William I. Robinson es un profesor estadounidense de sociología en la Universidad de California, Santa Bárbara. Su obra se centra en la economía política, la globalización, América Latina y el materialismo histórico.

Desde la fundación del Foro Económico Mundial, hace 50 años, la élite de la política, incluyendo directores ejecutivos de las mil corporaciones transnacionales más grandes del mundo, representantes de los grupos mediáticos más poderosos (dato crucial 1), se reúne cada año en Davos para comentar estrategias de manejo y progreso del capitalismo global, entre otros problemas. Sin embargo, este año se hizo visible la incertidumbre y estrés que están presentado debido a la crisis actual, tales son sus dimensiones que el informe la ha denominado como "policrisis". Se expresó que esta crisis es la prueba más difícil que han tenido desde la Segunda Guerra Mundial, caracterizada ahora por la invasión de guerra con Ucrania y la guerra fría entre Washington y Pekín por el avance tecnológico.

Para el autor la globalización resulta en una concentración y centralización del capital en manos de la CCT (Clase Capitalista Transnacional), esto trae consigo problemas de desigualdad y desencadena conflictos sociales y políticos. Se trata de una crisis por sobreacumulación, la disputa de la hegemonía capitalista, una crisis internacional por la confrontación geopolítica y los malestares del colapso ecológico. La unión de todo lo anterior traerá consecuencias catastróficas.

La agencia de desarrollo Oxfam se encarga de publicar informes con los detalles de Davos, y este año se expuso que las fortunas de los multimillonarios han ascendido monumentalmente (dato crucial 2). En medio de la crisis energética y alimentaria, las corporaciones han aumentado sus ganancias de manera extraordinaria, y al mismo tiempo mil millones de personas pasan hambre en el mundo.

El hecho es que, la centralización sobre el territorio occidental está llegando a su fin, China se posiciona cada día mejor en esta cadena capitalista. Pero no se trata de un arrebato de dominio sino un cambio hacia la multipolaridad.

Actualmente el FEM busca defender a toda costa la acumulación de capital a nivel mundial, sin embargo nos enfrentamos a una descomposición de la civilización capitalista. Frente a la cual las soluciones ofrecidas por las clases dominantes son en absoluto imposibles, la única manera viable en la que se regulen los mercados globales, se controle el capital trasnacional y se consideren los aspectos ambientales es que las clases en masa se pongan en contra de la las clases dominantes.