(Des)órdenes del Viejo y el Nuevo Mundo
Enviado por Ximena Hernández en Mar, 10/07/2025 - 23:25Krätke, Michael [2025], "(Des)órdenes del Viejo y el Nuevo Mundo", Sin Permiso, 31 de agosto, https://www.sinpermiso.info/textos/desordenes-del-viejo-y-el-nuevo-mundo [1]
Michael R. Krätke es sociólogo, economista y politólogo alemán de la Universidad Libre de Berlín. Fue profesor de las Universidades de Amsterdám y Lancaster, también es editor de la revista alemana: spw – Zeitschrift für sozialistische Politik und Wirtschaft.
Durante el siglo XX, hubo una competencia entre Estados Unidos y Unión Soviética. Ambos bloques disputaron el poder mundial. La Guerra Fría terminó con la derrota del imperio soviético y el alza hegemónica de Estados Unidos. Este triunfo, aunque duró años, ahora se está derrumbando. La capacidad estadounidense de imponer su voluntad política en cualquier parte del mundo se está debilitando. La llamada Pax Americana (el supuesto periodo de paz y orden después de la Segunda guerra mundial) logró mantenerse en auge durante casi medio siglo, gozando de popularidad y poder.
China, del otro lado del mundo, logró su adhesión a la Organización mundial de comercio en 2001, teniendo que pasar por una política de apertura y reintegración en 1978.
En este orden mundial tambaleante, no solo sale afectado el gobierno, sino que la nación estadounidense también pierde voz y legitimidad a través de sus instituciones multilaterales de alcance global, siendo la más emblemática la Organización de las Naciones Unidas.
La situación mundial es inestable y confusa. Ahora es más probable una guerra que en los últimos 80 años. Desde el colapso del bloque soviético, Estados Unidos se había posicionado como interventor militar, siendo la única superpotencia militar. Esto ahora ha cambiado.
Diversas potencias con aspiraciones a ser superpotencia se han declarado la guerra como medio legítimo de política, tal es el caso de China y Rusia. Mientras esto ocurre, se ha debilitado la capacidad de imponer voluntad política estadounidense.
Este desconcierto mundial parece llevarnos a una transición, en la que ningún nuevo orden parece viable o legítimo. Los órdenes unipolares o multipolares han sido superados, ninguno se muestra capaz para hacerle frente a la crisis que sufrimos globalmente.
Este periodo de transformación mundial afecta de igual forma al ciclo de producción capitalista; la transición energética es un cambio radical. La tradición del capitalismo fósil iniciada en la primera revolución industrial fue rebasada por el agotamiento desmesurado de los recursos naturales. A fin de seguir manteniendo la forma de vida del Norte Global, se han buscado otros recursos a costa de las poblaciones marginalizadas y sus territorios.
Durante el periodo final del capitalismo fósil, el capitalismo se expandió al conjunto del mundo, no de forma homogénea pero sí logró presencia en todas partes y en diferentes escalas; cumplió su meta de transformar al mundo en un mercado y una economía mundial capitalista. Los demás sistemas que salieron del capitalismo fueron ignorados, rechazados y vistos como anacrónicos, al menos desde la perspectiva estatal.
Historia y presente
Para comprender la situación actual, es necesario tener una concepción histórica del capitalismo.
Su historia puede concentrarse en 3 momentos: el pedregoso ciclo de crisis (moldeado desde finales del siglo XIX); las continuas oleadas de globalización a través de la expansión del mercado (tomando en sus cuenta sus rupturas y retrocesos); y las crisis vistas desde los auges y caídas de potencias hegemónicas específicas.
Estudiar al capitalismo desde las crisis brinda la ventaja de vincular el desarrollo del capitalismo con diversas secuencias de ciclos hegemónicos.
¿Globalización sin fin?
La globalización no ha sido un momento, sino ha pasado por transformaciones hasta la fase actual, tambaleándose algunas veces por fases de disrupción y desglobalización.
Rudolf Hilferding en su libro El capital financiero menciona que a principios del siglo pasado ya estaban expuestas las alianzas entre la expansión capitalista o globalización y la financiarización. 100 años después, existen distintos capitales entretejidos; antes eran capitales independientes mientras que ahora se van haciendo más sutiles sus diferencias: los grupos se entrelazan, se forman nuevas jerarquías y oligarquías con el fin de crear nuevas conexiones.
El capital financiero con su potencia de expansión y acumulación, movilizó capital más allá de la propiedad privada individual, superó las barreras espaciales y temporales a partir de las nuevas formas de capital híbrido.
Este nuevo capital financiero sostenido por las grandes corporaciones multinacionales no tuvo límites, dejaron de importar las diferencias entre capitales.
