Evolución del sector maicero mexicano en el neoliberalismo
Enviado por Samuel Carmona en Lun, 12/23/2024 - 14:59A mediados de 2022, el gobierno mexicano responsabilizó abiertamente a la compañía Gruma por influir en el aumento del precio de la tortilla, un alimento que no falta en la mayoría mesas de las familias mexicanas. En ese mismo año, la Procuraduría federal del consumidor hizo declaraciones similares en contra de Gruma y Minsa, empresas transnacionales que lideran tanto el mercado de la harina de maíz, como la distribución de maíz en grano a las tortillerías de México.
En muchos casos, el incremento del precio de un bien genera efectos multiplicadores sobre otros bienes, que al final terminan por impactar en el bolsillo del consumidor. Pero en el caso de la tortilla, en específico, del maíz y de México, la situación tiene aspectos peculiares. El maíz en México es, sin lugar a dudas, el alimento principal de la canasta básica. México, centro de origen de la gramínea, no se puede explicar sin maíz. El maíz para México es lo mismo que el arroz para China o Japón y el trigo para el Mediterráneo: es cultura, identidad e historia. Es por ello que cuestiones como el incremento en el precio de la tortilla influyen no sólo en lo económico, sino también en lo social y lo político.
La demanda de maíz en México es vasta; su versatilidad permite la creación de productos tan simples como la masa, hasta productos elaborados como el bioetanol. Las principales semillas que se comercializan en el país son los granos blanco y amarillo, cuya oferta se abastece tanto con producción nacional como con importaciones, en diferentes cuantías para ambas gramíneas. Estas importaciones representan uno de los problemas más importantes en el sector, pues su incremento constante no sólo cuestiona la capacidad de producción local, sino también de los efectos del comercio internacional sobre quienes lo producen. Dicho de otro modo, México es deficitario en la producción de maíz. Ese es el panorama en que situamos nuestro trabajo de tesis.
La investigación que aquí reseñamos tuvo como objetivo analizar la evolución del sector maicero mexicano a partir de la apertura comercial, que se cataliza con el Tratado de libre comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994. Un hito histórico para la economía mexicana, ya que representó la integración con Estados Unidos, propiciado por el predominio del neoliberalismo; que se tradujo en el aumento de la dependencia de la inversión extranjera directa, y con ello en la entrada de empresas transnacionales (ETN) en diferentes sectores productivos del país. El periodo de estudio abarcó de 1982 a 2023, y la pregunta principal giró en torno a la preferencia de los gobiernos por las importaciones en lugar del impulso a la producción local.
La hipótesis planteada estableció que el aumento de las importaciones de maíz en México es consecuencia de la actividad de las ETN desde la entrada en vigor del TLCAN. Junto con las políticas del estado para el sector local, la injerencia de las ETN se fortaleció a raíz de la apertura comercial. Hasta un grado en que en la actualidad las ETN controlan el sector maicero mexicano, desde la producción hasta el consumo.
La investigación se hizo bajo una metodología de carácter descriptivo, con enfoque mixto, a partir de diferentes bases de datos de organismos nacionales e internacionales; así como de fuentes secundarias para presentar los argumentos que sustentan tal hipótesis. La investigación se estructuró en tres capítulos:
El capítulo I presenta la radiografía del sector maicero mexicano para los granos blanco y amarillo, se expone la importancia económica de la semilla, así como los problemas coyunturales y contradicciones que aquejan al sector. Mientras que la semilla blanca se destina al consumo humano, la segunda destaca por su alta demanda en la agroindustria, debido a su versatilidad.1 El sector se divide entre productores (gran producción agrícola capitalista y unidades de producción campesina), intermediarios (compra-venta de la semilla) y comercializadoras. El principal hallazgo expuesto en este capítulo fue la dependencia y el acaparamiento extremo de las ETN, desde la producción hasta la comercialización; lo que les permite controlar tanto la oferta, como la demanda. También se estableció el peso que tiene la producción campesina para cubrir la oferta, así como el potencial de mejores políticas industriales y comerciales para con el sector local. En esa misma línea, se cuestionó, cuáles son las razones de la dependencia de las ETN y por qué el gobierno mexicano sigue apelando a la existencia de una autosuficiencia alimentaria (AA) en el grano –entendida como la capacidad que tiene una nación para satisfacer de un alimento a su población con producción propia–, dado que las ETN tienen acaparado al sector.
