Beijing Is Tackling Its Air Pollution Problem. Why Can't New Delhi?

Cita: 

Raj, Suhasini, Matt Stevens, John Yoon y Keith Bradsher [2022], "Beijing Is Tackling Its Air Pollution Problem. Why Can't New Delhi?", The New York Times, New York Times, 22 de noviembre,https://www.nytimes.com/2022/11/22/world/asia/india-china-air-pollution....

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Martes, Noviembre 22, 2022
Tema: 
Comparación de las políticas públicas contra la contaminación del aire en China e India entre 2013 y 2022
Idea principal: 

Suhasini Raj es una periodista de investigación india. Sus temas de interés son coyuntura política y social, economía, religión e historia, en el contexto de su país natal.

Matt Stevens es un reportero del arte y la cultura. Ha colaborado con The Los Angeles Times y The New York Times.

John Yoon es un periodista, dedicado a cubrir noticias de coyuntura en Asia. Formó parte del equipo ganador del Pulitzer Prize for Public Service en 2021, por su rastreo de la pandemia por la COVID-19.

Keith Bradsher es un economista, docente y reportero estadounidense. Escribe sobre economía, negocios transporte, telecomunicaciones, energía, salud y medio ambiente.


China e India son los países más poblados del continente asiático y sus capitales tienen cielos demasiado contaminados. Al respecto, Beijing y Nueva Delhi han seguido distintos caminos para hacerle frente al smog desde 2013. El gobierno chino ha desarrollado una campaña federal de 100 mil millones de dólares para limpiar su aire y obtener 100 días de cielos despejados anuales. Por su lado, las autoridades indias se han limitado a momentáneamente reducir el tráfico de automóviles, cerrar escuelas y sugerir el teletrabajo.

No obstante, se debe considerar que cada país tiene situaciones históricas, económicas y culturales específicas, por solo mencionar algunas. Las prioridades, en consecuencia, no son las mismas para ambos casos y, por este motivo, la inversión de las políticas públicas no necesariamente puede dirigirse al combate de la polución en la misma forma o en absoluto, si millones todavía viven en la pobreza (Dato crucial 1).

Otro aspecto que marca la diferencia entre estos gigantes asiáticos es el sistema de gobierno de cada uno. Aunque se señala a China como un país “autoritario” de partido único, se resalta su capacidad de acoplar de manera rápida y ordenada a sus administraciones locales, regionales y federal; al tiempo que se describe a la “democracia” de India como pluri-partidista, gigantesca y, por tanto, difícil de coordinar en toda la extensión de su territorio nacional.

Asimismo, los retos que la población ha traído para cada gabinete son variados. Para ilustrar esto, se menciona que la limpieza del aire es de las preocupaciones menos importantes para las y los votantes indios, a pesar de los daños generalizados que ya provoca para la salud nacional. Al respecto de la ciudadanía china, ha habido manifestaciones y quejas en la propia capital, pese a la rígida censura política prevaleciente (Dato crucial 2).

Lo anterior ha derivado en soluciones particulares. Por una parte, testimonios apuntan que India ha implementado “esfuerzos cosméticos”, por ejemplo, instalando pistolas anti-smog y ventiladores gigantes de aire filtrado; por la otra, sobresale el meticuloso Plan de Acción Nacional de Calidad del Aire que China ha desarrollado desde 2013.

Sin embargo, es necesario señalar que el caso de Beijing conllevó algunos costos: al remover calderas de carbón, numerosas casas tuvieron que pasar temporalmente el invierno sin calefacción. Si bien los esfuerzos chinos han sido enormes, debe decirse que las medidas desplegadas son todavía insuficientes para garantizarle aire respirable a sus habitantes (Dato crucial 4). En paralelo, a India le hace falta recorrer una larga trayectoria para mejorar dichas condiciones de salubridad para su población en particular (Dato crucial 5).

Datos cruciales: 

1. China ha tenido un rápido crecimiento económico durante 4 décadas. No obstante, India no ha seguido el mismo ritmo. Por ejemplo, en 2021, los ingresos económicos de India fueron de 2 300 dólares por persona; mientras que los de China fueron de 12 500 dólares por persona, en el mismo año.

2. En India, la contaminación aérea es el factor de riesgo principal de muertes. Sin embargo, de acuerdo con una encuesta nacional previa a las elecciones de 2019, las y los votantes estiman a la calidad del aire como su prioridad número 17, muy por detrás del empleo, la salud y la infraestructura; al tiempo que solo 12% de los y las participantes de la encuesta señalan a la contaminación del aire como una prioridad. Por su lado, en China, residentes de Beijing llamaron a las altas concentraciones de smog en la ciudad como un “Airpocalipse”; esto, después de que dentro de la opinión pública se dieron a conocer las investigaciones científicas que apuntan que la contaminación del aire provoca la muerte prematura de más de 1 millón de personas cada año, a lo largo de todo el territorio chino.

3. El Plan de Acción Nacional de Calidad del Aire fue lanzado por el gobierno de China en 2013. Este programa tenía como propósito reducir 25% la contaminación de su atmósfera. Entonces, para cumplir dicho propósito, se adoptaron medidas como: la mejora de los estándares de emisiones industriales de algunas fábricas, además de descontinuar o actualizar las más antiguas; el descarte de 20 millones de vehículos viejos; la mejora de 200 000 calderas industriales; y la sustitución del carbón por el gas natural, para abastecerle electricidad a 6 millones de casas.

4. De 2013 a 2017, la concentración de PM 2.5 -unas partículas finas tóxicas- disminuyó un tercio en la atmósfera china. Pese a ello, según datos de Michael Greenstone -profesor del Energy Policy Institute de University of Chicago-, en 2020, el nivel promedio de la contaminación por microparticulas en Beijing fue el triple de la cantidad encontrada en Los Angeles, Estados Unidos, durante el mismo año.

5. Entre 2013 y 2020, la concentración de contaminantes del aire se ha mantenido prácticamente igual en India. A finales del 2022, el gobierno indio informó a su población que la calidad de su aire se clasificaba como “pobre”, otorgándole un índice de puntuación “muy poco saludable” de 294. Cabe decir que todo puntaje igual o menor a 50 es considerado adecuado.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El sistema mundo moderno-capitalista no podría funcionar sin la fractura y, al mismo tiempo, la integración de todo territorio y toda corporalidad del planeta. De ahí la constante (re)localización de su producción industrializada y su concentración en países como los gigantes asiáticos China e India.

Estos son espacios periféricos configurados, donde la enorme densidad demográfica, las herencias coloniales, la (neo)dependencia, las crecientes deudas externas, la descampesinización y proletarización de sus habitantes, el (neo)extractivismo, las contingencias atmosféricas, los eventos climáticos extremos, las millones de muertes -evitables- por la contaminación, son perfecta consecuencia de la territorialización del capital, a costa la desterritorialización de la vida.