Hilferding también menciona que el capital financiero perseguía la expansión a través de la colonización: las potencias capitalistas se encontraban en disputa de nuevos territorios que conquistar, y las políticas coloniales se volvieron una extensión de la competencia global del mercado.
La globalización ha tenido su historia dentro del capitalismo, su camino no ha sido lineal sino que ha encontrado diversos caminos y rutas para extenderse más y más.
Breve historia de las crisis en el capitalismo
Desde 1825 el capitalismo comenzó con un ciclo: auge, prosperidad, crisis y depresión; este ciclo solía durar entre 7 y 10 años. El ciclo fue tomando velocidad pues tan solo en la segunda mitad del siglo XIX se presentaron 3 grandes crisis iniciando en 1857 con la primera crisis del capitalismo industrial. Y en menos de diez años, la primera crisis del capitalismo financiero afectó todos los mercados bursátiles.
Para el siglo XX, el ciclo corto de crisis terminó pero comenzaron las grandes crisis y su punto de ebullición fue en 1929, con la “Gran Depresión". En los años cuarenta del siglo XX, en Estados Unidos y Gran Bretaña se vivió una época próspera hasta los años setenta, cayendo en una nueva crisis.
Hubo grandes cambios del capitalismo en los siglos XIX y XX. La incorporación de las grandes corporaciones generó debates acerca de la naturaleza del capital y cómo se dio paso a las grandes crisis. Muchos socialistas creían que el rumbo era favorable, pues el desarrollo capitalista sería el camino para una sociedad con un nuevo marco político y social postcapitalista. Claramente no fue así.
Los últimos momentos de crisis se han ido acelerando en los últimos años, manteniendo puntuales la crisis financiera del 2007 a 2011 y la crisis de 2020 con la pandemia. Desde 1987, con el desplome bursátil, se abrió paso a una reestructuración de la crisis, el ciclo pasó de ser de 7 a 3 años y la mayoría de crisis fueron regionales pero con potencialidad de ser globales. El nuevo y audaz mundo financiero del capitalismo global creció y floreció. Sin embargo, ha ido de crisis en crisis.
El capital financiero fue uno de los causantes de esta nueva ola de crisis más continuas. En 2025, la política arancelaria de Donald Trump causó una crisis bursátil mundial, la acumulación del capital está estancada y nos encontramos actualmente en un giro tecnológico que mantiene alerta a todo el mundo pues la competencia por innovaciones, recursos y desarrollo están a la orden del día.
La nueva competencia sistémica
El giro que tomó China de ser un país en desarrollo a ser potencia, mantiene asombradas a las potencias mundiales, pues de ser un país pobre pasó a ser una potencia mundial económica, política y militar.
A pesar de los déficits comerciales por parte de Estados Unidos hacia China, la economía oriental ha creado redes de comercio internacionales cooperando ahora con más de 100 países con redes de conexión internacionales.
La capacidad de China ha logrado enormes sobrecapacidades en países en vías de desarrollo mientras en los países industriales consolidados la producción ha bajado. Esto potencialmente puede generar un desequilibrio a través de una crisis económica y transicionar hacia una guerra económica como la que ahora mismo Donald Trump ha declarado al resto del mundo.
Quién dominará la segunda mitad del siglo XXI?
Ante el fin de esta era del capitalismo y de Estados Unidos como potencia hegemónica, el control del mundo se ve desestabilizado.
Mientras China y Rusia se miran como las siguientes candidatas para ser potencia hegemónica, quién tiene el potencial de ascender es Unión Europea, esto solo si logra reforzarse como potencia económica.
Rusia aunque políticamente es una potencia, en el ámbito militar cuenta con un gran sesgo, la imagen de Putin muestra inclinación hacia la guerra y no tener intenciones de caminar hacia la paz. Su poder se basa en su arsenal de misiles nucleares y la disposición de sacrificio de su propio país.
China por su lado, es una potencia económica mundial y evita a toda costa mostrar su poderío militar frente a Estados Unidos. Sigue una regla vieja que conserva vigencia: las potencias solo pueden verse contrarrestadas con otros estados o uniones de estados. Aunque Europa se encuentra debilitada actualmente, si lograr desarrollar sus uniones fiscales, bancarias, de mercado y social podría garantizar un nuevo orden mundial. Si hubiera disposición y apertura al cambio, Unión Europea podría ser quien reemplace a Estados Unidos.
¿Hay posibilidades de que Europa recobre protagonismo en la disputa hegemónica? La trayectoria de la invasión rusa en Ucrania, el avance de las ultraderechas, la desarticulación política y económica, entre otros factores, muestran que la hipótesis del autor carece de viabilidad al menos en el corto plazo.