A partir de estas premisas, el capítulo II se adentra en cómo los diferentes gobiernos en México han medido el grado de eficiencia del sector maicero mexicano. En esa perspectiva, se encontró que la AA no sólo es la medida para tal tarea, sino que también representó el principal objetivo a conseguir en el sector para los gobiernos en el periodo de estudio. La revisión sistemática del concepto AA permitió revelar su origen, para lo que se construyó un nexo con la soberanía alimentaria (entendida como la autonomía local tanto en la producción como en el consumo) y la sostenibilidad. Se encontró que con la intensificación del comercio internacional basado en las llamadas ventajas comparativas, el concepto de AA se deformó para adecuarse más al término seguridad: garantizar los alimentos sin importar el origen de la producción. Durante los gobiernos anteriores a la apertura comercial, la AA del maíz se caracterizó por buscar la soberanía en la producción del grano a través de la sustitución de importaciones. Más tarde, con la llegada del TLCAN, la palabra seguridad suplantó paulatinamente a la soberanía, por lo que la vía para satisfacer la demanda pasó a segundo término. Finalmente, con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, surge un híbrido que apela por la soberanía del maíz, pero que convive con los grandes capitales transnacionales involucrados en el sector. De esta manera, en México el concepto de AA se politizó y tergiversó, de acuerdo con los objetivos de cada gobierno. Este capítulo permitió establecer cómo la política de AA fomentó la inserción de las ETN en el mercado de maíz en México.
El capítulo III se divide en dos apartados. En un primer momento se exploraron los diferentes instrumentos gubernamentales que sirvieron a la política de AA en la semilla de maíz y cómo terminaron favoreciendo a las ETN, además de erosionar al sector local (especialmente la producción campesina). Tales instrumentos (expresados en apoyos por la producción y comercialización, así también subsidios al precio de compra-venta) destacan por su laxa regulación, ya que, a través de subsidiarias nacionales adquiridas por las ETN, generaron ingresos adicionales indirectamente. Cabe resaltar que el Presupuesto de egresos de la federación favoreció más los subsidios a la comercialización que a la producción local –sobre todo la de pequeña escala– de 1994 hasta 2018.
El segundo apartado de este capítulo examina con detalle la construcción de la injerencia de las ETN sobre el sector maicero mexicano, luego de establecer cuáles son las principales empresas participantes. Con base en la pregunta fundamental de investigación, se explicó en qué reside el poder que tienen las ETN sobre el sector, más allá del control de la oferta y la demanda. En principio, el factor de la producción de tecnología, vía el paquete tecnológico, explica el efecto inmediato sobre la plusvalía (sustitución de trabajo vivo por trabajo muerto), gracias a la introducción de la maquinaria. Esto produjo una supremacía de la agricultura capitalista sobre la agricultura tradicional. Aunado a ello, la apropiación y acumulación de recursos, junto con la subordinación de la fuerza de trabajo, terminan por acaparar los tres factores fundamentales de la producción: tierra, trabajo y capital. Esto conduce a la creación de un autómata en el sector, que no sólo está presente en la esfera de la producción sino también fuera de ella. Las ETN subsumieron la producción maicera a sus intereses; actualmente buscan extender su influencia (traducida en incremento de la plusvalía) hacia otros sectores, así como hacia los consumidores (en términos marxistas, subsunción formal y real del proceso del trabajo al capital).
La investigación reveló que hasta 2023 las principales empresas involucradas directamente en la producción, transformación y distribución de las dos principales semillas de maíz (medido en términos de ventas netas) son, en orden decreciente: Gruma (México), Archer Daniels Midland (Estados Unidos), Bayer (Alemania), Ingredion (Estados Unidos), Mars (Estados Unidos), Diconsa (empresa estatal mexicana), Yara (Noruega) y Minsa (México).
