descontento de los activistas franceses radica en el gran tamaño y el origen del agua que toman las actuales presas (Dato Crucial 1). Desde la perspectiva de agricultores como la cooperativa Water Cop-op, las mega presas son necesarias para poder seguir cultivando pues en los últimos años hay un constante riesgo de que el agua no será suficiente para regar los campos de cultivo. Pero para los activistas estas presas son una forma de privatizar el agua, pues en vez de obligar a los agricultores a encontrar formas de reducir su uso de agua, se construyen gigantescas represas financiadas con recursos públicos (Dato Crucial 2).

La resistencia a los embalses no solo se da por medio del sabotaje. En los tribunales varias organizaciones ecologistas han logrado detener varias represas. Pero la construcción de mega-embalses no se detiene y el escenario se complejiza pues la mayoría se está construyendo cerca del segundo humedal más grande del país. Según el servicio ecológico francés, este proyecto no afectará demasiado los niveles acuíferos durante el invierno, e incluso durante la primavera y el verano los niveles podrían aumentar; pero algunos hidroclimatologos señalan que los estudios que se han hecho ocuparon datos antiguos que no toman en cuenta las recientes sequías causadas por el cambio climático.

Al interior del mundo agrícola el escenario también es complicado. Los pequeños agricultores no quieren cargar con el costo de los estudios necesarios para implementar las grandes represas pues señalan que solamente los grandes productores agrícolas se benefician del agua. Y el reducido apoyo que tuvieron algunas cooperativas de agricultores por parte de grupos ambientalistas se esfumó cuando se revelo que solamente 10% de estos agricultores habían reducido el uso de pesticidas.

Mientras tanto se sigue planeando la construcción de más embalses y, por su parte los ambientalistas planean sus próximas protestas.

Datos cruciales: 

1.- En la región de Nouvelle-Aquitaine se encuentra el último mega embalse en construcción, abarcará 16 hectáreas y su capacidad será el equivalente al de 288 albercas olímpicas llenas de agua. Se abastecerá mediante el bombeo de agua subterránea.

2.- En 2017 se anunció la construcción de 16 embalses en la región de Deux Sévres. El presupuesto para la construcción de los embalses es de 60 millones de euros, y 60% de este presupuesto será cubierto por el gobierno francés.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La narrativa del gobierno francés presenta los mega embalses como una forma de adaptación ante las sequías que ha atravesado Francia en los últimos años. El problema es que esta adaptabilidad aparece como una forma de extraer más agua de los mantos subterráneos para seguir beneficiando a la agroindustria, es una ampliación de la frontera capitalista financiada con el dinero público.