Las guerras del siglo XXI
Enviado por raulob en Dom, 04/06/2025 - 21:59Ceceña, Ana Esther (coordinadora) [2023], Las guerras del siglo XXI, Buenos Aires, CLACSO / IIEc - UNAM, https://geopolitica.iiec.unam.mx/sites/default/files/2023-08/Las-guerras... [1]

Ana Esther Ceceña. [Coordinadora]. Raúl Ornelas Bernal. Ana Katia Rodríguez Pérez. Adriana Franco Silva. Christian Jean Faci. David Barrios Rodríguez. Yetiani Romero Rebollo. Alberto Hidalgo Luna.
Guerra, devastación y violencia son las palabras con las que abre el siglo XXI. Guerra en todos los órdenes. Guerra de espectro completo que no deja terreno sin contaminar, espacio sin ocupar, dimensión sin alterar, involucrando a todos los seres vivos del planeta (aunque en este libro no trataremos de las guerras ecológicas). Afganistán en 2001 marca el inicio de una nueva fase de acoso de los grandes poderes mundiales contra los obstáculos, de cualquier tipo, que se les colocan enfrente, en un intento más de disciplinamiento y adecuación a sus dinámicas, estilos y propósitos.
Como rasgo notable de estos tiempos, las guerras no solo transcurren en todas las dimensiones de organización de la vida y, por tanto, utilizan armas no bélicas en combinación con las que comúnmente se identifican como armas de guerra, sino que también adoptan modalidades muy distintas para adecuarse a los terrenos geográficos, históricos y sociales del objetivo a alcanzar. Difiere el fin perseguido: doblegar, aniquilar, generar situaciones de confusión y caos, instalar el pánico, o lo que en cada caso resulte más redituable en términos de los propósitos de la guerra. Se ponen en marcha técnicas que van siendo desarrolladas creativamente como respuesta a la envergadura de los desafíos y a las innovaciones de lucha, resistencia, evasión o contraataque del enemigo a vencer.
La extensión territorial de las guerras contemporáneas es tan indefinida como la guerra misma y bien se puede caracterizar como una guerra infinita de los grandes poderes y las grandes potencias contra los pueblos del mundo: guerras de saqueo y disciplinamiento. Michael Klare habla de guerras por los recursos que quedan marcando el sentido de devastación que provocan. Guerras concentradas en territorios con enormes riquezas, en mares estratégicos, en sitios con sociedades indisciplinadas o desafiantes, ahí donde se encuentran los yacimientos de agua dulce o donde se puede cortar el paso a los flujos de hidrocarburos… pero guerras sin final visible y que se van extendiendo como gota de aceite. Guerras sin fronteras geográficas, que han roto también los límites seccionales para convertirse en lo que Qiao Liang y Wang Xiangsui (1999) llaman guerras irrestrictas y que
traspasan cualquier barrera del derecho internacional.
Durante mucho tiempo, las guerras se han entendido como hechos de armas que ocurren en campos de batalla. No obstante, los modos de concebir y hacer la guerra se modificaron como respuesta a las claves que provenían tanto de los cambios en la organización política como de los de las tecnologías. No solo cambiaron la estética de la guerra, la capacidad letal de los atacantes, los sentidos de la intervención, las herramientas a ser empleadas, las tecnologías, los estilos y los modos, sino también sus protagonistas, los desafíos y su propia concepción. El nuevo milenio inició su despliegue con modalidades de entender y hacer la guerra muy distintas a las heredadas de las experiencias pasadas y que modifican sustancialmente su concepción y sus prácticas.
El libro completo está disponible acá [1]