En ese aspecto, la investigación arrojó que los principales demandantes de maíz son las ETN involucradas en el sector. Éstas se apropian de la producción local a través de sus intermediarios y subsidiarias locales. Por ello, la producción campesina, así como la de gran escala, termina de una u otra forma “en manos” de las ETN. Cuando la demanda interna no alcanza a cubrir la oferta de la agroindustria, son estas empresas las que optan por importar maíz, sobre todo de Estados Unidos. Además, conviene señalar la preocupación por las mezclas entre el maíz amarillo transgénico de importación y el maíz blanco en la producción de harina. Se evidenció que la agroindustria lo hace con tal de abaratar costos. Reconocer este proceso es importante, porque las polémicas en torno a la inocuidad del maíz transgénico siguen presentes, tal es el caso de la contaminación entre tipos de granos y con maíz genéticamente modificado.
La investigación concluyó que el incremento constante de las importaciones sucedió progresivamente desde la implementación del TLCAN. Son las ETN de la agroindustria quienes demandan el maíz, pues es materia prima clave para el desarrollo de sus productos. Como el acaparamiento del mercado por parte de las ETN es extremo, siempre buscarán el menor precio de importación posible cuando la producción local escasea, o no es competitiva respecto de los precios internacionales. Es importante resaltar que el maíz amarillo es el que más se importa, no el blanco. La población mexicana cubre sus necesidades básicas de maíz con cerca de 90% de la semilla blanca. Sin embargo, hablar de autosuficiencia queda obsoleto, pues son las ETN quienes controlan el mercado, por tanto, son quienes deciden en dónde comprarlo, cómo distribuirlo, cómo utilizarlo; mientras, la producción local está sujeta a sus intereses.
La injerencia de las ETN en el sector maicero mexicano se explica por la producción estratégica que diseñaron: acaparamiento tanto de recursos como de capital; creación y apropiación de tecnología de punta; finalmente, la subordinación de la fuerza de trabajo. Existe un autómata maicero que dicta las directrices en el sector no sólo desde la producción sino fuera de ésta. Por ello, se afirma que las ETN se apropiaron de la cultura del maíz en México. Es claro que el papel del estado nunca será neutral, puede llamársele cómplice, a veces regulador, otras veces empresario. Mientras la política de AA siga presente, los efectos de la actividad de las ETN tendrán justificación.
Un aspecto que no se exploró con la debida atención fue el impacto ambiental de las ETN derivado de su actividad en el sector maicero (que incluye el suelo, los cuerpos de agua, así como la atmósfera). Es vital investigar este aspecto de manera exhaustiva, puesto que influye en las perspectivas de largo plazo del sector maicero. Otra de las limitaciones en la investigación fue la falta de información homogénea de los estados financieros de empresas como Cargill, Bunge o Syngenta, que se sabe tienen amplia actividad en México. De la misma forma, también hubo ausencia de transparencia gubernamental sobre el balance de los subsidios que se entregan para la producción y comercialización del maíz.
Estudiar los efectos de la actividad de las ETN en el sector maicero representa tanto una muestra significativa de lo que sucede en el sector agrícola mexicano, como también en muchos países del Sur global. Es por lo que esta investigación puede servir como una guía para abordar los problemas del sector agrícola, tomando como sujeto de estudio a las ETN.
La tesis se puede consultar en la dirección: http://132.248.9.195/ptd2024/abr_jun/0857066/Index.html [1]
* Maestrante en el programa de ciencias económicas de la uam, integrante de let. samuel.murdock91@gmail.com [2].
1 Los principales destinos del maíz amarillo se dividen en forraje (alimento para ganado) y obtención de materia prima para la agroindustria. De este último se consiguen alimentos, medicinas, cosméticos y biocombustibles: frituras, alimento para mascotas, miel, azúcar de maíz, dextrosa, almidón, fécula, aceite, colorantes artificiales, dextrina, maltodextrina, ácido láctico, sorbitol y etanol.